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Cada muestra en el entorno conduce a la verdad

La calidad del aire ha sido monitoreada constantemente en el lugar del siniestro, así como en las provincias de La Habana y Mayabeque. Autor: Roberto Suárez

Todo cuanto se está haciendo para evaluar el impacto ambiental provocado por el incendio tendrá en cuenta las referencias de la población que aporta datos y evidencias, destacaron expertos del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente

El incendio de grandes proporciones ocurrido recientemente en la base de supertanqueros de Matanzas, debido a una descarga eléctrica, es considerado un accidente tecnológico de origen natural. Especialistas del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (Citma), consultados por Juventud Rebelde, afirmaron que eventos similares han ocurrido en otros países con tradición petrolera, pero, al menos en bibliografía, no hay evidencias de que algo similar sucediera en el país.

El lamentable suceso trajo consigo una contaminación puntual en determinados lugares de las provincias de Matanzas, Mayabeque y La Habana fundamentalmente, y ha demandado acciones para contrarrestar esta situación, al tiempo que se realizan otras en función de que —a mediano y largo plazos— los impactos ambientales de este incendio puedan atenuarse en caso de que se hayan producido, declaró la Doctora Odalys Goicochea Cardoso, directora general de Medio Ambiente del Citma.

Señaló que el primer impacto que las personas reciben cuando sucede un evento como el referido, es el fuerte calor y la incidencia de partículas y sustancias gaseosas en la atmósfera. Por lo que su protección es la máxima prioridad y en consecuencia, las autoridades matanceras evacuaron, con la inmediatez requerida, a las que podían correr algún tipo de riesgo por el radio de impacto del incendio, su magnitud y la dirección de los vientos.

Cada muestra en el entorno conduce a la verdad

En medio del desastre, bomberos y rescatistas asistieron a los animales cuyas vidas peligraban. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Yeilén Delgado Calvo

Desde el punto de vista ambiental, se activan todas las acciones de los especialistas para la modelación y la inmediata toma de muestras, actividad que se mantiene durante un período de tiempo después de que se declare que el incendio ha sido extinguido.

«A pocas horas del inicio de este suceso comenzó todo el proceso de modelación que contribuyó a definir los puntos de monitoreo para tomar las muestras y con estas medir, interpretar y evaluar los resultados en su justo contexto, a partir de todo el proceso ocurrido durante el incendio activo, así como lo que pudiera ocurrir posteriormente sobre nuestros recursos naturales, ecosistemas, pero básicamente sobre la salud de nuestra población. El principal propósito es proteger y salvar vidas», remarcó.

Goicochea Cardoso explicó el seguimiento que requiere esta situación y que lleva a cabo el Ministerio de Salud Pública (Minsap). Las personas que se encontraban cercanas a donde sucedió el incendio y las que han estado próximas durante el trabajo para sofocarlo son chequeadas para comprobar si fueron afectadas por el evento.

«Aunque hasta este momento no se han incrementado, según lo informado por el Minsap, a través de los sistemas de vigilancia médica se monitorea el comportamiento de las enfermedades respiratorias, el asma bronquial, así como algunas afectaciones en la piel, los ojos, entre otras», acotó.

Manifestó que cada muestra, como ha dicho un compañero suyo, es un tesoro; porque les permitirá interpretar lo que ha acontecido de inmediato, a mediano y a largo plazos con la ocurrencia del siniestro.

Por su parte, la Doctora Rosemary López Lee, directora del Centro de Contaminación y Química de Atmósfera del Instituto de Meteorología, al ser inquirida sobre cuáles son las causas que han provocado que animales dejen de pastar y tomar agua, según han referido algunos campesinos en las redes sociales, sostuvo que eso se debe no tanto a las emisiones como a las deposiciones.

Cada muestra en el entorno conduce a la verdad

Rosemary López Lee, directora del Centro de Contaminación y Química de Atmósfera del Instituto de Meteorología. Fotos: Roberto Suárez

«Debido a estas emisiones que llegan a la atmósfera puede ocurrir que los contaminantes se transporten y difundan, tanto en la vertical como la horizontal del área, pero después ocurren también los procesos de remoción que pueden ser por deposición seca, consistente en la etapa gravitacional de gases y partículas por impactación de estos en receptores —ecosistemas y seres humanos—, y puede provocarles determinadas afectaciones».

López Lee advirtió que también puede ocurrir la remoción húmeda, que es la producida por lluvia, granizos y rocío. En ese caso los contaminantes que se encuentran en la atmósfera, y sean solubles, son removidos y llegan al suelo, la vegetación, monumentos, edificaciones; y pueden provocar determinados efectos.

—¿Pudieron haber ocurrido lluvias ácidas?

—Quizá ocurrieran cuando la carga contaminante era de determinadas proporciones y magnitud en la atmósfera. Quizá con las lluvias ocurridas se incorporaron contaminantes presentes en el escenario del incendio. Fundamentalmente el dióxido de azufre y los ácidos de nitrógenos que pasan a ser ácido nítrico y ácido sulfúrico; y pueden provocar que las lluvias sean de un nivel ácido que se considera así cuando su ph es inferior a 5,6.

Según López Lee, en estos momentos no puede asegurarse de que ocurrieran, pero ya se han tomado muestras de lluvia de los lugares próximos al siniestro, las analizarán y darán un resultado.

«Hubo una disposición masiva a tomar las muestras. En siete estaciones meteorológicas de todo el país se realizaron; y podrán dar diferentes resultados de acuerdo con los análisis. El Instituto de Meteorología, que tiene una infraestructura creada para la toma de muestras, desde el primer momento de la ocurrencia de este accidente hizo un llamado para permanecer en constante vigilancia», apuntó.

—¿Y si se concluye que hubo lluvias ácidas qué consecuencias traerá a mediano y largo plazos?

—Si el proceso ya fue controlado y de una magnitud puntual, los efectos a mediano y largo plazos serán mínimos. Las lluvias ácidas provocan daños al medio ambiente cuando son sostenidas.

«En este caso, las precipitaciones caídas en esos cinco días fueron muy beneficiosas para la salud humana. Si no hubieran ocurrido, estaríamos respirando todos los contaminantes que gracias a ellas pasaron a la fase de solubles», comentó.

Por su parte, Goicochea Cardoso se refirió al seguimiento que el Instituto de Recursos Hidraúlicos y sus laboratorios están dándole al agua, monitoreando los embalses del litoral, donde pudieron caer partículas, pero hasta ahora no se ha reportado ninguna afectación para el abasto.

En cuanto al impacto en las especies de la flora y la fauna explicó que por tratarse de un área industrial donde ocurrió el siniestro, este lugar no constituye hábitat de muchas. Sin embargo, como el incendio tuvo incidencias hacia otras zonas y pudo impactar sobre la diversidad biológica, los recursos naturales y los ecosistemas, tal como se actúa ante otros eventos extremos, en este caso también se aplicará la guía para evaluar daños ambientales.

Al menos cuatro semanas demora la recopilación y procesamiento de los datos contenidos en la guía, los cuales permiten verificar si han ocurrido daños sobre la diversidad biológica y los ecosistemas. En este caso, por tratarse de un evento de grandes proporciones, puede demorar un poco más.

Aclaró que todo cuanto se está haciendo para evaluar el impacto ambiental provocado por el incendio tendrá en cuenta las referencias de la población, que aporta datos y evidencias. Se refirió a que las principales preocupaciones de la población giran en torno a las lluvias ácidas y el hollín que se deposita en muchos lugares.

Para lograr rehabilitar los suelos contaminados en la zona industrial matancera, las especialistas aseguraron que hay soluciones que en el ámbito de las innovaciones se han venido desarrollando, como la biorremediación. Aunque en primera instancia toda la mezcla de hidrocarburos y suelo resultante debe ser ubicada en áreas destinadas para ello.

Cada muestra en el entorno conduce a la verdad

Elieza Meneses Ruiz, jefa del Grupo de Evaluación de Impacto Ambiental. Fotos: Roberto Suárez

Con el objetivo de que todas las fuerzas especializadas contribuyeran al monitoreo y a la toma de muestras de aire, agua, suelos, vegetación y algunos alimentos, el Centro de Gestión de la Información de Cuba Energía alertó en el momento del siniestro sobre a cuánto podrían llegar las concentraciones ambientales de contaminantes y en qué lugares podría afectar, según refirió Elieza Meneses Ruiz, jefa del Grupo de Evaluación de Impacto Ambiental, perteneciente al referido centro.

«Es ahora cuando comienzan las respuestas a la temática ambiental con los monitoreos y cotejos. Existen grupos de trabajo creados para conducir todo el proceso adecuadamente. Hay una gran disposición e integración para trabajar entre otros organismos y nosotros, incluyendo las universidades», aseguró.

Alertas, pero también calmados

Las especialistas reconocieron la importancia de que enclaves donde ocurrió el incendio preserven siempre, como es el caso, su radio de protección para que ante la ocurrencia de un evento de este tipo el impacto sea controlado.

Concluyeron que dada la magnitud del evento, las personas deben estar alertas, pero también calmadas. Que seguirán informando sobre los resultados del monitoreo que ahora se lleva a cabo, pero que es importante estar consciente de «que este es un evento que sucedió y terminó», como indicó la Doctora Goicochea, quien subrayó que a diferencia de otros focos contaminantes que pueden estar emitiendo al medio ambiente, este ya concluyó.

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Odalys Goicochea Cardoso, directora general de Medio Ambiente del Citma.  Fotos: Roberto Suárez

Las especialistas significaron que junto al Citma han trabajado y continúan haciéndolo instituciones científicas de diferentes organismos y entidades del Estado, que desde el primer momento pusieron a disposición todas sus capacidades científicas y analíticas, como el Ministerio de la Fuerzas Armadas Revolucionarias, que a través de la empresa Geocuba ha estado apoyando en las mediciones. Destacaron el papel desempeñado en la oportuna toma de muestras por los especialistas municipales del Citma.

Igual apoyo ha ofrecido el Ministerio de Transporte con sus estaciones portátiles. Los compañeros del Instituto de Recursos Hidráulicos han dado seguimiento a todo lo relacionado con el agua, el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología y Microbiología se ha encargado de monitorear la calidad del aire y cómo está funcionando la línea base.

Entretanto reconocieron que el Ministerio de la Agricultura está dando seguimiento a todo lo relacionado con el suelo, la sanidad vegetal y animal. Y como señaló Goicochea, varias personas se preocuparon por los animales y las plantaciones que se encuentran en la zonas donde incidió la nube de humo.

Todo lo dicho en esta comparecencia es preliminar, como dejó claro la Directora General de Medio Ambiente del Citma. Los resultados, los cotejos de lo vivido, qué fue lo ocurrido en el momento, dónde se tomó la muestra, a qué hora comenzó la lluvia… todas esas cuestiones nuestros científicos las están valorando para dar las respuestas a la población.

Tomado de Juventud Rebelde

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