El Día Mundial del Suelo se aprobó por la Organización de Naciones Unidas a propuesta de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hace ocho años, y desde esa fecha en Cuba hemos sido parte de estas celebraciones, asociados al trabajo de la Alianza Mundial por el Suelo.
De acuerdo con el director nacional de suelos y fertilizantes del ministerio de la Agricultura, Dagoberto Rodríguez Lozano, la Mayor de las Antillas ha sido un ente muy activo en la región de América y Mesoamérica en el enfrentamiento a los problemas de las tierras y del suelo.
Las acciones a propósito de la fecha concluyen con la realización del V Encuentro Nacional de Polígonos de Conservación de Suelo, Agua y Bosque, que reúne en acciones de capacitación intercambio y recorrido a representantes de polígonos y direcciones de suelo del país.
“Siempre se tuvo la idea de poder implementar en Cuba el manejo sostenible de tierras, es decir, no ver el suelo solo como un problema en la producción, sino asociado también a la producción del agua y del bosque y que el trabajador del suelo, el finquero, el productor vea esto como un problema integrado y no vea solo que una sola medida aislada de conservación de suelo resuelve el problema, sino que tiene que estar todo integrado”, destacó.
Debido a la pandemia, precisó, se ralentizaron las acciones, que se han venido reactivando en los más de 200 polígonos existentes en el país, en todas las regiones edafoclimáticas y formas de producción, asociados a las zonas de la Tarea Vida y a los principales programas de desarrollo del ministerio de la Agricultura y los principales cultivos.
De esta manera, “se ha ido logrando una matriz de acciones ya a la escala de finca, manteniendo el principio fundacional de concebir la finca como unidad básica de manejo, en la cual se hacen todas las medidas de conservación y mejoramiento de suelo, agua y bosque, que impactan después en una agricultura sostenible”.
De acuerdo con Rodríguez Lozano, el programa de polígonos abarca unas 25 000 hectáreas en todo el archipiélago, que de cierta manera ha salido de las áreas demostrativas a las productivas con la aplicación de estas medidas, cuyo impacto es visible no en corto plazo, sino en el mediano, y se puede apreciar los resultados en lugares donde se ha trabajado por más de 10 años.
“Se han ido resolviendo los problemas con soluciones locales y de bajo costo, lo que a los seis y siete años tiene un efecto muy importante en la recuperación de la capacidad productiva de los suelos”, señaló.
“Estamos trabajando en unas 11 prioridades, también contextualizadas con los problemas que tenemos en la agricultura, la falta de insumos tradicionales que tuvimos en algún momento, por ejemplo, fertilizantes químicos por lo que tenemos que intensificar acciones de solución para la nutrición de los cultivos a partir de las experiencias también obtenidas en estos polígonos y convertir la producción del humus de lombriz y del humus líquido, en prioridades a trabajar en 2023.
Estos y otros temas, dijo, se debaten en el encuentro con los productores para convertirlos en directivas de trabajo para la próxima etapa, impulsando a lo que se viene haciendo, en el contexto de déficit de nutrientes por la imposibilidad de importar lo que tradicionalmente se ha consumido en el país.
Binomio suelo alimentos
Los polígonos de suelo, explicó el director del Instituto de Investigaciones de Suelos, Luis Gómez Jorrín, son áreas demostrativas bajo el principio de “vista hace fe” para los productores: cuando se quiere mostrar que una recomendación es válida, se muestra su efecto aquí en el polígono. “Ese es del tipo de acciones que se hacen buscando cumplir con lo establecido en el Programa de Mejoramiento y Conservación de Suelos, que tiene 24 medidas para mejorar la situación”.
El también presidente de la Sociedad Cubana de la Ciencia del Suelo señaló que en esta ocasión, la conmemoración internacional tiene como lema: Los suelos, origen de los alimentos, en el marco de la cual se hacen recomendaciones de cómo trabajar el suelo para evitar todo lo relacionado con la pérdida de nutrientes para las plantas, para asegurar la alimentación no solo de las personas, sino también de los animales.
Según Gómez Jorrín, las actividades que realiza el instituto como parte de la jornada promovida por FAO y la Unión Internacional de las Ciencias del Suelo, entre ellas el consejo científico, están vinculadas a “ver todas las alternativas que se pueden introducir para evitar que los suelos pierdan, garantizar su calidad y asegurar la alimentación de la población”.