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Introducen tecnología de captación de agua de lluvia para riego y consumo animal

La captación de agua de lluvia es una práctica esencial para asegurar un suministro sostenible de agua dulce en un contexto de desafíos frente el cambio climático.

Moderna maquinaria contribuirá a mejorar la disponibilidad de agua en áreas afectadas por la sequía como parte del proyecto Resiliencia climática en los ecosistemas agrícolas de Cuba, implementado por el Ministerio de Agricultura de Cuba, con asistencia técnica de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiamiento del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés).

Como parte de esas acciones, el proyecto suministrará retroexcavadoras destinadas a la construcción de reservorios para almacenar agua de lluvia que contribuya el riego de cultivos para sistemas forestales y agroforestales, así como para el consumo animal, en municipios afectados por la reducción de las lluvias, el cambio en el comportamiento de las precipitaciones, el aumento de la evaporación, la intrusión salina como consecuencia del incremento del nivel medio del mar y otros que afectan la disponibilidad y calidad de los recursos hídricos.

Las retroexcavadoras permitirán llevar a cabo tareas de limpieza del área del reservorio, movimiento de tierra, excavación del terreno, formación y compactación de taludes y del lecho del reservorio, entre otras actividades necesarias para la construcción y rehabilitación de infraestructuras hídricas.

Su uso también contribuirá a mejorar la eficiencia y la calidad de los trabajos realizados, garantizando una adecuada gestión de los recursos hídricos en las comunidades agrícolas beneficiadas por el proyecto.

Con la construcción de reservorios se espera un mejor almacenamiento y utilización de agua de lluvia durante épocas de escasez, así como garantizar un suministro sostenible de agua dulce, especialmente en el contexto de desafíos como el cambio climático y la sequía.

La captación de agua de lluvia es una práctica esencial para asegurar un suministro sostenible de agua dulce en un contexto de desafíos frente el cambio climático. Estas prácticas reducen la presión sobre las fuentes de agua dulce limitadas como ríos y acuíferos, ayudan a mantener un equilibrio en el ciclo del agua y pueden ser una fuente de suministro de agua durante sequías o emergencias.

Con un financiamiento de 38 millones de dólares aportados por el GCF, IRES impulsa el desarrollo de sistemas agroalimentarios que mitiguen los efectos del cambio climático y aporten beneficios para la alimentación y la agricultura en siete municipios altamente afectados por el cambio climático: Los Arabos, Matanzas; Corralillo, Quemado de Güines y Santo Domingo en Villa Clara y Amancio, Jobabo y Colombia en la provincia de Las Tunas.

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