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De «buhardilla» a empresa de alta tecnología

Este 5 de diciembre, el Centro de Inmunología Molecular cumple su aniversario 30, luego de la inauguración, en 1994, por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

En la primera mitad de la década de los 80, un reducido grupo de científicos radicado en un pequeño laboratorio, instalado en el cuarto piso del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (inor), comenzó a incursionar en el promisorio campo de los anticuerpos monoclonales.

Cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz supo de las primeras producciones logradas por aquel colectivo de investigadores, de lo que entonces constituía una novedad científica en el mundo (el primer anticuerpo monoclonal para uso humano se había registrado tan solo tres años antes en Estados Unidos), los visitó, en la tarde del 28 de septiembre de 1989.

Según ha contado el doctor Agustín Lage Dávila, quien fungía entonces como subdirector de Investigaciones del inor, Fidel hizo infinidad de preguntas sobre el tema, indagando de manera particular en los potenciales beneficios que podrían aportar esos productos a la salud, y la capacidad disponible para fabricarlos allí.

Por las características del local y su difícil acceso a través de una estrecha escalera, les llamó «los científicos de la buhardilla».

De aquel intercambio, que se prolongó por varias horas, surgió la idea de construir el Centro de Inmunología Molecular. El lugar escogido fue un terreno situado al oeste de la capital, sembrado de plátanos, detalló en más de una ocasión el doctor Lage Dávila, su director fundador.

De «buhardilla» a empresa de alta tecnología

Al hablar en la inauguración de la flamante institución, el 5 de diciembre de 1994, el Jefe de la Revolución expresó: Es un orgullo, en pleno periodo especial, inaugurar este centro, que no es un lujo, es una promesa de salud y bienestar para nuestro pueblo, es una promesa de ingresos para nuestra economía.

SUBIENDO EL LISTÓN

La obtención y producción de biofármacos destinados al tratamiento del cáncer y de otras enfermedades crónicas no transmisibles, y su introducción en la Salud Pública cubana, es la misión principal del Centro de Inmunología Molecular (cim), que celebra en unos días el aniversario 30 de su fundación.

Como indicó a este rotativo el ingeniero químico y máster en Ciencias Eduardo Ojito Magaz, director general del cim, en sus tres décadas de labor el Centro rebasó con creces aquella profecía, al sumar alrededor de 150 000 pacientes cubanos beneficiados con alguno de sus resultados.

Mencionó, entre los fármacos líderes, la Eritropoyetina Humana Recombinante Epocim, de alto impacto en el tratamiento de la enfermedad renal crónica y en las anemias que con frecuencia desarrollan muchos pacientes con cáncer; y el anticuerpo monoclonal humanizado Nimotuzumab, cuyo registro sanitario actualizado autoriza su empleo en neoplasias cerebrales, de esófago, adenocarcinoma de páncreas y cáncer de pulmón de células no pequeñas, con resultados alentadores en cuanto al alargamiento de la sobrevida y a la mejoría del estado general de los pacientes.

Hoy, este producto es objeto de más de 20 ensayos clínicos dedicados a investigar su eficacia y seguridad en otras indicaciones de cáncer.

Figura también, en la relación, la vacuna terapéutica cimAvax-egf, la primera registrada en el mundo contra el carcinoma de pulmón avanzado de células no pequeñas, y que forma parte del Cuadro Básico de Medicamentos del Ministerio de Salud Pública, desde 2014. Su empleo muestra evidencias alentadoras en lo referido al aumento del tiempo de sobrevivencia, con calidad de vida aceptable. 

En los últimos tres lustros, aseveró el máster en Ciencias Eduardo Ojito, el quehacer científico del Centro incluye, dentro de sus líneas priorizadas, la búsqueda de nuevos fármacos para enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, tomando en cuenta el acelerado proceso de envejecimiento de la población cubana y que, en la prevalencia del síndrome demencial en los adultos mayores, esa enfermedad ocupa una posición prominente.

Uno de los proyectos investigativos de particular significado consistió en el desa­rrollo de una formulación novedosa de Eritropoyetina Humana Recombinante, de bajo contenido en ácido siálico y de uso por vía intranasal. Ello hace que su aplicación sea muy cómoda, además de favorecer su rápida eliminación en el organismo, reduciendo al mínimo los efectos secundarios adversos.

Este producto fue mejorado en los laboratorios del cim, hasta lograr una Eritropoyetina similar en sus características a la generada por el cerebro, a la cual se le denominó NeuroEpo.

Los resultados observados en los ensayos clínicos, en cuanto a eficacia y seguridad, condujeron a que el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed) otorgara, en marzo de 2022, el registro condicionado del fármaco para la enfermedad de Alzheimer leve y moderada.

Asimismo, más del 80 % de los pacientes tratados con la NeuroEpo evidenció una mejoría, o estabilización del deterioro cognitivo, con relación a los que recibieron placebo, algo reflejado, igualmente, en el aspecto sicoconductual.

Con una plantilla actual de mil trabajadores, de los cuales el 51,7 % son universitarios, y de esa cifra el 42 % son doctores, másteres e investigadores categorizados, en los últimos cinco años el cim presentó ocho nuevas patentes, cinco asociadas a proyectos oncológicos, dos a las vacunas Soberana contra la covid-19, en coautoría con el Instituto Finlay de Vacunas, y una a la NeuroEpo.

La entidad exporta sus productos a 23 países, mientras estos poseen registro sanitario en más de 30 naciones. Dispone, también, de seis empresas mixtas, de las cuales cuatro radican en el exterior y dos en Cuba. En marzo de 2021 recibió la Categoría de Empresa de Alta Tecnología, aprobada por el Consejo de Ministros.

El ingeniero Eduardo Ojito recalcó que la institución tiene el reto inmediato de diversificar la carpeta de productos biotecnológicos innovadores de alto valor agregado para la salud de la población y el crecimiento de las exportaciones, premisa indispensable en el empeño de convertir a la industria biofarmacéutica en un pilar de la sostenibilidad económica de la nación.

Tomado de Granma

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