Para quienes hace poco comenzamos la vida laboral, este sería el primer desfile por el Día Internacional de los Trabajadores, ya como tales; aunque para esta reportera, como para muchos jóvenes cubanos, la fecha jamás ha pasado inadvertida.
Antes era estilista empírica de mis padres. Ya hubiera convencido a mami de usar la gorra que resalta el color azul de su pulóver, o previendo que Yune despierte a mi sobrina a tiempo, para que no se perdiera la fiesta».
Hoy la covid-19 nos exige, por la salud de la Patria y la de sus trabajadores, aislamiento social. Pero ni ella nos arrebata otra jornada de multitudes y abrazos. La voluntad de este pueblo y su alegría harán de cada casa su plaza. Allí, en familia, rendiremos tributo, a los héroes de Chicago; quienes hace más de cien años pagaron con sus vidas el reclamo de sus derechos.
Las banderas en nuestras puertas y balcones, la producción de contenidos en las redes sociales, participar en los concursos convocados por la Central de Trabajadores de Cuba, más todo el caudal de imaginación soberana que se respira en una patria libre, multiplicará a la Revolución, porque ahora serán muchas más las plazas. El hogar expresará el júbilo de un país en el que los trabajadores participan en el plan de la economía, y crean las riquezas que se revierten en su propio pueblo. En casa también estará la solidaridad con otros obreros, campesinos o profesionales, que aún luchan por los derechos ganados aquí.
Así como aplaudimos cada noche a los trabajadores de la salud, habrá palmas para aquellos que sostienen el país desde un puesto imprescindible. Tampoco faltarán para los desvelados que conducen esta Isla siempre crecida.
Habrá, estoy segura, otros 1ro. de Mayo en que volvamos a pisar el asfalto de una plaza, codo a codo; pero en este, aún desde casa, mi orgullo agitará las banderas y celebrará también, por Cuba, por su gente.
Fuente: Granma
Valore este artículo
Click en las estrellas para votar
0 / 5. Conteo 0