En medio de la extensa llanura que caracteriza el norte de Las Tunas, se alza uno de los accidentes geográficos más distintivos de la provincia oriental; de gran popularidad entre lugareños y visitantes por su auténtica figura, el Cerro de Caisimú constituye contraste en el típico relieve de estos lares.
Ubicado en el municipio de Manatí, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Las Tunas, la elevación posee una altura de 250 metros sobre el nivel del mar y debe su nombre a un aborigen que allí vivió.
Con suelos fértiles y una rica diversidad de la flora y la fauna, el Cerro se identifica por un natural paisaje, aderezado por las verdes vistas de los campos de caña de azúcar, en las llanuras que lo circundan.
En la colina se sitúa una de las más hermosas bases de Campismo Popular en territorio tunero, con la existencia de una piscina y toda una entramada infraestructural que determina uno de los aspectos fundamentales del desarrollo del turismo en el municipio y, por ende, de su economía.
Aunque comparado con otras prominencias de la geografía cubana, el Cerro es pequeño, su belleza le impregna cierta resonancia, con detalles que incluyen también elementos históricos acontecidos en la icónica loma.
Justo en él, el Mayor General Vicente García se reunió con el Coronel Francisco Varona para precisar el ataque el Fuerte de La Loma de Puerto Padre en 1877; un siglo después, en 1978, hasta ahí llegó el Comandante en Jefe Fidel Castro como parte de un chequeo de las potencialidades agropecuarias de la zona.
Varias leyendas y mitos le añaden referencias de lo real y maravilloso al Cerro de Caisimú, ricas historias de lo que fue y es, desde la cultura popular de las comunidades que lo rodean; es, sin dudas, uno de los parajes naturales más sublimes de la fisonomía de Las Tunas.
Tomado de ACN
Valore este artículo
Click en las estrellas para votar
0 / 5. Conteo 0