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Concluyó curso de anillamiento de aves en Cuba

Como novedades en esta edición destacan la inclusión de personas con diferentes perfiles ocupacionales como estudiantes, graduados, jubilados y aficionados del Club de observadores de aves de Santiago de Cuba.

En la Reserva Ecológica Siboney-Juticí concluyó un curso de anillamiento de aves impartido por especialistas del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), con sede en la ciudad de Santiago de Cuba.

En la Estación de Anillamiento de Aves Juan Cristóbal Gundlach, ubicada a más de 970 kilómetros de La Habana, los participantes observaron cómo se manipulan las especies capturadas bajo estrictas normas para respetar la seguridad de las aves y los humanos como principios fundamentales de los estudios de monitoreo.

El ornitólogo, investigador de Bioeco y Coordinador de la Estación, Freddy Rodríguez, enfatizó en que este será el primero de los cursos, dirigido a los interesados en obtener una licencia que los acredite para ejercer el anillamiento científico de aves.

Como novedades en esta edición destacan la inclusión de personas con diferentes perfiles ocupacionales como estudiantes, graduados, jubilados y aficionados del Club de observadores de aves de Santiago de Cuba, lo cual contribuirá a formar capacidades a favor del conocimiento, manejo y conservación de las aves endémicas y migratorias del oriente del país.

Este importante centro santiaguero se fundó el 5 de junio de 1993, a raíz de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, cuando la entonces Ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Rosa Elena Simeón, decidió crear una institución encargada del estudio y preservación de la biodiversidad, cumpliendo uno de los tantos acuerdos adoptados en esa magna cita.

Fue el primero de su tipo constituido en el país y se escogió a Santiago de Cuba, porque existían diversas entidades que trabajaban por la protección de la naturaleza: grupos de Botánica, Zoología, Geografía, Arqueología, el Museo de Historia Natural Tomás Romay, con una amplia labor educativa en la población y el Jardín de los Helechos.

El DrC. Nicasio Viña Dávila fundador, investigador titular y director en dos ocasiones destacó que entre los méritos está la creación de una visión de trabajo que hoy 30 años después  puede evaluarse como que sirvió de base para establecer, primero, el estado de la biodiversidad cubana en ese momento y en segundo poder desarrollar acciones que llevarán a una conservación y protección más efectiva sobre la base de conocerlo.

“Bioeco fue pionero en la realización del Atlas de Santiago de Cuba que era un compendio de conocimiento de la historia natural, económica y social de la provincia, desarrollado de forma totalmente digital en la década del 90.

Para la ciencia cubana estos 30 años de Bioeco han sido de gran valía en la conservación de la flora y fauna, siendo no por designación sino por el peso que tiene en su desarrollo profesional y técnico, un centro que soporte los resultados de la biodiversidad no solamente en Cuba sino también en el Caribe insular.

Con información de Radio Cadena Agramonte

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