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La satisfacción del sacrificio

CIENCIA JOVEN

Sofía Albizu-Campos cursa el segundo año de la licenciatura en Matemática en la Universidad de La Habana. Para ella las olimpiadas de conocimiento en Cuba contribuyen a la formación de jóvenes científicos

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Sofía Albizu-Campos Rodríguez. Foto: Cortesía de la entrevistada

La Olimpiada Centroamericana de Matemática no permite concursantes mayores de 16 años. Con esa edad, una adolescente cubana obtuvo la medalla de oro en el evento de 2017, realizado en El Salvador.

Sin dudas, toda victoria resulta estimulante. Mas, si doce meses después vuelves a subir al podio con un tercer lugar en la Olimpiada Iberoamericana, que tuvo la sede compartida entre España y Portugal.

Y luego alcanzar una mención en la Olimpiada Internacional, desarrollada en Reino Unido, donde participaron los talentos del mundo en la materia, que aún no habían ingresado en la universidad.

-Ahí, no hay cuento -le dice Sofía Albizu-Campos Rodríguez a este periodista por vía telefónica-, están los mejores. El simple hecho de asistir te llena de expectactivas.

Verse en la inauguración de la Olimpiada Internacional repleta de muchachos le fue muy impresionante. Vitamina para los ánimos y el cerebro joven. Fuerza para el corazón.

A pesar de visitar cuatro países y ganarse el reconocimiento en las lides de los números y el razonamiento, Sofía no se deja dislumbrar por los destellos de los rascacielos ni la exquisitez de los chefs ingleses. Lo que más le afecta cuando viaja es la comida, porque necesita del arroz con frijoles.

-Sin ese plato resulta muy complicado para mí -por insólito que parezca ella lo reafirma con énfasis hacia la cocina criolla.

Cuba en general sale muy bien en las olimpiadas de Matemática. Agrega la entrevistada que en las iberoamericanas siempre se obtienen medallas, y en las centroamericanas queda entre el segundo y tercer escaño porque México es imbatible.

También existen las olimpiadas internacionales universitarias, a las cuales no acuden representantes de la Isla, según explica Sofía, debido a lo difícil de prepararse con el cúmulo de asignaturas. Sin embargo, sí asisten a la de Programación, donde en el 2017 lograron relevantes resultados.

Detrás de una gran satisfación acostumbra haber un gran sacrificio. Preparación a tiempo completo. Estrés. Agobio. Y al escucharlo en voz de una joven de apenas 20 años uno puede concluir que se cansará en cualquier momento en busca de una vida más placentera.

-Me agoto mucho porque pienso que debo estudiar todo el tiempo. Eso hace que uno no pueda disfrutar sus ratos libres. Obtener resultados demanda de ese esfuerzo. Además de la responsabilidad que se tiene con el país cuando te seleccionan para representarlo. Sientes la presión.

Aclara mientras comparte los pormenores que conlleva entregarse a las competiciones que, en su opinión, parte del mérito se lo deben a los entrenadores, quienes ayudan a superarlo todo.

-Evidio Quintana Fernández, del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVC) Vladimir Ilich Lenin, es magnífico -especifica.

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Preselección Nacional de Matemática 2018. Foto: Cortesía de la entrevistada

Centro Nacional de Entrenamiento
Sofía Albizu-Campos cursa el segundo año de la licenciatura en Matemática en la Universidad de La Habana. Para ella las olimpiadas de conocimiento en la Mayor de las Antillas contribuyen a la formación de jóvenes científicos.

El sistema cubano de concursos posee su base en la educación primaria y continúa en el resto de los niveles de enseñanza. Tiene una estructura jerárquica. Inicia en los municipios, se pasa a un alcance provincial hasta el nacional.

En el caso de los estudiantes de ciencias (Matemática, Física, Química, Biología e Informática), cuando quedan entre los diez primeros de su grado en un evento a nivel de país lo incorporan a una preseleción. Su curso cierra hasta donde recibió clases y lo trasladan al Centro Nacional de Entrenamiento, que radica en el municipio capitalino de Boyeros.

En lo adelante solo reciben la asignatura en la que están especializados durante dos meses. Además, deben enfrentarse a una prueba selectiva para integrar el equipo según la convocatoria de la olimpiada a participar. La segunda etapa de preselección la define el continuo entrenamiento hasta la hora de la competencia.

Las copas nacionales de Matemática se hacen entre los IPVC. La primera en la que participó nuestra entrevistada la organizaron en la provincia Granma, en enero de 2017. Ganar el oro la motivó a seguir ante la inseguridad que la acompañaba.

Conserva como maravilloso el recuerdo de su paso por el Centro Nacional de Entrenamiento, al tener la dicha de coincidir con la directora María Elena Albisu Torres: educadora y amiga de los alumnos.

Valora este centro como un pilar en la formación de los estudiantes porque aunque parezca elemental, todos los países de la región no cuenta con uno donde los equipos nacionales puedan intercambiar entre sí y crear un entorno sano para su desarrollo.

-Se debe a la universalidad de nuestro sistema de Educación que posibilita aprovechar al máximo el potencial humano del país -y en concordancia con lo expuesto Sofía sostiene- los resultados e intercambios con otras naciones de la región y del mundo permiten determinar que el proceso de selección y entrenamiento de la Isla sobresale en América Latina.

Las olimpiadas despiertan emociones en los concursantes, pero indica la entrevistada que además estimulan a entrar a buenos alumnos a las carreras de ciencias puras y aplicadas, de importancia para el desarrollo.

Otro aspecto positivo, para ella, radica en ingresar a las universidades con mayor preparación, lo cual favorece al desempeño y da facilidades para el aprendizaje e iniciarse en las investigaciones en el propio magisterio.

-Además los estudiante de preselección suelen participar en las labores educativas de la propia universidad e incluso en el preuniversitario y secundaria básica.

Y por lo general, debido al sentido de pertenencia que crea en ellos el Centro, se reincorporan voluntariamente en calidad de entrenadores o apoyando la confección de exámenes o la calificación de estos. Es una oportunidad para crecer profesionalmente y en lo personal”, plantea la joven

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Participación en la Olimpiada Iberoamericana de Matemática 2018. Foto: Cortesía de la entrevistada

A favor de la ciencia

El interés por los números nació cuando todavía no había recibido las primeras lecciones al respecto en la escuela. Estaba muy chiquita. Rememora que utilizaba una pizarra pequeña donde un tío le ponía sumas y restas, pero esta última operación no las hacía muy bien.

Aunque el verdadero motivo para mantenerla entretenida era por el hecho de mantenerla en silencio un rato. Hablaba mucho. Lo lograban con ejercicios matemáticos.

La diversión de hacer cálculos la complementaba con pintar. Poco a poco, los concursos en la primaria empezaron a inclinar la balanza a favor de la ciencia.

A su vez encontró problemas en los libros que retaban mucho y la sensación de disfrutar mientras los resolvía. También descubrió su rechazo hacia lo fácil.

-Así empieza todo matemático, me imagino -manifiesta como si los profesionales del ramo estuvieran destinados a abrir las cerradura de puertas carentes de llaves.

Luego, la preselección nacional le cambió la vida completamente. Entregada a una incesante superación, que agota y gratifica en la misma medida.

Por Boris E. González Abreut
Departamento de Comunicación del Citma

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