Cuba establecerá una meta de incremento de cobertura de protección en la zona marina bajo jurisdicción nacional, a través de mecanismos ya establecidos como el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en respuesta al instrumento sobre la conservación de la biodiversidad marina, recientemente aprobado.
Para ser consecuente con el resultado de las negociaciones globales que concluyeron el pasado 4 de marzo, en Nueva York con el acuerdo para un nuevo instrumento legalmente vinculante sobre la conservación de la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés), la nación caribeña adoptará Otras Medidas Eficaces de Conservación Basadas en Áreas (OMEC), con prioridad en su zona marina.
El nuevo instrumento adoptado en Nueva York se ha desarrollado por mandato de la Asamblea General de la ONU, en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), el principal acuerdo internacional que rige las actividades humanas en el mar.
Según destacan las másteres en Ciencias Lourdes Coya de la Fuente y Teresa D. Cruz Sardiñas, de la Dirección General de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), el Tratado BBNJ, también conocido como Tratado de Alta Mar o Tratado Global de los Océanos, se propone lograr una gestión más integral de las actividades en alta mar, lo que debería equilibrar mejor la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos, a la vez que establece un régimen para la distribución de los beneficios que se obtengan por la utilización de los recursos genéticos marinos.
El ámbito de aplicación del Tratado BBNJ abarca alta mar, más allá de las zonas económicas exclusivas o el mar territorial. Las áreas fuera de la jurisdicción nacional comprenden el 95% del océano y brindan beneficios ecológicos, económicos, sociales, culturales, científicos y de seguridad alimentaria invaluables para la humanidad. Sin embargo, estas áreas son vulnerables a amenazas crecientes, incluida la contaminación, la sobreexplotación de los recursos naturales y los impactos ya visibles del cambio climático.
El tratado BBNJ tiene entre sus principales temas la conservación y uso sostenible de la biodiversidad marina; los recursos genéticos marinos, incluidas cuestiones vinculadas a la distribución de beneficios; herramientas de gestión basadas en áreas, incluidas las áreas marinas protegidas; evaluaciones de impacto ambiental; y creación de capacidad y transferencia de tecnología marina.
Este tratado no estableció ninguna meta de conservación, pero sin duda reforzará los esfuerzos para proteger la biodiversidad en línea con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco Global para la Biodiversidad de Kunming-Montreal. consideraron las expertas.
El Marco Global para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, fue acordado en diciembre pasado, en Montreal, bajo el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Una de sus 23 metas, la Meta 3, considera hacer posible que, para 2030, al menos el 30 por ciento de las zonas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas, especialmente las zonas de particular importancia para la biodiversidad y las funciones y los servicios de los ecosistemas, se conserven y gestionen eficazmente.
Esta meta puede ser alcanzada a través de áreas protegidas u otras medidas eficaces de conservación basadas en zonas geográficas específicas (OMEC).
Los objetivos y las metas del Marco son de alcance mundial. Ello significa que los países contribuirán a su consecución teniendo en cuenta las circunstancias, las prioridades y las capacidades de cada nación.
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