Cuando se habla de producción de alimentos, lo primero que pasa por la mente de los villaclareños —y cubanos— es contar con lo fundamental en su mesa para satisfacer requerimientos elementales, amén de precios excesivos e inflados; sin embargo, el anhelo dista bastante de la realidad, a pesar de que los científicos siguen apostando por el logro de la diversidad alimentaria.
Así se demostró en la sesión del Polo Científico Productivo (PCP), donde este fue el único punto abordado y se insistió en potenciar y generalizar los resultados científicos a favor de implementar la ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN) en Cuba, como herramienta que va más allá de producir comida a partir de las necesidades nutricionales del pueblo, porque también debe velar por sus hábitos de consumo y contar con la planificación estratégica de las fases productivas.
Visto de esta manera, pudiera decirse que «la mesa está servida», mas falta mucho en esa senda que demanda la interacción entre los resultados científicos, la empresa y el impacto socioeconómico como reflejó la exposición, muy bien fundamentada, del Dr. Raciel Lima Orozco, coordinador del Grupo de Producción de Alimentos en el PCP.
Quedó claro que producir alimentos no constituye un asunto aislado de los científicos ni de la agricultura ni de ningún sector en específico. Compete a todos los organismos de la Administración Central del Estado porque existen demasiados factores locales que tributan al propósito.
Desde la obtención de semillas hasta la comercialización integran una cadena en la que intervienen múltiples factores, por lo que se necesita que cada quien desempeñe su papel ante tantas posibilidades locales que no se utilizan, lo que implica, a la vez, mejor capacitación a los empresarios.
Lima Orozco precisó que se continúa en la búsqueda de variedades más resistentes y en esas semillas de calidad con los abanderados en el tema: el Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (Inivit); aunque, a su consideración, el Sistema de Innovación Alimentaria Local (SIAL) demanda fomentarse más, transferir tecnologías y acelerarlas.
Hoy Villa Clara dispone de 97 proyectos que impactan en el SIAL, de ellos 15 de connotación internacional; sin embargo, falta intersectorialidad en la gestión del conocimiento.
Propósitos como el de lograr café en el llano presenta avances, sobre todo en Remedios y Cifuentes, al tiempo que se trabaja en la evaluación de los programas de encadenamientos en el sector productivo para la exportación de bienes. En este sentido, no se pierden de vista los rubros exportables con entidades adscritas al Minag VC a partir de producciones obtenidas en el Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP) en cultivos de piña, ornamentales, cítricos, sábila y jengibre.
Los múltiples contratiempos también se hacen sentir ante la existencia de plantas de producción de harina de sorgo, de yuca y de aceite de soya, como programas priorizados, que existen en nuestra demarcación, pero están detenidas porque necesitan materiales que no están en Cuba.
Al evaluar cada uno de los objetivos el Dr. Raciel Lima consideró que «no todos los municipios presentan buenos diagnósticos ni avanzan igual».
En una intervención Osnay Miguel Colina Rodríguez, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en Villa Clara, indicó que los resultados expuestos en el PCP relacionado con el Programa de Soberanía Alimentaria deben analizarse en el Consejo de Gobierno y que influyan en las formas productivas, en los productores, por lo que debe convocarse a todos los directivos de empresas villaclareñas a que eviten lo que él llamó la «narrativa sin fin», junto al hecho de que estas prioridades deben incluirse en la planificación de los presupuestos territoriales.
Por su parte, Milaxy Yanet Sánchez Armas, vicegobernadora de la provincia, fue tajante al plantear la necesidad de acabar de solucionar las prioridades alimentarias que necesita la población, recibir proyectos y sustituir el «vamos a hacer» por soluciones reales para acabar de implementarlas. El pueblo lo exige porque necesita comida, sentenció.
Retomando el tema de las plantas productoras, Serguey Martín Guerra, miembro del Buró Provincial del Partido, acudió al terreno práctico y ejemplificó que varias de las existentes que no han sido utilizadas. «Habrá que dejar de pensar en ese barco solucionador llegado desde el exterior y dirigir las miradas a nuestras potencialidades y capacidades».
En otro orden, también insistió en la formación de los Recursos Humanos ante especialidades como la veterinaria o la ingeniería agrónoma, que no contarán con profesionales en las próximas graduaciones en determinados municipios, precisamente cuando se necesita impulsar la ganadería.
Y respecto a los intendentes llamó la atención ante la dinámica actual. Aquellos —dijo— que no se reúnan con su grupo de trabajo y se nutran de expertos valiosos, no podrán desplegar sus funciones.
Conducido por la Dra. María del Carmen Velasco Gómez, delegada territorial del Citma, será necesario ordenar las tareas e ideas en torno a la soberanía alimentaria en cada municipio y crear capacidades en estos para la elaboración de proyectos que ofrezcan resultados.
“Son varios los programas contemplados por la Ley, existen guías de trabajo para cada sistema alimentario y actividad ganadera por consejos populares, y de no aplicarse lo estipulado será imposible que la comida llegue a la mesa del villaclareño».
«En este propósito no es ver a la Agricultura como máxima responsable, hay que conectar diversos actores, pero el Minag (Ministerio de la Agricultura) deberá proponerle a los intendentes y al gobierno de cada municipio las guías para transitar el camino. Que cada actor haga su aporte a la producción. «Habrá que atender, además, al productor, no perder de vista la participación gubernamental y del resto de los organismos, y trabajar por los impactos de la innovación», dijo Velasco Gómez.
Tomado de Vanguardia
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