EnglishSpanish

Aboga Cuba por tratado vinculante y justo sobre contaminación por plástico

La contaminación por plástico pasó de dos millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017.

Cuba expresó su compromiso con un tratado vinculante y justo para la contaminación por plástico, una problemática heredada por los países en desarrollo, desde el punto de vista tecnológico y ambiental,  en la Primera Reunión del Comité Intergubernamental de Negociación sobre esa problemática.

En la reunión, en Uruguay –nación a la que la delegación cubana agradeció como sede-, Cuba destacó que los productos plásticos de “corta duración” que representan más del 50% de los empleados en el mundo y son la mayor fuente de contaminación actual, han sido introducidos en nuestras economías a partir de tecnologías importadas.

“Antes empleábamos vasos y platos desechables de cartón, bolsas de papel, hasta que un día llegaron los plásticos de un solo uso. Entonces, pasamos de utilizar productos biodegradables a contaminantes. Nuestros ecosistemas se han llenado de basura plástica, sin tener ahora todas las condiciones y medios para resolver el problema”, señaló  el director general de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA) del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Jorge Álvarez.

Además, destacó Álvarez, la nación tiene que enfrentar otras presiones como un recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica al país, por más de 60 años.

“Apoyamos y estamos comprometidos con la elaboración de un instrumento jurídicamente vinculante, pero debemos hacerlo de manera justa y aquí la justicia se traduce en lograr un tratado balanceado en obligaciones y medios de implementación, las que deberán negociarse al unísono y desde el inicio del proceso, en particular la creación de un fondo específico para esto”, indicó el director de la ORSA. 

A su vez, Cuba considera que el documento debe “contener disposiciones precisas de flexibilidad a los países en desarrollo, en especial los pequeños estados insulares, por su vulnerabilidad ante el problema ambiental que se trata.  Se necesita flexibilidad para la elaboración de los planes de acción nacionales y las disposiciones de cumplimiento, reporte y monitoreo, en función de las capacidades y circunstancias nacionales”.

Por otra parte,  propone aplicar el enfoque del ciclo de vida a partir de la diferenciación por tipo de productos: los que son de un solo uso, los que pueden ser circulares, y los que no puedan ser reciclados o reutilizados.  

Igualmente, Cuba destaca que esa diferenciación de productos podrá incluirse en anexos del instrumento y distinguirá la aplicación de medidas obligatorias o voluntarias. “El enfoque de los Anexos, ayudará a mantener la vigencia del tratado, pues pueden actualizarse en el futuro, según evolucionen las tecnologías y las evidencias científicas, que son imprescindibles para la definición de cualquier tipo de obligación y medidas de control”, agregó.

En cuanto a la manera de avanzar en la elaboración del instrumento se debería comenzar con disposiciones básicas e introductorias como: objetivo, alcance, definiciones preliminares, que tendrán que completarse en el transcurso de la negociación.

También pueden adelantarse las disposiciones relacionadas con los arreglos institucionales del instrumento.

El objetivo u objetivos deben ser sencillos, claros y alcanzables. Para esto, debe tenerse en cuenta “que los plásticos tienen una amplia y diversa utilización en sectores que son importantes para la vida del hombre. Por lo que sería irreal pensar que todos van a poder eliminarse o sustituirse”, consideró.

Muchos  tendremos que seguirlos utilizando, entonces lo importante es lograr que se produzcan y manejen de manera sostenible, en particular sus residuos, aplicando el enfoque de circularidad, siempre que sea técnicamente posible.

En el alcance del tratado no debe faltar: la prevención y reducción de la contaminación y la promoción de la investigación, la educación, sensibilización y el desarrollo de tecnologías para la búsqueda de alternativas a los plásticos (los bioplásticos), entre otras cuestiones.

Todo lo anterior, permitiría tener un tratado ambicioso, con la seguridad de iniciar su instrumentación de manera global con relativa rapidez y lograr resultados de su implementación cuanto antes.

La contaminación por plástico pasó de dos millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017, convirtiéndose en una industria mundial valorada en 522.600 millones de dólares, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Se espera que se duplique su cantidad, de aquí a 2040.

Los impactos de la producción y la contaminación debida a los plásticos son una catástrofe en ciernes en el contexto de la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la contaminación, dijo la agencia de la ONU.

La exposición a los plásticos perjudica la salud humana, y puede afectar a la fertilidad, la actividad hormonal, metabólica y neurológica, mientras que la quema abierta de plásticos contribuye a la contaminación del aire.

Valore este artículo

Click en las estrellas para votar

0 / 5. Conteo 0

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on telegram
Telegram
Share on whatsapp
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Cuánto es1 + 5 =

Ir al contenido