En la actual temporada migratoria de aves, la Dirección de Epidemiología del Centro Nacional de Sanidad Animal (CENASA) lanzó un llamado a elevar la vigilancia epidemiológica para la prevención de la Influenza Aviar (IA), comúnmente conocida como Gripe Aviar, una infección viral contagiosa que afecta aves silvestres y domésticas.
Un comunicado de esa dirección indica que los virus de la IA se clasifican en dos categorías según la gravedad de la infección en aves de corral: virus de Influenza Aviar de baja patogenicidad (IABP) y de alta patogenicidad (IAAP).
El enfoque “Una sola salud”, alude a la estrecha relación e interdependencia que existe entre los aspectos asociados a la salud humana, animal y ambiental, lo que permite abordar de manera integral la sanidad animal y la salud pública.
Desde finales del 2021 existe una situación zoosanitaria compleja a nivel mundial con la IAAP, debido a la ocurrencia de múltiples brotes distribuidos en todos los continentes.
La situación en las Américas ha puesto en alerta a la mayoría de los países o territorios amenazados, a partir de la rápida diseminación de la misma en varios países; tanto en aves silvestres como domésticas, cuestión que tiene en tensión a la región e incrementa el riesgo de aparición en nuestro país.
De acuerdo con el patrón estacional, se espera que el número de brotes en los países de la región aumente en los próximos meses, por lo que la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) recomienda que los países refuercen la vigilancia epidemiológica para la detección temprana y respuesta oportuna ante la amenaza potencial para la salud animal con impacto en la salud pública, para cuyo enfrentamiento es necesario el enfoque intersectorial.
Considerando el comportamiento de la enfermedad, la cual no está presente en Cuba y el riesgo de introducción en nuestro país, a partir de los mecanismos de trasmisión y diseminación de la misma es básicamente a través de las aves migratorias y teniendo en cuenta que nos encontramos en el período de migración, el Centro Nacional de Sanidad Animal recomienda a profesionales, técnicos, criadores y población acciones en aras de mitigar el impacto medidas evitar el contacto de aves silvestres con las crianzas avícolas, extremar las medidas de bioseguridad en crianzas avícolas y no trasladar aves enfermas.
Igualmente, se aconseja evitar llevar aves producto de la caza hacia las viviendas, por lo que estas deberán ser faenadas en el área de caza; desinfestar los medios utilizados en la caza y faenado de estas aves antes de ingresarlos a las viviendas.
El comunicado alerta que ante cualquier mortalidad de aves de crianzas o aves silvestres, no deben tocarse los cadáveres y debe avisarse de inmediato al servicio veterinario oficial de la localidad.
De acuerdo con la OMSA, a menudo, cuando se produce un brote, se decide sacrificar a todas las aves de corral, tanto infectadas como sanas, con el fin de contener la propagación de esta enfermedad, lo que supone grandes pérdidas económicas para los productores y un impacto a largo plazo en sus medios de subsistencia.
Sin embargo, las aves de corral no son las únicas afectadas. Las aves silvestres también son víctimas del virus de la influenza aviar, además de desempeñar un papel importante en la propagación de la enfermedad.
Esta enfermedad es también objeto de gran preocupación para el sector de la salud pública. Si bien el virus de la influenza aviar circula en las aves de corral, se han observado casos esporádicos en los seres humanos.
Reportes de la OMSA indican que los brotes de influenza aviar puede tener consecuencias diversas para la avicultura, la sanidad de las aves silvestres, los medios de subsistencia de los productores y el comercio mundial.