¿Tiene la provincia de Sancti Spíritus méritos suficientes en ciencia para convertirse, por segunda vez –la primera fue hace una veintena de años-, en sede por el Día de la Ciencia Cubana? Créalo o no, aunque pudiera no parecerlo, por su extensión y el número de centros donde se hace ciencia, las evidencias lo confirman.
Según dijo en conferencia de prensa la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, para seleccionar la sede, cada año se hace un análisis y se profundiza sobre todo en los indicadores sobre el desempeño de los territorios en su función rectora, entre otros.
“Hemos estado durante los últimos años haciendo una serie de transformaciones en el sistema de ciencia, tecnología e innovación en el país y ese es un elemento que analizamos con profundidad, en el entendido de cómo se implementan los sistemas de gestión, cómo se implementan las políticas”, indicó.
A su vez, se evalúa “cómo se avanza en las diferentes nuevas que hoy tenemos para el desarrollo de la ciencia en Cuba, como los parques tecnológicos y las empresas de alta tecnología, cómo se utiliza la innovación en función de contribuir la solución de los problemas que están presentes en el país y en el territorio en cuestión”.
Se trata, destacó, no solo de un análisis comparativo con respecto al año anterior, sino también cuánto se avanza en las cuestiones novedosas que impulsa el sistema de gestión.
”Nosotros tenemos provincias que todos los años se destacan, pero hay algunas que se destacan con respecto a ellas mismas y al año anterior, y en ese sentido hacemos un análisis integral, más integrado”, apuntó.
Hitos que son razones
No son pocos los resultados alcanzados en 2022 en el territorio ganador de la sede por el Día de la Ciencia Cubana en 2023.
Leonel Díaz Camero, delegado del Citma en Sancti Spíritus, dio a conocer los más significativos, entre los que se encuentran los programas de desarrollo de la soya transgénica y el maíz híbrido transgénico, en la filial del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), como parte de la implantación desde el Gobierno Provincial del Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica, aprobado en el 2022 en el Consejo de Gobierno.
“La provincia ha trabajado en función de implantar las políticas fundamentales que tiene aprobadas el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, entre ellas, se destacan las dos empresas de alta tecnología que radican en el territorio y que son parte de empresas nacionales, Citmatel y el CIGB”, señaló.
A su vez, en el territorio avanza en la construcción del Parque Científico Tecnológico BioYaguajay, “una forma muy novedosa de que la ciencia participe en la producción agrícola, pero esta vez desde el gobierno del municipio, con la constitución de una empresa gestora municipal, que lo gestionaría”.
En este proyecto participan el CIGB, las universidades de La Habana y de Sancti Spíritus José Martí, centros del territorio vinculados a la producción de alimentos y la investigación, que establecerán modelos de negocio y se gestionarán desde empresas municipales, explicó.
En Sancti Spíritus, dijo Díaz Camero, se ejecutan tres programas territoriales con 16 proyectos que responden a las prioridades de la Estrategia de Desarrollo Provincial, así como otras 319 iniciativas, de ellas 32 nacionales, 102 institucionales, 82 empresariales y 103 de desarrollo local (PDL).
Los PDL están vinculados a la producción de alimentos, la industria de materiales de la construcción, transformación de alimentos y la economía circular, a partir de varias minindustrias instaladas por proyectos de colaboración internacional, para el reciclaje y el uso de los plásticos y los residuos de mármol, entre otras.
“Se destacan proyectos que tienen que ver con la ecomadera, la utilización del plástico para la producción de casas de cultivo, muebles y estamos instalando ya una industria para el procesamiento de la goma automotriz”, ejemplificó.
Otros resultados importantes tienen que ver con el desarrollo de la biotecnología médica. Sancti Spíritus, dijo, hace importantes aportes a centros de BioCubaFarma, vinculados fundamentalmente a la producción de componentes de vacunas y medicamentos, que de lo contrario habría que importar.
La provincia se destaca también en la producción de energía renovable a partir de la biomasa, con un alto potencial: existen 130 biodirectores y funcionan alrededor de 30 redes de distribución de biogás en comunidades.
Durante 2022, señaló, a partir del suministro de tecnología por parte de proyectos internacionales, se instalaron tres nuevas redes vinculadas a las comunidades de Managuaco y del Plan Turquino Bamburanao, “de una forma muy rápida y con mucha calidad y a su vez sus pobladores fueron beneficiados con utensilios y equipamiento para el aprovechamiento de esta energía”.
A su vez, agregó el delegado del Citma, la Universidad de Sancti Spíritus cuenta con la patente de un biodigestor híbrido cubano, a partir del uso de las mantas de polietileno o de sistemas de tratamiento de residuales con cubierta rígida, que han permitido transformar muchos de estos sistemas de tratamiento en biodigestores.
Los resultados en la vida
Pero, de que vale la ciencia si esta no se revierte en beneficios para la humanidad. Díaz Camero comentó que esa pregunta ha sido una preocupación permanente de la comunidad científica, innovadores, expertos, del gobierno y de quienes controlar esas políticas.
Al respecto, puso algunos ejemplos que evidencian cómo la ciencia puede contribuir a solucionar problemas de la sociedad.
El primero de ellos está relacionado con la producción de alimento animal, con incidencia directa en la producción porcina y la disponibilidad de esa carne, de alta demanda en Cuba.
“Los programas de desarrollo del maíz híbrido transgénico y la soya transgénica responden primero a un gran problema del país y es el acceso a los recursos externos para el desarrollo de la producción porcina, afectados por la crisis mundial, la crisis postpandémica, pero también por el bloqueo estadounidense”, indicó.
Según dijo, esos programas tienen un impacto muy positivo en las familias y los productores que se han dedicado a estos cultivos, de alto rendimiento y elevado precio en el mercado nacional, y que en muchos casos, no van al mercado, porque los cultivan los propios productores porcinos.
Esto permitió, sostuvo, disponer a fin de año de carne porcina en la ciudad de Sancti Spíritus a un precio muy accesible, “a partir de las posibilidades que tuvo el territorio de contar con esa producción”, algo que no sucedió en el calendario anterior.
En el caso de los materiales de la construcción, reveló, a través de los proyectos se han transferido a la provincia nueve minindustrias que lograron revertir la afectación al fondo habitacional, pendientes desde el huracán Irma, en agosto-septiembre de 2017.
“Solo en el municipio de Yaguajay, donde se instalaron cuatro industrias, se logró restablecer en un 90 por ciento en cuatro años la afectación de alrededor de 20 000 viviendas”, precisó.
En el caso de la de la biotecnología, comentó, muchos de los reactivos que hoy utiliza el sistema de salud espirituano salen del CIGB, en colaboración con el sistema de salud de la provincia, además de que la participación en más de 17 ensayos clínicos facilita el acceso a esos medicamento y mejora la de calidad de vida de los pacientes vinculados a esos ensayos.
Muchos ejemplos más tiene este territorio. Para dar respuesta a las demandas de la sociedad, es elevado su potencial científico tecnológico: 209 Doctores en Ciencias, 156 investigadores
categorizados, tres académicos de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), 14 tecnólogos y ocho técnicos tecnólogos, más de 1 000 profesores universitarios vinculados a la investigación y 27 expertos vinculados a la producción.
La provincia cuenta también con tres Entidades de Ciencia, Tecnología e Innovación (ECTI), seis centros de investigación y dos universidades.
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