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10 años y 10 acciones para restaurar los ecosistemas

En un contexto de crisis ambiental, el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas es una oportunidad de regenerar el mundo natural del que todos dependemos. Aunque un decenio puede parecer mucho tiempo, estos diez próximos años son los que más importancia tendrán, según los científicos, en la lucha por evitar el cambio climático y la desaparición de millones de especies. Presentamos diez acciones de la estrategia del Decenio de las Naciones Unidas que pueden crear una #GeneraciónRestauración.

1. Empoderar un movimiento mundial

El objetivo global del Decenio de las Naciones Unidas es detener y revertir la destrucción y degradación de miles de millones de hectáreas de ecosistemas. Es una tarea descomunal, que complican aún más la inmensa diversidad de los ecosistemas y los peligros a los que se enfrentan: desde los bosques frondosos amenazados por quienes acaparan las tierras y los incendios forestales hasta los suelos agrícolas tan erosionados ya que solo podrán soportar unos pocos años más de cosechas. No hay ninguna entidad que pueda dirigir por sí sola el rumbo de esta enorme labor. Por lo tanto, el Decenio de las Naciones Unidas se ha concebido para conectar y potenciar las acciones de muchos. Los grupos y los particulares podrán informarse acerca de las oportunidades de restauración que haya en su zona. Pueden incorporarse a una iniciativa ya en marcha o emprender la suya propia.

2. Financiar la restauración sobre el terreno

La restauración requiere recursos. Las organizaciones que impulsan las actividades sobre el terreno suelen carecer de fondos suficientes y se enfrentan a una inseguridad financiera a largo plazo. Si bien los beneficios que conlleva la restauración superan con creces sus costos, se necesitan inversiones iniciales por valor de miles de millones. Los gobiernos, los prestamistas internacionales, los organismos de desarrollo y las empresas privadas tendrán que incrementar su apoyo. Los particulares pueden considerar la posibilidad de hacer donaciones destinadas a iniciativas que valgan la pena, que también pueden ser en forma de tiempo o de conocimientos especializados.  

3. Establecer los incentivos adecuados  

La restauración es positiva para el planeta y para las personas; sin embargo, muchas veces liderarla no se reconoce como es debido. El cuidado de la naturaleza no solo obliga a realizar inversiones directas por adelantado; también puede implicar tener que renunciar a parte de los beneficios económicos que entrañan las prácticas menos sostenibles. No obstante, hay maneras de cambiar esta situación: los subsidios agrícolas y pesqueros que muchas veces financian prácticas nocivas podrían destinarse en cambio a apoyar la restauración. A largo plazo, unos ecosistemas más sanos pueden producir mayores cosechas, ingresos más seguros y un medio ambiente más saludable para las personas.  

4. Ensalzar el liderazgo  

En los últimos años, hemos presenciado un impulso increíble en torno a la restauración. Las campañas de plantación de billones de árboles han despertado el entusiasmo de muchas personas y las comunidades se han reunido para celebrar festivales de plantación a gran escala. En el marco del Desafío de Bonn, más de 60 países se han comprometido a devolver a la vida 350 millones de hectáreas de paisajes forestales. Desde hace generaciones, los pueblos indígenas actúan como defensores de sus ecosistemas. El Decenio de las Naciones Unidas ensalzará el liderazgo y alentará a más personas a dar un paso adelante.  

5. Cambiar los comportamientos  

Si bien la restauración siempre es específica de un entorno local, las fuerzas que impulsan la destrucción de los ecosistemas suelen estar relacionadas con tendencias mundiales. Los hábitos de consumo mundiales provocan deforestación, el agotamiento de las reservas pesqueras y la degradación de los suelos agrícolas. El Decenio de las Naciones Unidas servirá para establecer una cooperación con todos los asociados para identificar un consumo que favorezca la restauración y fomentarlo. Esto puede ir desde los cambios en la dieta hasta la promoción de productos basados en la restauración.  

6. Invertir en investigación  

La restauración es compleja. Las prácticas que funcionan en un ecosistema quizás tengan efectos adversos en otro. Surgen nuevas incertidumbres a medida que el clima va cambiando. Es posible que no sea deseable el retorno a un estado anterior, ya que el aumento de las temperaturas o la variación de los regímenes de precipitaciones requieren plantas y cultivos más resistentes. Los conocimientos científicos acerca de cómo pueden restaurarse y adaptarse los ecosistemas todavía se están desarrollando. Hacen falta inversiones considerables a fin de identificar las mejores prácticas para restaurar nuestro planeta, yendo parcela a parcela.  

7. Desarrollar la capacidad  

Ya se han puesto en marcha miles de iniciativas de conservación y restauración; sus conocimientos especializados, visión y entrega servirán para impulsar el Decenio de las Naciones Unidas. No obstante, estos profesionales suelen toparse con numerosos obstáculos que impiden extender la aplicación de sus proyectos. Otros sectores cruciales, como el financiero, necesitan más datos y conocimientos para tomar decisiones bien fundamentadas. La estrategia del Decenio de las Naciones Unidas da prioridad a desarrollar la capacidad de los grupos marginados que más pueden perder a raíz de la continua destrucción de los ecosistemas —como los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes— para que asuman un papel activo en la restauración.

8. Ensalzar una cultura de la restauración

El poder de regenerar nuestro medio ambiente no reside solo en los gobiernos, los expertos y los profesionales, ni mucho menos: pasar de saquear el planeta a curarlo representa un desafío cultural. La estrategia del Decenio de las Naciones Unidas hace pues un llamamiento a los artistas, narradores, productores, músicos y mediadores para que se unan a la #GeneraciónRestauración.

9. Construir la próxima generación

Los jóvenes y las generaciones futuras son los más afectados por las consecuencias de la rápida destrucción actual de los ecosistemas. También son quienes más pueden beneficiarse de la creación de empleos sostenibles basados en una economía de la restauración. La estrategia del Decenio de las Naciones Unidas establece un vínculo directo entre el bienestar de la juventud y los objetivos de la restauración. La educación en favor de la restauración convertirá a los niños de hoy en día en embajadores de los ecosistemas, proporcionará competencias para empleos sostenibles y garantizará que los logros del Decenio de las Naciones Unidas perduren mucho más allá de este período.  

10. Escuchar y aprender

Escuchar y aprender de las experiencias y necesidades de otros restauradores.

Tomado de PNUMA

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