El asalto al Palacio Presidencial y Radio Reloj protagonizado el 13 de marzo de 1957 constituyó una impresionante proeza
El pueblo no olvida a sus próceres, por lo que en un contexto de medidas de bioseguridad a causa de la pandemia de la COVID-19 rendirá este día 13 el merecido tributo a todos aquellos hijos de la Patria que no cejaron en los intentos de salvar a Cuba de una de las dictaduras más sangrientas e ignominiosas que el continente tuvo en el siglo XX.
Con el asalto al Palacio Presidencial y Radio Reloj protagonizado el 13 de marzo de 1957 por un grupo de jóvenes del Directorio Revolucionario (DR) encabezado por José Antonio Echeverría, líder estudiantil universitario, quedó demostrada la decisión inquebrantable de los cubanos y particularmente de su vanguardia juvenil, de ser libres o mártires.
La acción constituyó una extraordinaria proeza en un escenario de represión impuesto en el país por parte de las huestes batistianas. El objetivo esencial, desarticular al régimen luego de que fuese ultimado el tirano Fulgencio Batista, lo cual no fue posible de lograr al huir de su madriguera en Palacio el dictador, responsable del asesinato de miles de cubanos en esos años de la década del 50 de la pasada centuria.
Manzanita como cariñosamente le llamaban a José Antonio sus compañeros de la Universidad de La Habana, amigos y allegados, le recuerdan por su modestia, sencillez y ferviente espíritu patriótico.
Luego del desarrollo de la acción revolucionaria y posterior a la emotiva alocución al Pueblo de Cuba ofrecida por Echeverría desde la emisora Radio Reloj, (en que este informaba de la muerte del tirano el cual a esa hora, alrededor de las 3.20 p.m.) se esperaba hubiese sido ultimado en el contexto de la operación militar que simultáneamente otro grupo del DR ejecutaba en el Palacio Presidencial, se constató desconcierto en la población que fue sorprendida con las noticias sobre los acontecimientos de esa tarde en la capital.
La trasmisión había sido interrumpida abruptamente y la emisora sacada del aire por los sicarios, comenzando a partir de entonces una férrea persecución policial contra los combatientes.
Llegando a uno de los costados del recinto universitario de La Habana, José Antonio es interceptado por un patrullero con casquitos batistianos dentro quienes de manera indiscriminada disparan contra el líder estudiantil, hasta asesinarle.
Durante la realización de la intrépida acción se presentaron algunos deslices organizativos y faltas de última hora que incidieron en la no concreción del objetivo esencial previsto en Palacio. Ello posibilitó fuese advertido el dictador, y que este pudiese escapar de su guarida.
La Patria agradecida no olvida esta hazaña desempeñada por jóvenes revolucionariosresueltos a luchar por la emancipación de un régimen avasallador, y muy cruel como el que encarnó Batista, al servicio de las oligarquías y el gobierno de los Estados Unidos que expoliaba los recursos naturales de la Isla.
¡Gloria a los héroes y mártires del 13 de Marzo!
Tomado de Tribuna