Equipamientos para el diagnóstico y mantenimiento de sistemas fotovoltaicos, instalados en comunidades frecuentemente afectadas por eventos meteorológicos extremos, fueron entregados a brigadas de las Unidades básicas de Fuentes Renovables de Energía de la Unión Eléctrica (UNE) de cuatro provincias cubanas, con apoyo de Unión Europea en Cuba y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Los instrumentos permitirán que más de 2 000 familias puedan mantener su acceso a la energía antes y después de la temporada ciclónica, además de extender la vida útil de los aparatos que les permiten disponer de electricidad, precisó Ovel Concepción, director de Generación con Fuentes Renovables de Energía de la Unión Eléctrica.
Los juegos de equipos y herramientas servirán también para fortalecer la resiliencia ante fenómenos meteorológicos extremos en comunidades cubanas aisladas, frecuentemente azotadas por eventos extremos.
Los instrumentos fueron entregados por Fernando Hiraldo (PNUD), Juan Garay Amores y Lucia Lacalle (UE), a directivos de las Unidades Empresariales de Base de Fuentes Renovables de Energía de las provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey.
Los kits de diagnóstico y reparación incluyen instrumentos para medir y registrar la irradiación generada por la luz solar, cámaras termográficas para detectar fisuras en los paneles, medidores de la temperatura del aire, resistencia a tierra y cargadores eléctricos, entre otros.
Los equipos posibilitan la extensión de la vida útil de dichos sistemas, cuyo diseño estándar es parte de la estrategia de la Unión Eléctrica para la electrificación de viviendas en asentamientos rurales, menos accesibles, y de un costo mayor para su conexión al Sistema Eléctrico Nacional.
Esta iniciativa es liderada por la Unión Eléctrica (UNE), del Ministerio de Energía y Minas, y su Programa Energía de todos, resiliencia energética en comunidades aisladas, que implementa el PNUD con el apoyo financiero de la Unión Europea.
Con anterioridad, ya disponían por la misma vía de cuatro camiones y otras tantas maletas de diagnóstico adicionales de similares características, con el propósito de fortalecer las brigadas de las Unidades Básicas de Fuentes Renovables de Energía de la UNE, de acuerdo con especialistas de la entidad.
Añadieron que su objetivo esencial consiste en dar respuesta efectiva, desde el punto de vista técnico, al mantenimiento y reparación de los sistemas fotovoltaicos instalados en el país, tras el paso de los huracanes Mathew e Irma en 2016 y 2017, respectivamente.
Señalaron que el proyecto Resiliencia energética posibilitó la instalación de 827 sistemas fotovoltaicos de dos kilovatios en viviendas en zonas rurales de difícil acceso en Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey, la reparación de dos mil de ellos en 13 provincias, la creación de cuatro brigadas especializadas y la capacitación de técnicos y pobladores.
De acuerdo con Concepción Díaz, estas acciones beneficiaron con el acceso a energía limpia y renovable a 2 827 viviendas aisladas y comunidades de 13 provincias del país.
La generación de electricidad en Cuba, señaló, se caracteriza por la alta dependencia de importación de grandes cantidades de combustibles fósiles, por lo que en junio de 2014 se aprobó la Política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables y el uso eficiente de la energía.
En el país, dijo, se prevé introducir de forma intensiva tecnologías de bajas emisiones de dióxido de carbono, para en 2030 lograr un 37 por ciento de la generación a partir de las fuentes renovables y la instalación de 2 104 megawatts en parques fotovoltaicos, unido a la incorporación de la acumulación de energía.
El directivo expresó su agradecimiento a la Unión Europea por su respaldo financiero, al PNUD por su acompañamiento durante la ejecución del proyecto, a los gobiernos locales y a las filiales de la Unión Eléctrica.
La Unión Europea y el PNUD han venido trabajando en distintas acciones conjuntas para mejorar el acceso a energía limpia y renovable en Cuba, como la instalación de soluciones basadas en energía solar y biogás en comunidades aisladas y su vínculo al encadenamiento productivo territorial, el riego para la producción agrícola y la movilidad sostenible en municipios que integran la generación y uso de fuentes renovables de energía en la estrategia de desarrollo local.
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