Una delegación de Cuba participa en la 60 Sesión Plenaria de Órganos Subsidiarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Bonn, Alemania, donde reafirmó su compromiso con este fórum y su militancia en la defensa de los legítimos intereses y reclamos históricos de los países en desarrollo.
“El año 2024 es clave en materia de financiamiento climático, no solo porque marcará el establecimiento de un Nuevo Objetivo Financiero Cuantificado en la COP 29, sino también por el punto crítico en el que nos encontramos para la acción climática y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, expresó la representación de la mayor de las Antillas..
En el discurso, se expresó que Cuba se alinea a las posiciones generales presentadas por Uganda, a nombre del Grupo de los 77 y China; Samoa, en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo; Bolivia, en representación del Grupo de Países en Desarrollo de Ideas Afines y Venezuela a nombre del ALBA.
Al intervenir en la cita, se destacaron los avances alcanzados en la COP 28, en Dubái, entre ellos, la operacionalización de un fondo para pérdidas y daños, el establecimiento del marco del Objetivo Global de Adaptación, el lanzamiento del Programa de Trabajo sobre Transición Justa y el Primer Balance Global de la Implementación del Acuerdo de París.
Sin embargo, se remarcó, “ninguno de estos elementos constituye un tema cerrado o resuelto, sino que abren nuevas líneas de trabajo y actuación. Un acuerdo es tan valioso como su implementación, de ahí que, el llamado Consenso de Emiratos Árabes Unidos traiga nuevos retos y refuerce la exigencia, en línea con las disposiciones y principios de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y su Acuerdo de París”.
“Se ha llamado a que las próximas contribuciones nacionalmente determinadas sean más ambiciosas. Para llevar a vías de hecho nuestros planes nacionales, las necesidades financieras se estiman hoy en el orden de los trillones de dólares anuales”, alertó la representación cubana.
Al respecto, Cuba consideró que para que los países en desarrollo puedan cumplir este objetivo deben quedar sentadas las bases de una financiación climática nueva, adicional, previsible, que responda a los compromisos diferenciados entre países desarrollados y en desarrollo, además de las obligaciones adquiridas por los primeros en el Acuerdo de París. Dicho financiamiento no puede terminar por convertirse en una carga adicional para las vulnerables economías del Sur en un contexto de crisis global. A nuestros países no se nos puede obligar a escoger entre el desarrollo y la acción climática.
Limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados requiere de un financiamiento robusto, que abarque de manera equilibrada todas las áreas de acción bajo la Convención, incluidas la creación de capacidades, la mitigación y la adaptación, sin que se profundicen la brecha de recursos destinados a una y otra, así como las pérdidas y daños, señaló.
Camino a la COP 29
La COP 29, sostuvo la representante cubana, deviene una oportunidad única de diseñar la meta financiera que necesitamos, ajustada a las disposiciones del Acuerdo de París, en particular su artículo 9; el cual no deja lugar a dudas en cuanto a las responsabilidades compartidas, pero diferenciadas de las naciones y los compromisos de provisión de financiamiento contraídos por las naciones desarrolladas.
“El Nuevo Objetivo Colectivo Financiero Cuantificado debe garantizar el flujo de recursos nuevos, adicionales y predecibles, con niveles adecuados de acceso, basado en concesiones, y en el que el financiamiento público tenga un rol predominante”, destacó.
Y enfatizó el rechazo a los intentos de los países desarrollados de evadir sus responsabilidades y enmascarar como finanzas climáticas recursos destinados a la Ayuda Oficial al Desarrollo, o para financiar las actividades de sus propias empresas, como los créditos a las exportaciones.
La pretensión de pasar la carga financiera a los países en desarrollo, que ya de por sí enfrentan las consecuencias de un injusto orden económico internacional, y que para nada somos responsables de la crisis climática creada por un modelo de desarrollo depredador, resultan inaceptables.
A su juicio, es falso que no existen las suficientes finanzas públicas, cuando todos conocemos de los recursos millonarios que se dedican a la industria armamentista. Es evidente que lo que falta es una verdadera voluntad política.
Cuba reafirma su compromiso con este fórum y su militancia en la defensa de los legítimos intereses y reclamos históricos de los países en desarrollo.
Actualmente, trabajamos en la nueva Contribución Nacionalmente Determinada, con un mayor nivel de ambición. Asimismo, se prepara con rigor- y a pesar de los retos en materia de capacidades- el primer Informe Bienal de Transparencia bajo el Acuerdo de París, como mecanismo que no sustituye el sistema de transparencia de la Convención, sino que lo refuerza.
Todo ello, en un contexto de retos crecientes, a los que se suma el impacto de más de seis décadas de bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos y la arbitraria inclusión de Cuba en la lista unilateral de Estados patrocinadores del terrorismo.
En la reunión, la Dra. Jeni Miller, directora ejecutiva de la Alianza Global por el Clima y la Salud, señaló que “quienes sufren las consecuencias de no abordar el cambio climático terminan en nuestras clínicas, hospitales y sistemas de salud, mientras las comunidades enfrentan calor extremo, inundaciones, sequías y pérdidas de cosechas, y contaminación del aire. Es imperativo que los países entreguen Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC) actualizadas que se alineen con las acciones necesarias para proteger y promover la salud”.
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