La Caravana de la ciencia, se celebró recientemente con los diversos actores económicos en el politécnico Ceiba 6, en Caimito. El panel estuvo compuesto por directivos, investigadores y especialistas de la agricultura, para evaluar y promover los diversos impactos desde la ciencia en este sector.
En él se aglutinaron miembros de las organizaciones Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), Agricultura; las empresas Cítricos Ceiba, Los Naranjos y Habana Libre, además de Mipymes vinculadas a la avanzada agraria en el municipio. Y para enriquecer el auditorio, una representación de estudiantes de la rama agraria del politécnico y otros estudiantes de la educación superior, con el objetivo de impulsar el legado de los estudios e investigaciones científico-técnicas, en pos de las innovaciones y nuevos aportes, tanto en el plano tecnológico como en el metodológico.
Uno de los temas tratados fue el de la transformación de los sistemas productivos como estrategia municipal, entre ellos, Habana Libre, Cítricos Ceiba y Los Naranjos, atendiendo a la experiencia y los modelos de otras empresas como Finca Marta: “Replicar la experiencia creadora de Funes”.
Además se dijo de la importancia de vincular y convertir la sede universitaria en facultad agraria, a partir de temas de tesis de los estudiantes, recorridos… Así como atender las iniciativas de jóvenes emprendedores, y retomar estas reuniones-taller para medir y comparar los avances.
La intervención de Fernando Funes, siempre atinada, llamó la atención sobre la crisis de la agricultura desde el punto de vista social y económico, respecto a que no hay dinero para invertir y pagar salarios, por tanto, “hay que poner a circular las innovaciones archivadas en beneficio de los agricultores y la población; empezar de cero y producir para invertir… pensar en cómo retribuir al que suda la camisa, su trabajo.”
Y expresó que se impone promover la conexión entre la economía, la tecnología y los sistemas de distribución, para lo cual hay que abrirse a sistemas de gestión más viables, con flujo extensionista. “Nuestro sistema tiene que capitalizar, sin perder los cuatro ejes del desarrollo progresivo”: salarios/alimentación, costos corrientes, inversión y ahorro.
Si estas máximas se cumplen la capacidad de atraer y generar fuentes de empleo, la motivación y la estimulación crecen. En este sentido, dijo: “la agricultura debe ser una red de encadenamiento productivo para alcanzar la ansiada la soberanía alimentaria… Pensar en pequeña escala, sí, a escala artesanal y a mediana escala pero, hay que pensar a gran escala también.”
Ademas, en el encuentro, Danisel Chacón, estudiante de primer año de Ingeniería Agrónoma, expuso un interesante trabajo sobre los usos de la tabaquina para el control de plagas, como insecticida, aunque a pequeña escala, parece un proyecto eficaz y prometedor para incentivar en nuestros campos.
La Caravana de la ciencia fue ante todo un mensaje del progreso productivo y agrícola, conscientes de que ciencia y práctica deben confluir siempre.
Tomado del Artemiseño
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