Como si leyera al pie de la letra los estudios climatológicos acerca de las temporadas ciclónicas, la presente, despertó y de qué manera, aunque afortunadamente solo Idalia se animó a hacernos la visita.
Esto no solo lo confirma la llegada a la cantidad de 15 ciclones con la formación del actual huracán Nigel (contando el organismo subtropical no nombrado del mes de enero), sino el “empujón” recibido desde finales de agosto, que elevó la cifra de huracanes de uno a seis.
El Dr. Philip Kolzbach (@philklotzbach en Twitter/X) comentó que con la llegada a categoría de huracán de Nigel, desde el 26 de agosto hasta el 18 de septiembre se han formado 5 huracanes, la mayor cantidad en los registros y de ellos, 3 de gran intensidad. Aunque es un hecho que ha ocurrido también en las temporadas de 1955, 2004 y 2012.
El científico de la Universidad de Colorado también comentaba, que con la formación de la tormenta tropical Nigel dos días antes ya se establecía un record, al ser la décima tormenta formada en el periodo comprendido entre el 20 de agosto y el 16 de septiembre.
El organismo tropical más impresionante de este periodo y, hasta el momento, de toda la temporada fue el huracán Lee, que además de su larga vida de más de 10 días, ha sido el único huracán en alcanzar la máxima categoría de este 2023, con 270 kilómetros por hora de vientos máximos sostenidos.
Los huracanes dejan su huella
Esta temporada es quizás una de las que más se ha hablado de los valores de la temperatura del mar, extremadamente altos, por el papel que pudieran tener (y que han demostrado) en el nivel de actividad ciclónica.
No obstante el comportamiento actual nos muestra algunos rasgos interesantes, que podemos ver en la siguiente imagen. Aunque se mantiene bien caliente en la zona tropical, hay algunas áreas donde se muestran valores en tonos amarillos y verdes que indican temperaturas más bajas.
Si analizamos la anomalía, que recuerde que es la diferencia de la actualidad como lo que es “normal” para este momento del año, es más ilustrativo, porque vemos que regiones frías, como las que están al noroeste de África (en el extremo superior derecho de la imagen) están “más calientes” de los que debieran. En esta imagen resaltan dos zonas en azul, que indican que su temperatura es inferior a lo normal, ¿qué ha ocurrido ahí? La “culpa” la tienen los ciclones tropicales que se han movido sobre esas áreas.
Cuando un ciclón tropical, sobre todo de gran intensidad se desplaza, va produciendo un enfriamiento de las aguas en su trayectoria, por el calor que absorbe de ellas, por el efecto de la lluvia, pero sobre todo por sus vientos y la influencia de estos en el estado del mar. Estos producen que agua más profundas y frías afloren hasta la superficie, por el desplazamiento del agua en la superficie a causa de las fuertes marejadas.
Este enfriamiento es mayor si además de todo lo anterior, el movimiento es lento, ya que prolonga este proceso en una misma localización, o que en un corto periodo transiten varios organismos en una misma área. Esta “huella fría”, que puede perdurar en dependencia de la magnitud representa una zona menos favorable, para que otros organismos que vengan detrás alcancen un mayor desarrollo.
Dicho esto, comparen las trayectorias de 3 de ellos: Franklin, Lee y Margot, con las imágenes anteriores. La huella fría más hacia el oeste (izquierda) está en la zona donde los dos primeros se movieron como huracanes intensos y la segunda en el área donde Margot, con menos intensidad, permaneció con un movimiento lento y errático.
Tomado de Cubadebate