“Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación, páguese la deuda ecológica y no la deuda externa, desaparezca el hambre y no el hombre”
(Fidel Castro, Cumbre de Río, 1992)
“Es mucho más los que nos queda por hacer que lo que hemos hecho en estos temas y creo que son los retos, los desafíos, los que también nos impulsan a seguir avanzando”, dijo la viceministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Adianez Taboada, al resumir la Mesa redonda dedicada al medio ambiente y la economía circular.
Entre los desafíos que tiene Cuba, Taboada ubicó la búsqueda de “alternativas para vencer las limitaciones financieras y materiales que tenemos y poder avanzar en todo esto que hemos visto”. A su vez, ganar en cultura y sensibilización ambiental, lograr la articulación de todos los sectores e implementar propuestas de la ciencia y de la innovación que permitan avanzar aceleradamente para promover la asimilación de la economía circular en los diferentes sectores y en los estilos de vida de la población.
La viceministra recordó con emoción palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro en la Cumbre de Río, en 1992, y sostuvo “nosotros seguiremos desde la economía circular, desde nuestra Estrategia Ambiental Nacional y desde todas las funciones que tenemos, integrados con todos los organismos, pues por ese camino, tratando de buscar soluciones a los principales problemas”.
Medio ambiente y economía circular
La viceministra se refirió a la contaminación por plásticos, temática a la que se dedicó este año el Día Mundial del Medio Ambiente y citó algunas cifras que hacen saltar las alarmas: se estima que cada año se produce más de 400 millones de toneladas de plástico y de ellos, que entre 19 y 23 millones de toneladas irían a los lagos, a los mares y ríos.
Cada minuto, agregó, el equivalente a un camión de basura de plástico se vierte en los océanos, grandes cantidades de estos desechos que traen problemas a los ecosistemas.
Taboada se refirió a la triple crisis planetaria: contaminación, por plásticos y otras sustancias; la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático, todas interrelacionadas y que “requieren que nuestros países puedan desarrollar soluciones integrales sistémicas y dentro de eso, consideramos que la economía circular puede ser una solución”.
Por otra parte, hizo alusión a la legislación ambiental cubana. “Cuba llega hasta aquí con esta propuesta de cómo atender todos estos asuntos con un marco jurídico que nos permite avanzar a partir de tener un sustento legal”.
Al respecto, mencionó la Estrategia Nacional Ambiental, el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida) hasta la Ley del Sistema de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente (aprobada, pero aun no publicada en la Gaceta Oficial), que se complementará con unos 19 regulaciones adicionales y específicas.
“Las cuestiones que podemos resolver desde la implementación de los principios que acompañan a esta estrategia de economía circular o de transición hacia una economía circular impactarán también en las acciones de mitigación que tenemos previstas en nuestro Plan de Estado de enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida), o sea, de alguna manera todas las cuestiones que nos estamos proponiendo tienden a que podamos vivir también un planeta sano”, dijo.
Asimismo, se refirió a los macroprogramas, como espacios de integración de los organismos de científicos y de expertos, que realizan propuestas, entre ellas, la estrategia de transición hacia una economía circular, como parte de un proyecto que forma parte del Macroprograma de recursos naturales y medio ambiente: producción y consumo sostenible, que persigue implementar un enfoque diferente, de circularidad de la economía, que más que un nuevo concepto, es una filosofía diferente de cómo enfrentar el desarrollo sostenible del país y la vida.
Según dijo, se pasa de un modelo lineal del desarrollo, en el cual se producen grandes cantidades de desechos, a un modelo circular que, en primer lugar, tiene en cuenta el uso sostenible y racional de los recursos naturales, que piensa en que cada producto debe tener un ciclo de vida mucho más largo, se generen cada vez menos residuos e incluso, en condiciones ideales, que sea cero residuo.
Aunque existen diferentes modelos, destacó, lo que se pretende es evitar la generación de desechos y por tanto, la contaminación a partir de estos desechos que pueden ser los plásticos, pero también gases y otros desechos, que contaminan los ecosistemas.
A su juicio, lo más importante son tres de los principios definidos: preservar los recursos naturales y ecosistemas; diseñar y gestionar sin residuos ni contaminación, y no solo diseñar el producto que se logrará en el país, sino también cuando se importe, que sean aquellos productos que puedan incorporarse en la circularidad de la economía y que cada vez se generen menos desechos.
En este camino, se determinaron los sectores estratégicos, que pueden halar el resto, con organismos priorizados. Según Taboaba, el sector del turismo, avanza; la industria avanza también con muchas propuestas, “pero todavía tenemos mucho por hacer”.
“Estamos trabajando con mipymes, estamos trabajando con cooperativas no agropecuarias hemos creado la Red Cubana de Economía Circular y estamos en un grupo de trabajo integrado científicos, expertos representantes de los sectores socializando iniciativas que nos permitan avanzar, porque indudablemente es muy necesario implementar estos modelos en Cuba primero, por la disponibilidad de nuestros recursos naturales; segundo por la complejidad del actual contexto después de la covid, el recrudecimiento del bloqueo económico comercial y financiero que indudablemente es un contexto muy complicado”, que exige optimizar la gestión de todos sus recursos naturales.
También es prioritario “lograr el máximo duración del ciclo de vida de los productos que generamos, disminuir las importaciones de productos, incrementar su capacidad de exportación y desde el punto de vista ambiental, lograr la sostenibilidad de nuestros recursos naturales… la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, desechos sólidos y de consumo de energía y además de eso, la protección del paisaje y el hábitat de manera tal que podamos disminuir la pérdida de la biodiversidad”.
Pero, consideró, “nada de eso es posible si no logramos proyectos de innovación, si no logramos implementarlo a nivel local, que logremos entonces resolver los problemas locales a partir de la implementación también de estos principios de economía sin la sensibilidad sin la sensibilidad y sin lograr que se cambie el comportamiento de cada uno de nosotros”.
Esto, recalcó, no es problema de un sector, de otro sector, de una localidad, sino es un problema en el que tenemos que incorporarnos todo y que también los ministerios de Educación y Educación Superior jueguen un gran papel en sus estrategias de educación ambiental.
En la mesa redonda participaron también Jorge Álvarez Álvarez, director general de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA) de Citma; el doctor Dennis Oliva Merencio, decano de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae) y Alejandro García Moya, director del Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos, perteneciente a la Agencia de Medio Ambiente (AMA) del Citma.
Desde la Cujae
De acuerdo con el decano de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Cujae, el doctor Dennis Oliva Merencio, “tenemos mucho que aprender estamos aprendiendo, pero ya al menos, el país comenzó a andar desde hace un tiempo para acá y no vamos a no debemos parar”.
La economía circular, opinó, aparece como un concepto que debe resolver una buena parte de los problemas acuciantes que tiene hoy la humanidad.
Para Oliva Merencio la economía circular es un concepto de vida, es una actitud ante la vida, es una filosofía y eso es muy importante asumirlo: es una forma es un estilo de vida, no es un concepto que aplicamos y nada más.
De acuerdo con Álvarez Álvarez, dentro de la nueva Ley del Sistema de los Recursos Naturales y Medio Ambiente en lugar del término contaminación ambiental se potencia el de calidad ambiental, el que “se usa en el mundo y como algo que necesitamos en Cuba y sabemos que todavía está lejos”. Para llegar a tener una calidad ambiental satisfactoria, la ley establece impulsar los principios de la modalidad de producción y consumo sostenible, que a la vez tributa a el enfoque al modelo de economía circular.
Retomando el tema de los plásticos, el director general de la ORSA, enfatizó que la magnitud que ha tomado esta problemática ha llevado al mundo a iniciar un proceso de negociación de un acuerdo o un convenio -todavía no está claro cómo será- internacional vinculante que reconoce que el problema de la contaminación por plástico ha llegado a ser un problema transfronterizo.
“Nosotros estamos defendiendo con mucha fuerza el principio de responsabilidad compartida, pero diferenciada. Los países en vía desarrollo, como regla, no inventamos los plásticos los crearon los países desarrollados y nos los impusieron en sus patrones de consumo” y “ahora nosotros necesitamos recursos mecanismos financieros y transferencia tecnológica para adquirir tecnologías alternativas que nos permitan disminuir esta contaminación por plástico y poco a poco y sustituyendo estos plásticos de un solo uso o desechable”.
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