Una delegación cubana participó en la primera Conferencia Internacional sobre la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo, realizada los días 9 y 10 de septiembre en Teherán, Irán, donde se dieron cita representantes de 50 países y 15 organizaciones internacionales.
El presidente iraní, Seyed Ebrahim Raisi, destacó en el encuentro la necesidad de garantizar la implementación de las resoluciones de la ONU sobre cuestiones medioambientales, señalando que, de lo contrario, quienes están en el poder pondrán en peligro el medio ambiente.
En su intervención, Raisi dijo: “Los países desarrollados sólo piensan en el desarrollo industrial y en el aumento de su equipamiento militar, lo que se considera una crueldad hacia la humanidad y el medio ambiente” y llamó a la comunidad internacional a la solución para escapar de este dolor común.
“Se han adoptado resoluciones de las Naciones Unidas y las organizaciones regionales e internacionales han tomado medidas, pero hay que comprobar que los países desarrollados y dominantes han prestado atención a esas resoluciones”, añadió.
Las sesiones de expertos centraron los debates en torno a los sistemas de pronóstico y alerta sobre tormentas de polvo y arena, sus daños y repercusiones, así como en los preparativos para el establecimiento de un centro regional para las regiones de Asia occidental y central.
La reunión abordó la disposición de los presentes para enfrentar ese flagelo, generar compromisos y fortalecer vínculos entre los países participantes y establecer acuerdos y tratados enfocados en las causas y riesgos de las tormentas de arena y polvo.
El evento se centró en explorar los desafíos y problemas de los países afectados por el polvo y proponer soluciones prácticas para abordar este problema global.
Las tormentas de arena y polvo son un fenómeno ambiental que provoca graves consecuencias de impacto contra la población en áreas como salud, alimentación y, en general, la subsistencia humana.
Las tormentas de arena y polvo afectan y conciernen a toda la humanidad aunque suelen ocurrir en las zonas áridas y semiáridas del planeta, y están en aumento a causa de la crisis climática.
Naciones Unidas eligió a Irán como anfitrión de la Conferencia Internacional sobre la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo por su experiencia al albergar una reunión regional sobre el tema el año pasado.
Durante años, la República Islámica desempeñó un papel activo en la lucha contra la desertificación y las tormentas de polvo y arena.
Texto y contexto
Aproximadamente dos millones de toneladas de arena y polvo penetran en la atmósfera cada año. Las tormentas de arena y polvo ocurren principalmente en regiones áridas y desérticas, pero pueden recorrer largas distancias y afectar a regiones mucho más alejadas, destaca una información de Naciones Unidas.
Las partículas de polvo que hacen circular las tormentas de arena y polvo aportan nutrientes a los ecosistemas marinos, pero también pueden provocar la pérdida de corales y la aparición de huracanes.
Pueden causar enfermedades respiratorias, trastornos cardíacos e irritación de los ojos y la piel, así como propagar otras enfermedades, como la meningitis. Pueden afectar a la aviación y al transporte terrestre. Las prácticas agrícolas y la productividad pueden verse afectadas por las tormentas de arena y polvo, que también puede contribuir a los procesos de desertificación.
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