Por segundo año, un grupo de científicos publicó un listado de las mejores playas de acuerdo con sus valores recreativos, de protección costera, conservación ecosistémica y calidad sanitaria. Se trata del «Ranking de las mejores playas 2024», coordinado por Elaine Baroni Oliveira, investigadora de la Universidad Federal do Río Grande del Sur, Brasil, y Camilo M. Botero, del Centro Internacional de Formación en Gestión y Certificación de Playas (Cifplayas).
Dos balnearios villaclareños del polo turístico Cayo Santa María figuran en dicho ranking, que sitúa el destino como uno de los más privilegiados a nivel mundial en la modalidad turística de sol y playa. Destacan en la lista: La Estrella, gestionada por el hotel Playa Cayo Santa María, y Perla Blanca, del hotel Paradisus Los Cayos, en los puestos siete y ocho del mundo, respectivamente. Además, el sector de la playa Piedra Movida, del hotel Gran Muthu Cayo Santa María también se encuentra entre las mejores de la región del Caribe.
Para la edición de este año se evaluaron 123 playas, pertenecientes a 14 países: Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Cuba, Ecuador, España, Guatemala, México, Nueva Zelanda, Perú, Panamá, Puerto Rico y Venezuela. En el proceso se involucraron 46 académicos, gestores y especialistas de varias disciplinas, preparados como evaluadores por Cifplayas.
Dicho proceso tuvo lugar entre el 11 y el 31 de marzo de 2024, y el resultado se dio a conocer el pasado 8 de junio, en el marco del Día Mundial de los Océanos. La información está organizada por países, región geográfica o tipologías: playas urbanas, rurales y de poblado. En términos generales, las diez con puntuaciones más altas se encuentran en Cuba y Brasil.
De los balnearios evaluados, 58 son urbanos, 40 están en localidades poco pobladas y 25 en zonas rurales. Entre los evaluadores participantes en la elaboración del ranking se incluyen oceanógrafos, ingenieros, geógrafos, químicos y educadores entrenados en una metodología que se enfoca, sobre todo, en la calidad ambiental de la playa.
Esta nueva propuesta metodológica destaca la conservación del patrimonio, de especies y de hábitats para garantizar la estabilidad de la costa y protegerla del riesgo, junto a los servicios e infraestructuras que la urbanidad moderna requiere, como los de recreación y calidad sanitaria.
A diferencia de otros rankings que suelen basarse en criterios subjetivos, condicionados por la belleza percibida de las playas según influencers y viajeros, el «Ranking de las mejores playas 2024» emplea rigurosos métodos científicos para obtener un resultado objetivo. Este enfoque resulta particularmente útil para turistas, gobernantes, gestores ambientales, hoteleros y demás interesados en la gestión y disfrute de las playas.
Las posiciones se determinan a partir de diagnósticos detallados que consideran varios aspectos: los valores recreativos, la protección costera, la conservación ecosistémica y la calidad sanitaria de cada playa.
Cada uno de estos indicadores se evalúa con una escala única, para facilitar su interpretación y comparación. «Tal multidimensionalidad permite recordar que la playa es un ecosistema frágil y vulnerable —especialmente, a los cambios globales—, del cual seguiremos beneficiándonos bajo un cuidado y manejo responsable.
La modificación de la estructura del paisaje, la fragmentación del hábitat, la impermeabilización de los sedimentos y la regeneración de recursos renovables son, entre otras variables nuevas, las que se tienen en cuenta en la evaluación para que el ocio, el placer y la recreación perduren», señala el documento.
Camilo M. Botero, director de Cifplayas, refiere que la principal ventaja del ranking es que incluye todos los criterios y elementos necesarios para que las playas se mantengan sanas y sustentables, y conserven sus valores ecosistémicos y sus espacios de recreación. «Al basarse en criterios científicos, se supera la visión meramente perceptiva de los visitantes o la calidad estética, pues se consideran las cuatro dimensiones que cubren las áreas principales para una gestión adecuada de este recurso», dice.
«El grupo de evaluadores cubanos en el 2024 se destacó más que en el 2023. Cuba cuenta con expertos en casi todas las regiones costeras de la isla. Además, la mayoría de ellos tienen experiencia profesional y académica directamente relacionada con asuntos de playas, lo que les otorga un mayor índice de credibilidad. En términos generales, desde Cifplayas nos encantaría que en todos los países hubiera la misma calidad y cantidad de evaluadores que tenemos en Cuba», agrega el científico.
Sobre los retos, señaló: «La primera meta de Cifplayas para el 2025 es tener evaluadores y resultados en países de habla inglesa. Otra aspiración es aumentar la cantidad de evaluadores con formación académica y experiencia en temas de playas, para que su índice de credibilidad sea mayor. También trabajamos por incluir la sección del ranking en la Journal of Coastal Research, una revista indexada con más de 40 años y referente mundial en investigaciones costeras.
El comité científico está trabajando fuerte para comenzar a publicar artículos en esta sección especial de la revista», concluye.
En Villa Clara, los especialistas del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) fueron los encargados de evaluar los tres sectores de playas que aparecen en la lista. Manuel García Castro, experto del Departamento de Cambio Climático y Gestión de Riesgos, explica que, para ser acreditados como evaluadores por Cifplayas, debieron cursar una rigurosa preparación previa mediante el método de educación modular emergente (EMME) a través de la plataforma Telegram, con entrenamientos incluidos, y, además, directamente en las playas.
DE LA CERTIFICACIÓN AL RANKING
Villa Clara cuenta con más de 16 playas de singular importancia por sus atractivos naturales y potencialidades de uso en el desarrollo del sector turístico de nuestro país y en la recreación de la población, todas ubicadas en los cayos al norte de la provincia. De ellas, 12 se ubican en el polo turístico Cayo Santa María y son sometidas a un intensivo uso a partir de la modalidad turística de sol y playa.
En 2024 los hoteles Gran Muthu Cayo Santa María, Paradisus Los Cayos y Playa Cayo Santa María obtuvieron la certificación de sus balnearios con la categoría de Playa Ambiental, otorgada por la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en la provincia, sumado el frente de playa del hotel Meliá Las Dunas, portador también de dicho reconocimiento.
García Castro, quien junto a otros investigadores asesoró y acompañó el proceso de certificación, explica que comenzar la evaluación para el ranking a partir de las que ya han sido declaradas como Playa Ambiental constituye un paso estratégico, dado que cumplen con ciertos estándares ambientales y de calidad.
«Esto facilita la recolección de datos iniciales y asegura que el ranking se comience con playas que tienen una gestión ambiental adecuada. Además, sirven como modelos de referencia para otras, lo que ayuda a establecer un marco de comparación y motiva al resto de los hoteles a mejorar sus prácticas para alcanzar o mantener altos estándares en la gestión y conservación de estos ecosistemas», agregó.
Playa Ambiental es un sistema de certificación elaborado por el Centro de Servicios Ambientales de Matanzas (CSAM), que se inició en 2009 con carácter local para las playas de Varadero, y se comenzó a aplicar en Villa Clara en el marco de la 38 Feria Internacional del Turismo (FITCuba 2018). Es aplicable a los frentes de playa de los hoteles y de todas las entidades públicas ubicadas en la primera línea de estos.
El especialista del Cesam Villa Clara apuntó que dicha certificación debe partir de tres premisas fundamentales: el sostenido ejercicio del manejo integrado costero, la adopción de un enfoque integrador de la gestión ambiental y turística, y la concepción de la playa, además de un recurso natural, como un servicio para los usuarios.
«Esta certificación se concede por un período de tres años y se acredita en un acto de entrega. Asimismo, una vez otorgada, se realizan inspecciones que pueden conllevar su anulación y retirada por incumplimiento de los requisitos.
«El otorgamiento, control anual y renovación del esquema de certificación de Playa Ambiental es de vital importancia por constituir un mecanismo en favor de la sustentabilidad turística, con un reporte de beneficios para el medio ambiente, y, además, representa un valor agregado para el producto turístico de sol y playa», apuntó.
ANTE LOS DESAFÍOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
En la batalla constante contra los procesos de erosión, empeorados por factores disímiles como la pérdida de sedimentos y el ascenso del nivel del mar —fenómenos asociados con el cambio climático—, en 2017 el Cesam participó en la ejecución de un proyecto de rehabilitación por vertimiento de arena en seis sectores de playa de este polo turístico: Piedra Movida, Las Coloradas y Perla Blanca, en Cayo Santa María, y Las Salinas y Caracol, en Cayo Las Brujas, además de un segmento comprendido entre los hoteles Meliá Las Dunas y Playa Cayo Santa María. Esta acción contribuyó a mantener los estándares de calidad, suficientes para responder a la creciente demanda turística del polo villaclareño.
Según García Castro, antes del vertimiento «los perfiles de esas playas presentaban evidencias notables de los efectos ocasionados por los agentes erosivos. También hay que tomar en consideración que el huracán Irma había afectado recientemente la zona, lo que las deterioró aún más respecto a la concepción que se tenía sobre ellas en los proyectos iniciales.
«Algunas de estas evidencias eran la aparición de superficies rocosas, tanto en la línea de costa como en la pendiente submarina, y la disminución progresiva del ancho de la berma (parte alta de playa donde los bañistas suelen tomar sol), llegando a cortar las dunas». A pesar de esto —refiere el experto—, «sus características morfológicas mostraban el predominio de condiciones favorables para la estabilidad de un perfil creado mediante la alimentación artificial de arena; solución técnica utilizada para recuperar las playas, pues proporciona la rápida restitución de las condiciones requeridas para la actividad turística».
Con el vertimiento se beneficiaron 6 830 metros lineales, en los que se depositaron 818 381 metros cúbicos de arena, con un área de exposición solar de un ancho promedio superior a los 40 metros. Los proyectos fueron elaborados en la División de Ingeniería Costera de la Empresa Inversiones Gamma S. A., del Citma, de conjunto con especialistas del Cesam, lo cual incluyó también los correspondientes estudios de impacto ambiental, realizados en este caso por el centro villaclareño.
Este proceso no se logró de la noche a la mañana y, según García Castro, tuvo etapas fundamentales como el acondicionamiento del litoral, la movilización del equipamiento y ensamblaje de la tubería extractora, el vertimiento de arena y la conformación de los perfiles de diseño, así como la desmovilización de los recursos utilizados.
Una vez ejecutado el proyecto, se logró restaurar el perfil desde las dunas hasta la playa submarina, fuertemente afectada por procesos erosivos intensos en el área y por los embates directos del huracán Irma. A partir del vertimiento, el trabajo del Cesam se ha centrado en el monitoreo continuo y la evaluación de su sostenibilidad, lo cual incluye el complejo de vegetación de costa arenosa asentado sobre dichas playas y los arrecifes cercanos a la zona de préstamo de arena.
«Cada playa tiene sus características, pero un elemento concluyente es que el vertimiento de arena restableció sus cualidades estéticas y de uso turístico, y resulta un elemento atenuante ante los efectos del cambio climático. «Los análisis demuestran que durante el período no se evidencian retrocesos alarmantes de la línea de costa, mientras las playas mantienen las condiciones necesarias para el desarrollo del complejo de vegetación de costa arenosa. Tampoco se aprecia una disminución en la densidad de colonias de arrecifes coralinos por metro cuadrado en los muestreos realizados, y el porcentaje de colonias con mortalidad reciente es bajo», aseguró el especialista.
PROYECCIONES PARA EL 2025
El Departamento de Cambio Climático y Gestión de Riesgos del Cesam trabaja desde el año 2009 en la implementación de acciones encaminadas al mantenimiento y rehabilitación de las playas de la provincia. Por ello, una de las metas para el 2025 se enfoca en el monitoreo continuo de estos sectores de playa, refiere García Castro.
«Desde el 2022 incluimos también el estudio de la calidad del agua de mar, donde se analizan variables físico-químicas y microbiológicas. Los muestreos los estamos ejecutando de conjunto con el Centro de Bioactivos Químicos (CBQ) de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas. Estos resultados son esenciales, tanto para el proceso de certificación como para el ranking, pues influye en los criterios sanitarios que se evalúan.
«Ya hay dos nuevas playas en proceso de certificación: el sector de La Salina, correspondiente al hotel The One Gallery Resort, y el sector de playa Caracol, gestionado por el Hotel Dhawa Cayo Santa María. La estrategia es incluir estos balnearios en la evaluación para el ranking del 2025, por lo que hemos continuado capacitándonos con Cifplayas, a fin de mejorar el índice de credibilidad como expertos y superar la posición alcanzada por nuestras tres playas, que aparecen en el top 10 de este año para el mundo y la región caribeña.
«Igualmente, se está trabajando en incluir el monitoreo de playas dentro del macroproyecto “Escenarios de peligro y vulnerabilidad de la zona costera cubana asociados al incremento del nivel medio del mar para los años 2050-2100”, del programa sectorial “Reducción integrada de riesgos de desastres en Cuba”, coordinado por el Instituto de Geofísica y Astronomía (IGA) en La Habana.
«Aspiramos a obtener el Premio Provincial de la Academia de Ciencias de Cuba, y este año presentaremos el expediente con los resultados de los trabajos de gestión, mantenimiento y rehabilitación de playas que ejecuta el Cesam desde el 2009», recalcó el experto.
La certificación e inclusión de estos balnearios en el ranking mundial refleja el compromiso de Cayo Santa María con la gestión ambiental y la sustentabilidad turística, así como el esfuerzo aunado de la ciencia y la industria del ocio en el territorio para preservar estos destinos. Tal reconocimiento no sólo asegura que las playas cumplan con estrictos estándares ambientales, sino que también promueve prácticas sostenibles que benefician por igual a visitantes y gestores hoteleros.
Cassie Semyonova, una vacacionista canadiense, compartió su experiencia al respecto: «Mi segunda estancia como turista en Cuba ha sido singular al disfrutar de un entorno costero donde se aprecia preocupación por la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, característica poco común en otras playas del Caribe que he visitado».
La implementación de medidas rigurosas para mantener la calidad del agua, la conservación de la biodiversidad y la gestión adecuada de residuos son ejemplos concretos del compromiso de Cayo Santa María. Estas iniciativas no sólo mejoran la experiencia turística, sino que también contribuyen a la preservación de los recursos naturales para las futuras generaciones.
La colaboración entre científicos y profesionales de la industria del ocio ha sido fundamental para alcanzar estos logros y demostrar que el turismo responsable y la protección ambiental pueden ir de la mano.
Datos importantes
• El Departamento de Cambio Climático y Gestión de Riesgos del Cesam Villa Clara ostenta el Premio Provincial de la Academia de Ciencias de Cuba 2019 al Manejo Integrado Costero, y el Premio Provincial de Medio Ambiente 2024.
• Esta línea de trabajo del Cesam fue premiada recientemente como Destacada en el XVI Evento Territorial de Economía y Desarrollo del Turismo (ECODESTUR 2024), celebrado en Villa Clara.
Tomado de Vanguardia
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