De acuerdo con lo planteado en la Tercera comunicación nacional, los estudios realizados en los últimos tiempos corroboran la tendencia de que el clima de Cuba transita hacia un comportamiento con características similares al de un efecto invernadero, intensificado en la atmósfera terrestre.
Cuba ratificó la alta prioridad y el compromiso del Estado para enfrentar el cambio climático, al terminar en la fecha prevista la Tercera comunicación nacional y Primer informe bienal de actualización a la convención marco de Naciones Unidas sobre cambio climático.
El proyecto, lidereado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente e iniciado en 2018, tuvo el respaldo financiero del Fondo Mundial para el Medio Ambiente y, como agencia implementadora, a la Oficina del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en la Mayor de las Antillas.
El doctor en Ciencias Eduardo Planos Gutiérrez, investigador del Instituto de Meteorología y director del proyecto, señaló a Granma que el documento muestra los progresos de Cuba en materia de adaptación y mitigación, en cumplimiento de los compromisos adquiridos como signataria de la Convención marco de Naciones Unidas sobre cambio climático, ser parte del Protocolo de Kioto y haber ratificado el Acuerdo de París, el 28 de diciembre de 2016.
Según expresó Planos Gutiérrez, también contiene los avances registrados en materia de inventario de gases de efecto invernadero y mitigación, además de los logros en cuanto a la transferencia de tecnologías, comunicación y educación ambiental, investigación científica, fomento de capacidades, cooperación Sur-Sur, el trabajo en redes sociales y la información pública.
La terminación del proyecto, recalcó, contribuirá a la implementación más efectiva del Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida), mediante la adopción de políticas para facilitar la adaptación y la mitigación, reforzar la capacidad técnica e institucional en el tema, y propiciar la integración de conocimientos y la información relativos al cambio climático y su vínculo con las prioridades del desarrollo sectorial y territorial.
De acuerdo con lo planteado en la Tercera comunicación nacional, los estudios realizados en los últimos tiempos corroboran la tendencia de que el clima de Cuba transita hacia un comportamiento con características similares al de un efecto invernadero, intensificado en la atmósfera terrestre.
Tal criterio se sustenta en los hallazgos recientes de los investigadores cubanos que ponen de manifiesto un aumento en 1,0 grados Celsius de la temperatura media anual y en 2,0 grados de la temperatura mínima anual para la etapa 1951-2017, así como la verificación de que cada una de las tres últimas décadas ha sido más cálida que todas las anteriores.
Igualmente, en lo que va de siglo han ocurrido tres de los eventos más significativos de sequía (2003-2005, 2009-2010 y 2014-2015), mientras los periodos cálidos son más frecuentes y prolongados, y los fríos disminuyen durante el intervalo 1980-2017.
Las proyecciones aparecidas en el documento siguen mostrando un clima más caliente, seco y extremo para finales de siglo XXI, con un incremento de la temperatura media anual del aire superior a 1.0 grados Celsius en 2030 y de 3.5 en 2070, tomando de referencia la etapa 1961-1990. En cuanto a las precipitaciones se prevé, como mínimo, una reducción cercana al 10 %, comparado con el promedio nacional actual.
Tomado de Granma
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