Cuba celebra este 12 de abril el Día de las Áreas Protegidas con proyecciones y acciones priorizadas para promover el desarrollo sostenible y la conservación de la diversidad biológica, en un contexto de amenazas por el cambio climático.
En Cuba, el Centro Nacional de Áreas Protegidas (CNAP) es el rector del planeamiento y gestión integral del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), encargado de reunir el conjunto de áreas terrestres o marinas que son de interés nacional, regional o mundial. Su misión es proteger y conservar los recursos naturales del patrimonio natural nacional, para las generaciones actuales y futuras, y garantizar el desarrollo sostenible.
En línea con programas gubernamentales
El CNAP tiene implicaciones en prioridades del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida), entre ellas, la 1, 5, 6, 8 y 11, y para ello trabaja en diferentes proyectos que han permitido, por ejemplo, la elaboración de líneas base de escenarios climáticos para establecer medidas de manejo en los posibles ecosistemas afectados por el cambio climático.
También aplicar técnicas adecuadas de manejo forestal sostenible en 52 388 hectáreas de bosques de alto valor, de ellas, más de 36 000 en áreas protegidas; la elaboración de modelos de ordenamiento ambiental (MOA) y fortalecer las capacidades de vigilancia y la protección del Cuerpo de Guardabosques y Guardaparques de la Empresa para la Conservación de la Ciénaga de Zapata, entre otras.
A nivel de Agencia de Medio Ambiente, el CNAP conduce y ejecuta acciones del Plan gubernamental para el enfrentamiento a las ilegalidades que afectan los recursos forestales, la flora y la fauna silvestre y otros recursos naturales.
En ese ámbito, se propusieron a partir del 2023 como directiva del Plan de la economía en el área de medioambiente, las partidas destinadas a la vigilancia y protección de las áreas protegidas, lo cual favorecerá en gran medida el mejoramiento de la calidad de vida y trabajo del personal directamente vinculado a esa actividad.
Por otra parte, a partir de los resultados del proyecto ECOVALOR se han logrado avances en el diseño e implementación de instrumentos económicos que garanticen la sostenibilidad financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, entre ellas, pago por Servicios Ambientales de Carbono, concesión de productos turísticos en áreas protegidas, cobro de acceso a áreas protegidas.
En el caso del aprovechamiento de los recursos de los proyectos de cooperación internacional y nacionales para elevar la capacidad del país en el enfrentamiento a los delitos asociados a la flora y fauna silvestre, incluyendo el bienestar de esta última, los dos proyectos internacionales de CNAP interactúan en 19 Áreas Protegidas contribuyendo al fortalecimiento de sus capacidades de gestión, 16 de ellas han recibido beneficios directos en medios y recursos que facilitan su gestión y capacidad de protección.
En este sentido, se ha priorizado la búsqueda de financiamiento para la prevención y enfrentamiento a los incendios forestales, se involucran gradualmente a las comunidades locales y proyectos comunitarios en actividades enfocadas a crear conciencia sobre el cuidado de los recursos naturales y en contra del comercio ilegal de especies; también, se han fortalecido las actividades de educación ambiental en todas las áreas protegidas, con talleres comunitarios sobre diversos temas en áreas como los parques nacionales Alejandro de Humboldt, Guanacahabibes y Los Caimanes y en comunidades de la Península de Zapata.
Proyecciones
Entre las proyecciones del Centro Nacional de Áreas Protegidas para 2023-2030 se encuentran incrementar el respaldo financiero a la implementación del Plan para la prevención y enfrentamiento a las ilegalidades que afectan los Recursos Naturales, en particular el fortalecimiento de los Sistemas de Vigilancia y Protección en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Otra de las prioridades es tener acciones concretas en al menos 50% de las comunidades locales identificadas como vulnerables y que ejercen alta presión a los ecosistemas, así como crear las condiciones organizativas para la identificación e implementación de Otras Medidas de Conservación Basadas en Áreas (OMEC).
Igualmente, entre las líneas trazadas se encuentran avanzar a la exportación de Servicios Científicos Técnicos, continuar dando pasos en la propuesta de esquema financiero del SNAP e implementar la Metodología perfeccionada para la evaluación de la efectividad de manejo en las Áreas Protegidas.
Es prioridad para el CNAP continuar contribuyendo al cumplimiento del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida).
Entre los resultados del 2022, relacionados con los servicios científico-técnicos estatales se encuentran la elaboración del Plan del SNAP 2023-2030, donde se incorporaron los criterios de las entidades que son parte de la Junta Coordinadora de Áreas Protegidas, quedando conformada la planificación estratégica del SNAP para los próximos ocho años.
Como resultado del proceso de intercambio, talleres y reuniones se ajustaron los ámbitos (ahora identificadas como dimensiones), los criterios, los indicadores y umbrales de la metodología de Efectividad del Manejo de áreas Protegidas.
Según se dio a conocer, en ese contexto, se definieron tres dimensiones, 16 criterios y 34 indicadores con sus ponderaciones. Se considera que estos resultados contribuirán a una mejor gestión y manejo del SNAP. Por otra parte, por primera vez se introducen los métodos de análisis de jerarquización de procesos (AHP), métodos numéricos para la gestión y aspectos relacionados con la adaptación basada en ecosistemas (AbE).
La actualización de la metodología para la elaboración de Planes de Manejo de Áreas Protegidas permitió incorporar temas como la identificación de los bienes y servicios ecosistémicos (BSE), criterios de Adaptación basada en ecosistemas (Abe) y la dimensión de cambio climático teniendo en cuenta el contexto actual.
Otra de las actividades realizadas durante el pasado año, por encargo estatal de la Dirección General de Medio Ambiente, fue la revisión y dictamen de 24 Planes de Manejo (PM) de áreas protegidas correspondientes al ciclo 2022-2026. Los 11 a los que se les realizaron señalamientos deberán estar concluidos antes de terminar el año.
A su vez, se revisaron y dictaminaron 14 propuestas de expedientes para definición de nuevas áreas protegidas, modificación de límites y cambios de categorías de manejo, para el proceso de consulta previo a su aprobación por el Consejo de Ministros.
Áreas protegidas en Cuba
Existen diferentes categorías para clasificar las áreas protegidas: Reservas Naturales, Parques Nacionales, Reservas Ecológicas, Reservas Florísticas Manejadas, Refugios de Fauna, Elementos Naturales Destacados y Paisajes Naturales Protegidos, homologadas con las establecidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN).
Por los valiosos recursos naturales, ecológicos y paisajísticos que atesoran, en Cuba se identificaron, hasta el momento, un total de 231 áreas protegidas, de las cuales 79 son de significación nacional y 136 de importancia local. Hasta ahora 144 han sido aprobadas por el Consejo de Ministros.
Estas ocupan el 21,26 % de la superficie del país, incluyendo zonas de la denominada plataforma insular marina (aguas interiores).
Aprobadas y con reconocimiento internacional, en Cuba existen hoy seis Reservas de la Biosfera (Guanahacabibes, Sierra del Rosario, Ciénaga de Zapata, Buena Vista, Baconao y Cuchillas del Toa).
Los humedales de importancia internacional son Ciénaga de Zapata, Buena vista, la Ciénaga de la Miel y el sur de la Isla de la Juventud, el gran humedal del norte de Ciego de Ávila, los ríos Máximo y Cagüey, además del delta del Cauto.
Se suman dos Áreas de Patrimonio Mundial de la Humanidad: el Parque Nacional Desembarco del Granma y el Parque Nacional Alejandro de Humboldt.
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