Cientos de pacientes de Inglaterra comenzarán a recibir una inyección para tratar el cáncer que podría reducir el tiempo de tratamiento inmunoterapéutico hasta en tres cuartas partes del usual.
La información, publicada a finales de agosto por Reuters, comunicó que cientos de pacientes tratados con inmunoterapia iban a recibir la inyección subcutánea que agilizará el proceso y ayudará a liberar más tiempo los equipos oncológicos.
Esta aprobación significa un enorme avance en el tratamiento contra el cáncer y permitirá tratar a más pacientes con esta terapia en menor tiempo, como declaró el doctor Alexander Martin, oncólogo consultor de la West Suffolk NHS Foundation Trust.
Minutos por años de vida
Medios especializados señalaron sobre este nuevo método que el atezolizumab, también conocido como Tecentriq, suele administrarse a los pacientes por vía intravenosa, pero este proceso, que a menudo suele dilatarse unos 30 minutos o hasta una hora cuando resulta difícil acceder a una vena, se va a poder agilizar con la nueva inyección aprobada, detalla.
Se tarda aproximadamente siete minutos, frente al intervalo de los 30 a 60 minutos del método actual de infusión intravenosa, declaró Marius Scholtz, director médico de Roche Products Limited.
El atezolizumab es un fármaco de inmunoterapia que potencia el propio sistema inmunitario del paciente para que busque y destruya las células cancerosas. El tratamiento se ofrece actualmente mediante transfusión a pacientes del sistema de salud británico con diversos tipos de cáncer, como el de pulmón, mama, hígado y vejiga.
Pero esta no es la única buena noticia para el tratamiento contra diversos tipos de cáncer. También se publica este inicio de septiembre un nuevo estudio sobre el uso de bacterias para eliminar tumores.
Bacterias aliadas
El nuevo estudio, publicado por la revista Science, es llevado a cabo por equipos de científicos de las universidades de San Diego (Estados Unidos) y Adelaida (Australia), que han explorado la posibilidad de utilizar microbios modificados genéticamente para identificar y aniquilar células tumorales.
En este innovador estudio, los investigadores emplearon bacterias modificadas para identificar ADN tumoral en los intestinos de ratones y luego, por medio de la técnica conocida como transferencia genética horizontal, que permite a las bacterias adaptarse a su entorno mediante el intercambio de genes, se logró que estas identificaran y asimilaran el gen KRAS mutado, un precursor conocido de muchos tumores.
Seguidamente, se seleccionó la bacteria Acinetobacterbaylyi, modificándola para detectar este gen específico. A través de este método, las bacterias podrían servir como biosensores, indicando la presencia de un tumor en desarrollo.
En términos de aplicación práctica, los autores del estudio están considerando formas sencillas y no invasivas de administrar estas bacterias a los pacientes, posiblemente a través de una pastilla probiótica. Posteriormente, estas podrían ser analizadas utilizando
muestras de heces, orina o sangre para determinar la presencia de ADN tumoral.
Con esta técnica se alcanza una sensibilidad superior a las tradicionales biopsias líquidas, especialmente en las etapas tempranas de desarrollo tumoral, pero el avance es aún más prometedor, por cuanto no solo se centra en el diagnóstico, sino que abre muchas potencialidades para el tratamiento.
Otros equipos, como uno de Caltech, están trabajando para utilizar bacterias en la administración dirigida de medicamentos a los tumores.
Por medio de ultrasonidos es posible dirigir las bacterias para liberar medicamentos directamente dentro de las células tumorales, sin dañar las células sanas circundantes, un avance que podría reducir los efectos secundarios de los tratamientos convencionales.
De este modo, podríamos estar presenciando el nacimiento de una nueva era en el tratamiento del cáncer, una que aprovecha el poder de los
microrganismos para trabajar junto a nosotros en nuestra lucha continua contra la que es la principal causa de muerte en el mundo.
Nuevos métodos contra el glioma
También en otra área de la medicina contra el cáncer se han recibido alentadoras novedades. Al ser el cerebro una región tan sensible, usualmente se dificulta el desarrollo de terapias seguras y eficaces, pero esto puede cambiar con la presentación de un estudio que evaluó el vorasidenib, una nueva terapia dirigida.
Precisa BBC que investigadores del Memorial SloanKettering Cancer Center (Estados Unidos) demostraron en un estudio actual que este fármaco reduce un 61 por ciento el riesgo de progresión de la enfermedad o de muerte.
Además, el nuevo fármaco tiene un segundo beneficio, aplaza la necesidad de recurrir a otros recursos más tóxicos (como la quimio y la radioterapia) para controlar la proliferación de células cancerosas en el cerebro.
Evitar esta toxicidad es aún más relevante en el caso de los gliomas de bajo grado, ya que las principales víctimas de la enfermedad son adultos jóvenes, que sufrirían los efectos secundarios de estos recursos terapéuticos durante muchas décadas.
Clarissa Baldotto, médica del Comité de Tumores del Sistema Nervioso Central de la Sociedad Brasileña de Oncología Clínica, detalló que «el ensayo clínico también demostró que este fármaco, tomado una vez al día en forma de comprimidos, se tolera muy bien y tiene una baja tasa de efectos secundarios».
Cáncer colorrectal: Lucha sin cuartel
Finalmente, estos meses de verano tambien han traído buenas noticias para los tratamientos contra el cáncer colorrectal, ya que científicos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center han demostrado que dos estrategias terapéuticas diferentes son capaces de alcanzar un alto índice de supervivencia e incluso de curación tras cinco años de tratamiento.
En el estudio, una parte de los voluntarios con este tumor avanzado, pero sin metástasis, se sometió a sesiones de quimioterapia y radioterapia, mientras otra parte, con las mismas características, recurrió solamente a quimioterapia.
A continuación se compararon sus resultados y mostraron un efecto positivo muy similar: alrededor de 80 por ciento de los participantes de ambos grupos estaba vivo y libre de la enfermedad en un plazo de cinco años.
Así lo explica el oncólogo Virgílio Souza Silva, del A.C. Camargo Cancer Center, en Sao Paulo. A criterio de este experto, los resultados no significan que se vaya a abandonar por completo la radioterapia tradicional para tratar este tipo de cáncer, sino que «algunos individuos seguirán beneficiándose de esta. Para otros, solo la quimio será suficiente.
En general, podríamos decir que los científicos que luchan por tratamientos más rápidos, eficaces y baratos para combatir una enfermedad con tan alta mortalidad parecen seguir luchando una guerra sin cuartel, a través de la investigación y los hallazgos. Solo faltaría que la ecuación se complete felizmente con farmacéuticas e infraestructuras sanitarias más equitativas y accesibles para todos. Lo indudable sigue siendo que la buena ciencia no descansa tras las causas más nobles.
En cifras
—El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo: en 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones, es decir, casi una de cada seis de las que se registran.
—Los tipos de cáncer más comunes son los de mama, pulmón, colon, recto y próstata.
—Alrededor de un tercio de las muertes por cáncer se deben al consumo de tabaco, a un elevado índice de masa corporal, al consumo de alcohol, a una baja ingesta de frutas y verduras y a la falta de actividad física.
—Además, las infecciones oncogénicas, entre ellas las causadas por los virus de las hepatitis o el papiloma humanos, ocasionan aproximadamente el 30 por ciento de los casos de cáncer en los países de ingresos bajos y medianos.
—Muchos casos se pueden curar si se detectan a tiempo y se tratan eficazmente.
Tomado de JR
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