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40 años dedicados a las tortugas

Desde 2007, cuando se decretó la veda total, la labor por las tortugas no se ha detenido, se ha seguido trabajando, haciendo actividades de investigación, de educación ambiental y muchos estudios regionales.

Félix Guillermo Moncada Gavilán, es investigador del Centro de Investigaciones Pesqueras, adscrito al Ministerio de la Industria Alimentaria, desde finales de los 80 del pasado siglo y desde 1983 centró su atención en la investigación sobre las tortugas marinas.

“Es una especie en extinción y merecen una atención especial, para no dañar la especie como recurso”, consideró el experto, que en 2024 recibió el Premio Nacional de Ciencias del Mar 2024, otorgado por el Comité Oceanográfico Nacional por las investigaciones realizadas para la conservación de estos singulares animales.

Cuba, recordó, tuvo pesquería de tortugas durante muchísimos años y las investigaciones que realizaban estaban relacionadas con la preservación de ese recurso y la pesca era considerada una de las amenazas a la especie, de la que se aprovechaban su concha y otros productos. “Tratábamos que esas pesquerías se hicieran de la manera más racional posible, de manera que no se dañara el recurso. Se fueron haciendo estudios que tuvieran un impacto, que las protegieran en cuanto a tamaño, a época reproductiva, se establecieron y se fueron modificando vedas, para darles más protección en sus meses más reproductivos”, explicó el investigador.

La investigación y las recomendaciones fueron avanzando y evolucionando conceptos y medidas. Primero, recordó, recomendaron tallas mínimas de captura,  después cuotas de captura y se fue regulando la pesca en base a las recomendaciones y la investigación, hasta que al final, como es un recurso compartido con otros países, porque ellas anidan y se alimentan en diferentes áreas, en coordinación con proyectos internacionales, se recomendó su veda total.

40 años dedicados a las tortugas

En 1994, dijo, “se dejaron dos sitios para seguirla estudiando y ver cómo se comportaban las poblaciones, y después, se decretó la veda total, como  una contribución más de Cuba a la conservación y desde el 2007, exista una veda por tiempo indefinido”.

A eso ha dedicado su vida Moncada, a la conservación de las tortugas, a tratar de que haya una repoblación y una restauración de las poblaciones y cuidarlas “porque  todavía existen amenazas, está la captura furtiva, la incidental”.

Desde 2007, la labor por las tortugas no se ha detenido, “hemos seguido trabajando, haciendo actividades de investigación, de educación ambiental, muchos estudios regionales, son un recurso compartido: las que anidan en un lugar, se alimenta en aguas de otro país,  entonces la colaboración regional es fundamental”.

Ahora que no se explotan como recurso económico, hay que seguir cuidando la especie, repoblar, aumentar la población, conservarla y “esa ha sido mi actividad durante más o menos 40 años”.

“Uno trabaja porque está comprometido, primero, con el país;  después, con las especies y el reconocimiento fue un motivo de satisfacción y de honor”, dijo el biólogo marino y Doctor en Ciencias Biológicas.

De acuerdo con Moncada, las tortugas son una fuente inagotable y vendrán nuevas investigaciones. “Tienen tantas incógnitas y todavía existen tantas cosas que no se saben que llevan a seguir investigando muchísimo y  sobre todo, hay que hacer por conservar, repoblar por evitar daños, hacer conciencia a las personas de que son especies que están en peligro de extinción,  que hay que cuidarla”, y rechazar la comercialización de su carne, que implica una merecida sanción.

40 años dedicados a las tortugas

Por tratarse de una especie en extinción, hay que hacer mucha conciencia a  nivel de la sociedad para su conservación y protección y estudiar mucho acerca de la relación entre la temperatura y el nacimiento, la longevidad, migraciones, la conectividad entre sus poblaciones”, destacó.

Al respecto, destacó que para preservar las tortugas es preciso llevar de manera paralela la educación ambiental y la sanción, toda vez que está en ley y tiene que cumplirse y existen contravenciones para ello –con multas muy benévolas en comparación con el daño y legislaciones de otras naciones-, consideró.

La ciencia, reflexionó el investigador, “son contribuciones, nunca se sabe del final, son poquito, poquito, poquito por aquí, año tras año, y al final se van acumulando verdades, pero nunca se llega al final,  porque es dialéctico”.

En el contexto del cambio climático, consideró, ellas están siendo afectadas. “Una investigación muy interesante del Centro de Estudios Marinos de la Universidad de La Habana el centro de investigaciones marinas de está haciendo estudios sobre la temperatura y su incidencia, porque el aumento de la temperatura contribuye a que haya más nacimiento de hembras”.

Por otra parte, como el cambio climático tiene entre sus efectos una mayor intensidad de los ciclones, destruyen más los nidos y erosionan más las playas, todo eso afecta a las tortugas marinas y “es una de las amenazas más fuertes que tienen en estos momentos y que hay que seguir investigando”.

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