Como venas que conectan a motobombas con el fuego se arrastran las mangueras con agua a presión, que sale desesperada a caerle encima a las llamas, a tragárselas de una vez y acabar con el drama que se ha extendido sobre la zona industrial, sobre toda la ciudad.
A más de un bombero vimos largar una lágrima. Enseguida tragaban en seco y repetían “duro”, “muy fuerte”, “una desgracia”, “el peor incendio de mi vida”.
En el manual de operaciones de un bombero no debe decir –es casi seguro– qué hacer cuando un compañero llora e intenta contener la emoción para que la voz no se le raje. Nadie previó nunca ese detalle.
Están allí, desde el primer día. Y no se han ido. Los hemos visto decirle al jefe “voy pa’ dentro de nuevo”, y decirlo apenas salen del fuego y llegan al puesto de mando. ¿De dónde sacan tanta fuerza? ¿En qué parte del cuerpo les nace el coraje?
Entre humo, emanaciones, cansancio y un paisaje desolado no paran en su labor contra el incendio. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Se trabaja, se piensa en el trabajo y en muchas otras cosas: la familia, lo que se ha visto, lo que puede suceder, cómo sobreponerse al cansancio físico y mental. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Una zona protegida luego de duras jornadas de trabajo. Mucho habrá que limpiar y recomponer. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Un momento de tregua. Algunos intercambian impresiones, otros se comunican con los seres queridos, otros tal vez repasan en su cabeza imágenes y los duros momentos vividos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Las huellas del incendio y el agua que lo ha combatido, por todas partes. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El fuego dejó una terrible destrucción. Habrá que recuperar muchas instalaciones. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Ojos y rostros cansados en breves momentos de silencio, en contraste con la energía y la voluntad que se aprecia cuando de inmediato se sacuden la impresión y vuelven al trabajo. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
La observación del comportamiento del incendio y el conocimiento y el sentido de oportunidad para poner el agua en el sitio donde más se necesita. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Los vuelos de la Fuerza Aérea fueron decisivos para evitar la propagación del incendio y lograr su control. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Es un combate en varios frentes, en el que todos trabajan articulados. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
En situaciones como la vivida por estos días en Matanzas, se trabaja sin cesar. El tiempo y el cansancio individuales no importan, solo apagar lo más pronto posible el incendio. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Tomado de Cubadebate
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