En la ruta desde la ciudad de Morón hasta el municipio de Bolivia, tal vez en el tramo mejor conservado del Circuito Norte, el paisaje revela todo su verdor con la llegada del período lluvioso y, donde pareciera que termina la vía, se erige esplendorosa la Sierra de San Judas de la Cunagua.
Popularmente conocida como Loma de Cunagua y considerada como una de las maravillas de la naturaleza en la provincia de Ciego de Ávila, estas alturas se muestran soberbias en medio de una extensa sabana y resulta casi imposible que el viajero se resista a la belleza exterior, tal vez sin sospechar los valores que reserva a lo interno.
Mamá, yo quiero saber…
Interrogado sobre la extraña formación en un relieve predominantemente llano, el geógrafo Daniel Joel González, director de Catastro en el territorio avileño, aseguró que se trata de un domo salino con forma ovalada, orientado en dirección suroeste a noroeste, con extensión de 24 kilómetros cuadrados (km2) y una altura máxima de 338 metros sobre el nivel del mar.
Aunque resulta difícil detallar los orígenes de esta elevación, es posible ubicar su formación en el período geológico Paleógeno, hace aproximadamente 30 millones de años.
Un domo salino —indicó el especialista— está compuesto por rocas que en su composición contienen un mineral sedimentario cristalino llamado sal gema, de color blanco y soluble en agua.
Resultan frecuentes los cambios litológicos abruptos, tanto vertical como lateralmente; predominan las evaporitas y se alternan las calizas y margas, rocas sedimentarias, según puntualizó el experto.
Estas piedras surgieron a partir de la cristalización de sales que se precipitaron en un ambiente sublitoral limitado y áreas lagunares con circulación restringida. Temperaturas cálidas contribuyeron a una mayor evaporación del agua.
Es evidente la ocurrencia de procesos de cambios, ciclos de transgresiones y regresiones marinas que aportaron agua salada, de forma constante, la cual se evaporó como consecuencia de las condiciones atmosféricas.
Los suelos, erosionados por la abrupta elevación, son ferralíticos, pardos rojizos y pardos carbonatados típicos, apropiados para una vegetación diversa que crea oportunidades para el desarrollo de numerosas especies de la fauna.
La encuentro muy galante y la quiero conocer…
Declarada como área protegida de significación local, con categoría de Refugio de Fauna y administrada por la Empresa Provincial de Flora y Fauna, se consagra a la conservación de la biodiversidad y los valores paisajísticos y florísticos.
Estos últimos se sustentan en la existencia de especies como la palma real, jocuma, ocuje, jiquí, yagruma, guácima, cedro, majagua y almácigo. En las áreas húmedas también es posible encontrar helechos, enredaderas y epífitas como orquídeas y curujey.
Mientras, la fauna sobresale por su alto endemismo, con presencia de cotorras, cateyes, gavilanes, tomeguines del pinar, totíes, grullas, palomas, sijúes cotuntos y plataneros, tocororos, carpinteros verdes y churrosos, cartacubas, cabreros y zunzunes, de manera fundamental.
Son de la loma…
Daylon Fundora Caballero, jefe del Departamento de Recursos Naturales, Ecosistemas Priorizados y Cambio Climático, en la Subdelegación de Medio Ambiente del territorio avileño, precisó que el área protegida abarca el domo salino y una parte del terreno situado al norte de este, que constituye zona núcleo del Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila (GHNCA).
Aludió a la existencia de varios objetos de conservación, como el palmar El Tres de Galán, probablemente uno de los más grandes de la región central de Cuba y donde habita una de las poblaciones más numerosas de psitácidos (cotorras y cateyes), que constituye otro de los intereses en el lugar.
Los esfuerzos también se orientan a preservar el área boscosa, reconocida la mayor y más densa de la provincia, donde el patrimonio forestal apenas rebasa el 20 por ciento de la superficie terrestre, debido al desarrollo de la agricultura como una de las actividades económicas principales.
La protección contra los incendios forestales, de manera fundamental durante la temporada crítica de esos desastres naturales —coincidente con el período de mayor sequía, entre los meses de enero a mayo— representa un desafío para el personal de Flora y Fauna, los habitantes de la comunidad colindante y trabajadores de entidades económicas cercanas.
Allí conviven cinco especies de palomas —aunque pudiera parecer una cifra ínfima es notoria para un espacio de apenas 24 kilómetros cuadrados, aclaró Fundora Caballero—, incluida la famosa paloma perdiz, endémica de Cuba y declarada en peligro de extinción.
La Loma exhibe una comunidad de reptiles, contemplados lagartos y majaes, estos últimos avistados con frecuencia en pequeñas formaciones cavernarias existentes en el lugar.
Dos senderos de interés para el turismo ecológico, conocidos como El Palmar de Las Cotorras y Los Tocororos, posibilitan la observación y toma de fotografías a ejemplares de psitácidos y del Ave Nacional de Cuba (de nombre científico Priotelus temnurus).
En la cima se localiza un mirador que permite apreciar toda la sierra y ofrece la que pudiera ser considerada como mejor vista del Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila, capaz de enamorar a quienes ponen su mirada en función de un paisaje cautivador desde todas las coordenadas.
Tomado de Invasor
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