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En meses de sequía, prevenir incendios forestales

En Cuba, el período crítico para la ocurrencia de siniestros se extiende hasta el 31 de mayo, y aunque la sequía tiene un gran impacto en la propagación de los fuegos, la mayoría ocurren por la acción del hombre.

En Cuba, el período crítico para la ocurrencia de siniestros se extiende hasta el 31 de mayo, y aunque la sequía tiene un gran impacto en la propagación de los fuegos, la mayoría ocurren por la acción del hombre.

Cuando nos adentramos en los meses del período seco, Villa Clara se enfrenta a una de las etapas más peligrosas del año, y los inspectores de circuitos de guardabosques extreman las medidas de precaución para evitar la ocurrencia de incendios que afectan áreas boscosas, con consecuencias negativas para la economía, la biodiversidad, los ecosistemas y la vida humana.

Es el momento de poner en práctica los planes y acciones previstos para prevenir los siniestros que suelen ocurrir en este período, previo a la temporada de lluvias.

En la mayoría de los casos, las causas de los incendios forestales no son naturales, como la caída de un rayo, sino motivados por la acción del hombre, y se asocian, fundamentalmente, a la quema no autorizada de superficies agrícolas para eliminar matorrales y basura, regenerar pastos para el ganado, así como por colillas y hogueras no apagadas correctamente.

Un incendio forestal se distingue de otros tipos por su amplia extensión, la velocidad con la que se puede extender desde el lugar de origen, su potencial para cambiar de dirección de manera inesperada, y su capacidad para superar obstáculos como carreteras y ríos.

La principal secuela está relacionada con la erosión de los suelos, al desaparecer la capa vegetal y quedar desprotegidos; a ello se une la acción de las precipitaciones, que inciden en la pérdida de suelos y nutrientes.

En estos primeros meses del año, se impone la realización de trochas en lugares propicios para estos eventos, y orientar a la población con el fin de evitar que hagan fogatas en zonas boscosas, arrojen colillas de cigarro encendidas, cocinen alimentos a cielo abierto y circulen vehículos con problemas en el matachispa. También, las entidades dueñas del patrimonio forestal deben estar alertas y tomar cartas en el asunto para impedir la ocurrencia de los siniestros.

Entre los incendios forestales más nefastos registrados en Cuba en los últimos años, está el ocurrido entre febrero y marzo del 2023.  Durante 28 días seguidos, las llamas abarcaron zonas de la altiplanicie de Pinares de Mayarí y las vertientes este, oeste y sur de la sierra de Nipe. Se afectó el área protegida Parque Nacional La Mensura-Piloto, y se dañaron 5845 hectáreas de bosques naturales.

En Santa Clara, en las cercanías del vertedero municipal, también habrá que aplicar estrategias bien pensadas para impedir la incidencia de incendios que allí se desatan, y la humareda suele acompañar la brisa en dirección a la ciudad, con la consiguiente contaminación ambiental.

Para combatir estos fenómenos, en enero del año en curso se publicó en la Gaceta Oficial de la República de Cuba la Resolución 59 del Ministerio del Interior, que pone en vigor las regulaciones sobre la «Dirección operativa de la campaña de protección contra incendios forestales», en aras de fortalecer el sistema de protección y regular la responsabilidad de los organismos de la Administración Central del Estado, entidades e instituciones que intervienen en las labores de prevención y extinción.

La norma define como dirección operativa de la campaña el conjunto de acciones, tareas y procedimientos que se realizan, a cargo de los grupos de trabajo nacional y territoriales, durante el período de alta peligrosidad de ocurrencia, de enero a mayo, a fin de disminuir su impacto.

Establece, además, las responsabilidades de los grupos de trabajo nacional y territoriales para ejercer la dirección operativa de la campaña, así como las acciones que desarrollan, las categorías de peligros que enfrentan y las tareas que realizan los organismos de la Administración Central del Estado, entidades e instituciones, como expresión de la voluntad política de Cuba de prevenir y enfrentar este fenómeno asociado al cambio climático, y la necesidad imperiosa de asumirlo de manera multifactorial, con medidas preventivas, de concientización, y elevar la percepción de riesgo y la participación del pueblo.

El 2023 representó una campaña difícil para el grupo de guardabosques de Santa Clara, ante las adversas condiciones climáticas. Se registraron 24 siniestros en el circuito Sabana-Santa Clara, con la mayor tasa de incidencia, a causa del alto porcentaje de personas que transitan por el lugar, como principal riesgo.

Entonces, hagamos lo posible, entre todos, para evitar la ocurrencia de estos eventos, ocasionados, en la mayoría de los casos, por la acción irresponsable del hombre.  

Tomado de Vanguardia

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