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En Cuba, Cumbre G 77 y China apuesta por la justicia, la ciencia y el desarrollo del Sur

El encuentro tuvo como sede La Habana los días 15 y 16 de septiembre.

“Hace casi sesenta años, fue la comunión de dificultades y la esperanza de que juntos podríamos enfrentarlos y vencerlos, lo que nos hizo nacer como grupo. Somos los 77 y China y somos más” y aunque carecemos de cosas materiales, “nos sobran sentimientos de amistad, de solidaridad y de hermandad y nos sobra voluntad para hacer ¿Qué es? Sentir en familia. Todos están en casa”, dijo el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al inaugurar la Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 y China

La ceremonia de inauguración estuvo presidida por el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército Raúl Castro Ruz y el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.

El presidente cubano agradeció “por aceptar la invitación que hoy nos une en defensa del futuro de las grandes mayorías que conforman el grueso de ese grande y unificador concepto que es humanidad” y se refirió a las carencias que enfrenta Cuba que se derivan del reforzado cerco que representa el bloqueo y los desafíos que enfrenta, agravados por el injusto orden internacional.

Díaz-Canel señaló que Cuba trabajará porque las deliberaciones de la Cumbre conduzcan a resultados tangibles en el clima de solidaridad y cooperación que hace posible todavía la misión colectiva

Según consideró, el G 77 y China “tiene la inmensa responsabilidad de representar en la escena internacional los intereses de la mayoría de las naciones del planeta” y si bien por razones históricas e identitarias se conserva el nombre original, el grupo cuenta hoy con 134 integrantes, lo que equivale a más de las dos terceras partes de los Estados miembros de la Organización de Naciones Unidas, donde vive el ochenta por ciento de la población mundial.

De acuerdo con el Presidente cubano, la cumbre brinda la oportunidad de deliberar en colectivo y al más alto nivel político para lograr esfuerzos en defensa de los intereses de esas mayorías.

Díaz-Canel señaló que ese formato ayuda también a conciliar posiciones frente a los retos actuales para el desarrollo y el bienestar de pueblos, a la vez que impone cuestionamientos. “Tras casi 60 años de batallas diplomáticas en el difícil y hasta hoy muy infructuoso intento de transformar las reglas injustas y anacrónicas que rigen las relaciones económicas internacionales, vale recordar los llamados de nuestros líderes históricos a democratizar la Organización de Naciones Unidas, las advertencias de Fidel Castro de que mañana será demasiado tarde y una frase inolvidable del comandante Hugo Chávez cuando dijo que ´los presidentes andamos de cumbre en cumbre y los pueblos de abismo en abismo´”.

A su juicio, la humanidad ha alcanzado un potencial científico técnico inimaginable hace un par de décadas, con una capacidad extraordinaria para generar riqueza y bienestar que en condiciones de mayor igualdad, equidad y justicia, podría asegurar niveles de vida dignos, confortables y sostenibles para casi todos los pobladores del planeta.

Mundo desigual

El Presidente cubano dedicó parte de su intervención inaugural a ilustras las brechas económicas, sociales, tecnológicas que padece hoy el Sur, que según escribió el poeta uruguayo Mario Benedetti, también existe.

Al respecto, señaló que justo en ese Sur están las víctimas principales de la actual crisis multidimensional que sufre el mundo, de los desajustes cíclicos del comercio y las finanzas internacionales, del abusivo intercambio desigual, de la brecha científica, tecnológica y del conocimiento, de los efectos del cambio climático y del peligro de destrucción progresiva y el agotamiento de los recursos naturales de los que depende la vida del planeta.

Ante esa realidad, se exige la democratización pendiente del sistema de relaciones internacionales. “Son los pueblos del sur los que más padecen pobreza, hambre, miseria, muerte por enfermedades curables, analfabetismo, desplazamientos humanos y otras consecuencia desarrollo. Muchas de nuestras naciones son llamadas pobres cuando en realidad deberían considerarse naciones empobrecidas”, enfatizó.

Para que el mundo no termine hundido como el Titanic, se precisa la cooperación, la solidaridad, la filosofía africana del ubuntu, que entiende el progreso humano sin exclusión, reflexionó.

Acerca del papel de la ciencia, la tecnología y la innovación, tema escogido para la cumbre, propuesta por Cuba, como presidente pro tempore del G 77, señaló: “los logros y avances en ese campo son los que dirán a la postre si es posible y cuándo alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionado con el fin de la pobreza, el hambre cero en el mundo, la salud y el bienestar, la educación de calidad, la igualdad de género, el agua limpia y el saneamiento, las solución a los problemas de la energía, el trabajo, el crecimiento económico, la industrialización y la justicia social”.

Al referirse a las barreras existentes, consideró que están íntimamente asociadas a un orden económico internacional injusto e insostenible, que perpetúa condiciones de privilegio para los países desarrollados y relega a condiciones de subdesarrollo a una parte mayoritaria de la humanidad. “Sin atender esos temas, no se podrá alcanzar de ningún modo el desarrollo sostenible al que todos tenemos derecho, por más metas que se pongan”.

Según valoró, tampoco se podrá confiar en que se alcanzará un mundo de paz, en el que desaparezcan las guerras y los conflictos armados de todo tipo.

“La ciencia, la tecnología y la innovación desempeñan un papel trascendental en la promoción de la productividad, la eficiencia, la creación de valor agregado, la organización de las de trabajo el impulso del bienestar y la garantía del desarrollo humano. Estamos ante la mayor revolución científico técnica que ha conocido a la humanidad. La ciencia ha modificado el curso mismo de la vida”, dijo.

Sin embargo, estas posibilidades no están al alcance de todos. Según la Organización de Naciones Unidas para ale Desarrollo Industrial (ONUDI), citó, la creación y difusión de las tecnologías de Producción Digital de Avanzada (PDA) sigue concentrada a nivel mundial, con un desarrollo muy débil en la mayoría de la economía del sur. “Solo 10 economías punteras y tecnologías de PDA son responsable 90 por ciento de todas las patentes mundiales y del 70 % del total de exportaciones directamente relacionados con las mismas.

Lejos de convertirse en herramientas para cerrar la brecha del desarrollo y contribuir a superar las injusticias que amenazan el propio destino de la humanidad, tienden a convertirse en armas para profundizar esa brecha, doblegar la voluntad de muchos gobiernos y proteger el sistema de explotación y saqueo que durante varios siglos ha alimentado la riqueza de las antiguas potencias coloniales y relegados a nuestras naciones a un papel subalterno”.

Díaz-Canel se refirió al retroceso en materia de reducción, de la pobreza, la falta de escolarización, al ausencia del servicio eléctrico, las desigualdades en el acceso a las tecnologías, incluida aquella para la transición energética, las enfermedades prevenibles y tratables, entre otros aspectos de las desigualdades actuales.

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