Una nube de polvo del Sahara avanza sobre el Atlántico y se aproxima al Caribe, alertó el Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) en su página de Facebook.
El fenómeno incrementará las concentraciones habituales de polvo sahariano sobre Cuba, lo cual traerá consigo una nueva disminución de las lluvias a partir del viernes 21 de julio y mantendrá la sensación de mucho calor en la mayor de las Antillas.
Ante la situación, el Insmet hizo un llamado a protegerse. El polvo del Sahara puede afectar las vías aéreas, sobre todo a los alérgicos y asmáticos, provocando molestias al respirar y sensación de cansancio.
Las partículas de polvo son levantadas por el viento y tienen la capacidad de transportarse miles de kilómetros, lo cual ha hecho que se conviertan en un visitante habitual en el Caribe.
Estas nubes del polvo, del Sahara, suelen llegar a Cuba entre marzo y abril, aunque las mayores oleadas suceden en junio, julio y la primera quincena de agosto.
En declaraciones a medios de prensa, la doctora Mirta Álvarez, especialista de I Grado en Medicina General Integral y II Grado en Alergología, explicó que ese polvo trae numerosas partículas minerales como hierro, calcio, fósforo, sílice, arcilla, también bacterias, hongos, ácaros y pólenes.
El contacto con este material provoca síntomas que van desde irritación en ojos, nariz y piel hasta inflamación de las vías respiratorias, por lo que es perjudicial para la salud, esencialmente para las personas con problemas respiratorios y alergias.
Ante esas posibles consecuencias, la especialista recomienda no exponerse al polvo, tratando de permanecer en los hogares siempre que sea posible, y evitar los ejercicios físicos al aire libre en los días de máxima presencia del polvo, previstos para la próxima semana.
En el caso de pacientes con alguna condición previa de enfermedad respiratoria y alergia, la especialista orientó realizar su tratamiento preventivo, empleando la medicación de control, como los esteroides inhalados Beclometasona o Fluticasona.
De igual manera, aconsejó retomar la práctica del uso de la mascarilla facial o nasobuco para protegerse del polvo, así como espejuelos, los cuales constituyen barreras para el contacto del polvo con los ojos, la nariz y la boca.
El polvo del Sahara consiste en una masa de aire caliente y seca cargada de partículas de arena que se forma sobre el desierto del Sahara debido a los fuertes vientos en la región norte de África, los vientos alisios intensos comienzan a soplar hacia el oeste en el Atlántico Norte.
Las nubes de polvo del Sahara existen desde tiempos remotos, pero el hombre solamente conoció de su presencia con la aparición y desarrollo de la tecnología satelital.
De acuerdo con el experto cubano, doctor en Ciencias Físicas Eugenio Mojena López, asesor del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología y pionero de los estudios sobre el tema en el país, en los últimos años las investigaciones científicas han establecido la existencia de un vínculo entre las nubes de polvo del Sahara y el creciente aumento de los eventos de mareas rojas en la región del Caribe.
La transportación a larga distancia de esa alta carga de contaminantes, afecta al medioambiente en general, con énfasis en los ecosistemas marinos, al repercutir en el declive de las poblaciones de arrecifes coralinos (propician que puedan ser atacados por un hongo endémico de África transportado por ellas), y favorecer la proliferación de los denominados eventos de marea roja, asociados a grandes floraciones de algas, muchas de ellas tóxicas.
El aporte de fósforo, hierro y otros nutrientes contenidos en ellas, subrayó el especialista, fertiliza la franja marina del Atlántico extendida hasta el arco de las Antillas Menores, y penetra en las aguas del Caribe, favoreciendo el crecimiento y reproducción de las algas de sargazo.