Este 19 de mayo la Academia Cubana de la Lengua (ACuL) cumple 96 años de fundada. Con los bríos que ya le imprime la nueva Junta Directiva, liderada por el poeta, ensayista y crítico de arte, Roberto Méndez Martínez, la corporación se reinventa otra vez para cumplir su cometido principal: cuidar del idioma.
El director de la ACuL, en sus más recientes intervenciones públicas, como la ofrecida al Noticiero Cultural o en el discurso con motivo del Día del Idioma, ha reflexionado sobre la necesidad de contar en el país con una política lingüística para ayudar con ella a impedir que «ajenas aguas — son sus palabras — enturbien la belleza, abundancia y flexibilidad de esa lengua que nunca cesa de mutar y crecer».
De igual forma, Méndez ha subrayado la necesidad de concientizar de que «un país no debe cuidar solamente de su patrimonio natural y del surgido de su labor edificadora, también debe cuidar del idioma, como cuida de la calidad de su aire, porque con él se relacionan sus hijos y, a través de él, se comunican por el mundo con los que tienen una cultura hermana de la suya».
Méndez Martínez, como continuador de la labor — valorada de «admirable» por el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado — del exdirector Rogelio Rodríguez Coronel y de los demás académicos de esta institución casi centenaria, ha resaltado el papel de nuestra casa de las palabras como miembro de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
En este sentido, al igual que las demás instituciones pertenecientes a la ASALE, se trabaja arduamente en la elaboración de obras panhispánicas, como los diccionarios, las ortografías y las gramáticas, fieles reflejos, desde luego, de la variedad cubana del español.
Durante este tiempo de pandemia, el quehacer de la Academia no ha sido menor, sino todo lo contrario. Por solo mencionar dos acciones, se continúa el trabajo de revisión de la Nueva gramática de la lengua española a fin de que nuestros lingüistas contribuyan a pulir una segunda edición corregida y aumentada de esta obra. Asimismo, los académicos contribuyen anualmente a la actualización del Diccionario de la lengua española, obra que, por ejemplo, incluyó en 2021 términos como nasobuco y repentismo.
Es parte del trabajo de la ACuL divulgar los libros publicados por la propia academia, como el Manual de gramática española que, coordinado por la miembro del número y profesora universitaria Maritza Carrillo — en colaboración con Marisela Pérez y Luis Enrique Rodríguez — , bajo el sello de la Editorial UH se presentan de una manera sencilla los presupuestos teóricos de la última edición de la gramática académica.
Para cumplir con este empeño de divulgación, la labor educativa de los académicos es imprescindible. Tanto es así que están conscientes de que los juicios normativos deben llegar a los hablantes desde la recomendación y no la imposición, pues, a decir del escritor español Miguel Delibes, «el pueblo es el verdadero dueño de la lengua».
Por eso, ante la incógnita de cómo cuidarán del idioma nuestros lingüistas, escritores, filólogos…, una idea muy clara tiene Méndez Martínez: no lo harán «al modo de policías aduaneros, como podrían afirmar los maliciosos, tampoco como una élite de puristas que defienden un habla arcaica, sino como expertos de las ciencias del lenguaje o desde el cultivo de las letras, que asesoran, acompañan, investigan y recomiendan a las autoridades del país y al pueblo en general los modos y maneras de preservar el español de extranjerismos y maneras viciadas, de pronunciaciones deformadas y de ortografías claudicantes».
Concluimos esta entregue de la columna semanal Buen Idioma con un listículo, tal y como tenemos acostumbrados a nuestros lectores, esta vez sobre 3 curiosidades o datos poco conocidos relacionados con la Academia Cubana de la Lengua:
1. Su primer director fue el filósofo y escritor Enrique José Varona. Este cargo lo ocupó entre 1926 y 1933.
2. En 1957 la poetisa Dulce María Loynaz se convirtió en la primera mujer elegida académica de número de la ACuL. Años más tarde se convertiría también en la primera directora de esta institución, mérito que solamente comparte con la también escritora Nancy Morejón.
3. El lema de la institución, aprobado en el año 2004, es «Letra y espíritu». Fue propuesto por el periodista y doctor en Filosofía y Letras, Delio Juan Carreras (1937–2012).
Tomado de Juventud Técnica
Valore este artículo
Click en las estrellas para votar
0 / 5. Conteo 0