La actualización del modelo económico cubano demanda alcanzar, con la mayor brevedad posible, la interconexión entre el conocimiento generado en las universidades y la esfera productiva de bienes y servicios.
Ello pondría al país en condiciones de crear, a gran escala, esa necesaria cultura empresarial, tantas veces reclamada, para enfrentar los inmensos retos que encara cumplir los objetivos estratégicos trazados en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.
Lo planteado exige que los organismos de la Administración Central del Estado y el Gobierno, las empresas estatales, las cooperativas y otras formas de gestión como las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), estimulen, entre sus profesionales, la pasantía de maestrías y doctorados, que los pongan en condiciones de encontrar respuestas viables a las más complejas situaciones, basadas en el empleo de la ciencia y la innovación.
Para conocer cómo la Facultad de Contabilidad y Finanzas (Cofin) de la Universidad de La Habana contribuye a los propósitos enunciados, Granma conversó con la doctora en Ciencias Contables y Financieras Mariuska Sarduy González, vicedecana de Posgrado e Investigación.
–¿Qué factores determinan el contenido de las investigaciones en la Facultad de Contabilidad y Finanzas?
–Las investigaciones en nuestra institución están enfocadas en la solución de problemas concretos de la actualidad, y responden a las prioridades nacionales establecidas por la máxima dirección del país, en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la Constitución de la República y otros documentos.
«Esta agenda es coordinada, en primer lugar, con el Ministerio de Finanzas y Precios, su principal rector, además del Banco Nacional de Cuba, la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba y la Contraloría General de la República, fundamentalmente.
«Esta se concilia, de igual modo, en la reunión anual de la Comisión Nacional de la carrera, en la que participan los 17 centros de Educación Superior del país que acogen la referida opción de estudios universitarios.
«Un asunto de máxima prioridad es que los resultados de las investigaciones sean capaces de proveer, a los diversos actores económicos del presente, las técnicas de dirección más novedosas en todas las áreas del conocimiento de las ciencias contables y financieras.
«Estas incluyen la contabilidad financiera y de gestión, la auditoría y el control interno, las finanzas públicas y empresariales, además de la ingeniería financiera y los mercados financieros.
«Si bien en los últimos cinco años el claustro de profesores se ha reducido de manera significativa, debido al éxodo hacia otras ofertas de trabajo mejor remuneradas en las formas de gestión no estatal, que tienen una demanda muy fuerte de profesionales de nuestras especialidades, de los 33 con que contamos hoy, 26 participan de manera directa en el proceso de investigación, entre ellos diez doctores en Ciencias y 11 másteres.
«Igualmente, tenemos 18 grupos de trabajo científico estudiantil, vinculados a proyectos investigativos. En 2023 fueron defendidos 49 trabajos de diploma derivados de esas propias investigaciones.
«Dentro de las fortalezas de la Facultad, sobresale la modalidad de posgrado, con la impartición de diplomados, maestrías y doctorados, a los que, incluso, han accedido profesionales de universidades de América Latina y África».
–¿Qué beneficios concretos reporta la aplicación y generalización de los resultados de la investigación científica?
–Sería imposible mencionarlos todos, por eso prefiero hacer alusión a algunos de los más cercanos, como, por ejemplo, el Procedimiento para la evaluación de los incentivos fiscales otorgados al sector de la inversión extranjera en Cuba, estudio que permite reconocer de qué manera la confluencia de tratamientos tributarios diferenciados al sector de la empresa extranjera distorsiona la medición de la efectividad absoluta y relativa de los aportes realizados.
«También descuellan los resultados del estudio Gestión de riesgos financieros en organizaciones cubanas, cuyo beneficio fundamental es dotar a las empresas nacionales de un algoritmo que contribuya al incremento de su eficiencia, a partir de la predicción del comportamiento de la variable que origina el riesgo y la aplicación de las técnicas de cobertura adecuadas.
«Otro aporte novedoso corresponde a la investigación Prevención del fracaso financiero empresarial en sectores y ramas de la economía, con lo cual se dota a estas entidades de los indicadores que permitan la alerta temprana de las diferentes etapas del fracaso financiero, y con ello la posibilidad de adoptar medidas oportunas.
«En la relación de resultados recientes destaca La responsabilidad social organizacional con enfoque medioambiental en las organizaciones cubanas, dirigido a cuantificar el ahorro de agua e integrar la norma iso 50001:201, Gestión de la energía, al sistema de gestión de la calidad.
«De suma utilidad es la creación de un procedimiento para calcular los costos agroambientales asociados a la erosión hídrica en suelos ferralíticos rojos, en Mayabeque, que, mediante la integración de variables económicas, sociales y ambientales a la gestión de costos y al análisis de sostenibilidad, contribuirá al esbozo de políticas encaminadas a la protección y el manejo de los suelos más productivos de Cuba, junto a la elaboración de una metodología para el diseño de la cadena de valor en la fabricación de paneles fotovoltaicos, como soporte de la gestión financiera de la Empresa de Componentes Electrónicos de Pinar del Río».
La doctora Mariuska Sarduy ponderó la participación de estudiantes de la Facultad, de conjunto con la ONAT, en acciones destinadas a potenciar la cultura tributaria en los contribuyentes, identificar las principales causas que generan incumplimientos en los pagos, y proponer soluciones viables y efectivas para su prevención.
Tomado de Granma