EnglishSpanish

Rehabilitación de dunas: sostenibilidad y seguridad en Jardines del Rey

Para fortalecer la restauración de sistemas dunares se implementan estrategias de adaptación el cambio climático.

En el pequeño vivero del Centro de Ingeniería Ambiental y Biodiversidad (Ciba), de Ciego de Ávila, se materializa una parte del sueño de Danay Rodríguez Ramos, investigadora agregada de esa entidad, cuando enraízan plantas autóctonas de los litorales en tubetes rellenos con mezclas de diferentes sustratos (arena de playa, humus de lombriz y algas).

Sin detener sus labores de siembra, la joven ingeniera agrónoma revela las esencias del proyecto Rehabilitación de dunas costeras en el archipiélago Jardines del Rey: alternativa para la reducción del riesgo de desastre (RRD) y adaptación al cambio climático (ACC).

Desde el año 2022 desarrolla esa iniciativa, junto a un equipo del Ciba y en coordinación con otras instituciones científicas del país como el Instituto de Geofísica y Astronomía, sito en La Habana, y el Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey (Cimac), para fortalecer la restauración de sistemas dunares mediante la implementación de estrategias de ACC.

Pretenden integrar la gestión de esas áreas a la reducción de riesgos de desastres y la ACC en los planes de desarrollo del turismo, por tanto, capacitarán a los actores de ese sector priorizado de la economía y crearán las bases metodológicas para futuros estudios.

En Jardines del Rey operan en la actualidad unas 26 instalaciones hoteleras, distribuidas entre los cayos Guillermo, Coco y Paredón, y se prevé que crezcan las capacidades de alojamiento hasta el año 2030, lo que exige el cuidado y la protección de los balnearios y sus áreas aledañas, devenidos en uno de los principales atractivos para clientes de diferentes latitudes que prefieren el turismo de sol y playa.

Además de servicios recreativos, los ecosistemas dunares ofrecen otros indispensables para la sostenibilidad de la denominada industria sin chimeneas, como la protección ante eventos hidrometeorológicos extremos, al disipar la energía del oleaje y fuertes vientos, la reserva de sedimentos y el resguardo de cuantiosas especies de animales.

Al restaurar la cubierta vegetal de las dunas, los científicos ayudan a retener las arenas vertidas en dos sectores de la cayería norte avileña (playas Las Coloradas y Larga) durante los años 2016 y 2018, expuestas a un proceso erosivo con un ritmo de retroceso de la línea costera estimado en 3.08 metros anuales, como consecuencia de la fuerza de los vientos, intensidad del oleaje y acciones humanas.

Concebido para el período 2022-2024, durante la primera etapa el proyecto se centró en confeccionar la línea base ambiental, estudio que permitió caracterizar los sitios de intervención (cuatro sectores costeros de 100 metros, correspondientes a las playas Pilar, Las Coloradas, Larga y El Norte) y determinar el estado de los recursos naturales en ese entorno.

El vivero del Ciba se convirtió en área experimental para desarrollar, mediante la tecnología de tubetes, variedades de plantas autóctonas de las dunas.

Al referirse a los sustratos empleados para el cultivo, la ingeniera agrónoma explicó que la utilización de arena tiene como objetivo disminuir el estrés de las plantas cuando se siembren en una superficie constituida, de manera fundamental, por ese material. El humus de lombriz, producido en el Ciba, se emplea como biofertilizante para estimular el crecimiento y desarrollo de las posturas, a partir de experiencias anteriores de esa institución científica que demostraron la eficacia de ese producto en la agricultura.

En tanto, se encuentra en fase de ensayo la aplicación de biofertilizantes obtenidos a partir de las algas recopiladas durante arribazones a los litorales. Se suministran en forma de sustrato, resultante del secado y molinado de esas plantas, o mediante aspersiones foliares del concentrado que se logra tras depositarlas en agua durante varias semanas.

Mientras más se pueda incrementar las proporciones de fertilizantes orgánicos, menor será la necesidad de extraer y transportar arena desde la cayería norte avileña, actividades contratadas con la Empresa de Servicios al Turismo (Emprestur), pero no exentas de dificultades ante el distanciamiento y déficit de combustible.

Recientemente establecieron las primeras 400 posturas (mate de costa o haba de playa, en el ámbito científico nombrada Canavalia rosea) sobre las dunas de Playa Pilar, situadas en Cayo Guillermo, consideradas las más altas del Caribe insular (15 metros sobre el nivel del mar) y, desde el año 2020, declaradas por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba como área protegida con categoría de Elemento Natural Destacado.

Rodríguez Ramos precisó que esta acción permitió, además, estudiar la forma de siembra y densidad de plantación, de manera que se garantice el éxito de esta reforestación y las que acometerán en playas de los cayos Coco (Las Coloradas y Larga) y Cruz (El Norte), la última perteneciente a la provincia de Camagüey.

En la actualidad también se procede a la extracción de plantas exóticas invasoras, debido a los riesgos que implican porque pueden extinguir otras especies autóctonas u obligarlas a desplazarse, de manera que se reduciría la biodiversidad.

Constituyen otras metas el diseño de una propuesta metodológica para estudios de peligro, vulnerabilidades y riesgos en ecosistemas dunares.

El proyecto resalta el protagonismo de las mujeres en el cuidado y la conservación del medio ambiente, la ACC y RRD, genera nuevos conocimientos para emprender esas actividades y determina las debilidades y fortalezas de ecosistemas costeros para enfrentar desastres naturales.

A partir de las acciones que se ejecutarán (siembra de plantas nativas), se espera que disminuya en 2000 metros cuadrados la erosión inducida por factores antropogénicos y en un 95 por ciento las especies exóticas invasoras en las áreas de intervención.

Directivos y trabajadores del Turismo se apropiarán de conocimientos, a través de talleres y otras capacitaciones que aumentarán la percepción de riesgo de desastres ante la ausencia de dunas costeras y facilitarán la toma de decisiones y el desempeño orientado a reducir vulnerabilidades frente a las amenazas naturales.

Así se concretará una iniciativa dirigida a mitigar la erosión de los ecosistemas dunares, mediante soluciones de ACC basadas en ecosistemas y comunidades que permitirán reducir riesgos de desastres en uno de los destinos turísticos más prominentes de Cuba y el Caribe.

Desde el Ciba, institución científica que el próximo 17 de julio arribará a su  aniversario 31, se confirma, una vez más, la voluntad expresa en el Plan del Estado Cubano para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida), con acciones dirigidas a preservar las playas arenosas y a salvaguardar el patrimonio construido en esos ambientes para impulsar el turismo como sector estratégico de la economía nacional.

Tomado de Invasor

Valore este artículo

Click en las estrellas para votar

0 / 5. Conteo 0

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on telegram
Telegram
Share on whatsapp
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Cuánto es + 52 = 59

Ir al contenido