Bajo el liderazgo del Instituto de Ecología y Sistemática, de la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), y con el aporte de decenas de especialistas de una treintena de instituciones nacionales y foráneas, el país tiene evaluado hoy el estado de conservación de más del 80,5 % de la flora nacional conocida; es decir, el número de plantas categorizadas sobrepasan la cifra de 4 800 en la Mayor de las Antillas.
Del total de especies evaluadas, el 46 % presenta alguna categoría de amenaza y el 26 % se considera extinto o extinto regionalmente.
Entre las principales causas que ponen en riesgo la supervivencia de las plantas cubanas, figuran la actividad agrícola, junto a la tala de árboles, el comercio ilegal de especies, la minería a cielo abierto y la interacción con especies invasoras exóticas.
Con un estimado de 6 500 especies, Cuba es uno de los territorios insulares que tiene mayor número de especies de plantas por kilómetro cuadrado.
De acuerdo con el Grupo de Especialistas en Plantas Cubanas, una de las principales características de la flora de Cuba es su alto grado de endemismo, siendo poco más del 50 % de las plantas exclusivas; la mayoría de las cuales constituyen endémicos locales, cuyas distribuciones están restringidas a pequeñas áreas de la Isla.
Otro aspecto importante es la existencia de 63 géneros endémicos, la mayoría monotípicos. La flora de Cuba incluye varios linajes ancestrales, entre los que se destacan Leugenbergia zinniflora, un cactus arbóreo endémico de Cuba.
Además se pueden encontrar especies únicas como Pinguicula lignicola y Pinguicula jackii (Lentibulariaceae), plantas insectivoras epífitas y rupícolas, respectivamente, mientras el resto de las especies de la familia crecen en suelos pobres en nutrientes.
Uno de los ejemplos más relevantes son los géneros Buxus (Buxaceae), Copernicia (Arecaceae), Coccothrinax (Arecaceae), Leptocereus (Cactaceae), Roystonea (Arecaceae) and Antillanthus (Asteraceae). El alto grado de endemismo, local y regional, así como la condición de isla, hace que la flora de Cuba sea altamente vulnerable a las diferentes presiones ambientales y antrópicas.
La compleja y singular flora de Cuba ha cautivado durante más de dos siglos la atención de numerosos botánicos, naturalistas y recolectores de plantas, tanto cubanos como extranjeros. Entre los principales exploradores de la isla de Cuba se encuentran los alemanes Alejandro de Humboldt y Johannes Bisse, el sueco Erik L. Ekman, los norteamericanos Charles Wright y Nathaniel Britton, los sacerdotes franceses Hno. León y Hno. Alain, solo por mencionar algunos de los mayores conocedores de la flora de Cuba.
Entre los botánicos cubanos se pueden destacar por sus amplias contribuciones Manuel Gómez de la Masa, Juan Tomás Roig y Julián Acuña.
Con información de Granma
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