Lanzamiento regional de la Recomendación de la UNESCO sobre la Ciencia Abierta desde América Latina y el Caribe
Los ministros y las ministras de Ciencia, Tecnología e Innovación y demás autoridades vinculadas con esta área, de Argentina, Colombia, Cuba, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela — con apoyo de la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en Quito, y representante para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, y la Oficina de la Unesco Montevideo, Oficina Regional de Ciencia para América Latina y el Caribe—, reunidos en la ciudad de Caracas, el martes 31 de enero de 2023, para efectuar el lanzamiento regional de la “Recomendación de la UNESCO sobre la Ciencia Abierta” desde América Latina y el Caribe, coincidimos en refrendar ética y moralmente como pueblos las consideraciones esbozadas en el documento “Recomendación de la UNESCO sobre la Ciencia Abierta” y, a la par, ratificar nuestro compromiso político de avanzar en la construcción de una racionalidad para la vida, en la que “saber” signifique, de manera inmediata, “saber vivir en comunidad”.
Concordamos en la necesidad de reconocer la diversidad de sistemas de conocimientos y la ecología de saberes en los territorios, como ejercicio de la razón al interior de los distintos procesos de reproducción de la vida cultural, tomando en cuenta que los estándares vigentes del quehacer científico han contribuido, directa e indirectamente, a las condiciones y a los escenarios actuales de nuestros entornos sociales, ecológicos y culturales, sobre los cuales la Unesco nos alerta en el documento antes referido.
Consideramos el conocimiento como un derecho humano y, por tanto, un bien común de los pueblos que debe estar al servicio de las necesidades de la humanidad, razones por las que acordamos promover más redes de conocimientos en la región, incluyendo la ciencia como parte de la trama de saberes. Esto confronta el monopolio de la ciencia moderna con la ecología de los saberes; un enfoque que se fundamenta en el reconocimiento de la pluralidad de saberes distintos y las interrelaciones continuas y dinámicas entre estos.
Asumimos que, en el devenir del desarrollo de la ciencia moderna, reposa gran parte de la responsabilidad de la crisis socioecológica planetaria, expresada de manera inocultable en la actual crisis ambiental global, con dimensiones impredecibles en la biodiversidad, los ecosistemas, la seguridad alimentaria y energética, la salud, el acceso al agua potable y otros bienes y servicios vitales.
Exhortamos a los Estados a aumentar la inversión y la cooperación científica internacional para salvar la Amazonía y otras zonas de reserva de la región de la deforestación y destrucción ambiental. Es prioritario involucrar a los pueblos originarios y a las comunidades locales del Amazonas y otras zonas estratégicas de la región en los procesos de planificación y formulación de políticas ambientales y promover su representación en la toma de decisiones de todos los niveles de gobernanza.
Subrayamos la necesidad de construir ciencias para la paz, la ciudadanía y la sostenibilidad, que articulen éticamente sus fines desde el interés de la vida de las comunidades, y cuya metodología no pase por la cosificación de la naturaleza, los seres humanos o la realidad; que fomenten modelos alternativos de producción, que promuevan la inclusión social, la autodeterminación de los pueblos y, con ello, la democracia y la paz en nuestros territorios.
Instamos a los Estados a promover mayor inversión en educación y la gestión del conocimiento científico con énfasis en las y los jóvenes de la región, impulsando el trabajo investigativo, el desarrollo tecnológico y la innovación; ayudándonos a formar futuros profesionales que, a través de la generación, transferencia y difusión del conocimiento, aporten al desarrollo de la región.
Coincidimos en la decisión de contribuir a la implementación óptima de un concepto de ciencia abierta que surja desde América Latina y el Caribe, de nuestra propia historia, espacialidad y temporalidad; en toda su multidiversidad y multilingüismo. Fomentando la divulgación del conocimiento científico y promoviendo infraestructuras de acceso abierto con inversión de los Gobiernos de la Región.
Convenimos en promover el acceso universal al conocimiento, incluyendo el conocimiento científico y otros sistemas de saberes, independientemente de la ubicación geográfica, el género, las fronteras políticas, el origen étnico o las barreras económicas o tecnológicas, entre otras.
Concordamos que el acceso equitativo al conocimiento es imprescindible para lograr la igualdad de género. Por tanto, las mujeres y las niñas deben tener acceso a la ciencia. Nos comprometemos en promover soluciones para romper la desigualdad de género y eliminar las barreras que impiden la inclusión productiva y social de las mujeres, especialmente en la toma de decisiones científicas y sobre políticas de ciencia abierta, para que nadie se quede atrás.
Consideramos realizar mayores esfuerzos para fortalecer los mecanismos de movilidad académica y de participación en la ciencia abierta, para mujeres, jóvenes y pueblos étnicos.
Valoramos y reconocemos el desafío que representa superar el racismo científico y epistémico, así como la negación a reconocer a los pueblos étnicos como generadores de conocimientos. Se propone construir una agenda descolonial a partir de los sistemas interculturales de saberes para un mejor aprendizaje de las ciencias y la promoción de la educación y la justicia social.
Reivindicamos el valor y la pertinencia que tiene el pensamiento y la filosofía que han mantenido los pueblos originarios y afrodescendientes de nuestro continente como alternativas de otras formas de relación con la naturaleza, quienes aún, el día de hoy, se mantienen en conexión filial con la Madre Tierra.
Observamos que el problema sanitario generado por la covid-19 demostró, a escala global, la urgencia del acceso a la información científica; el reconocimiento y vigencia de saberes ancestrales; el intercambio de conocimientos, referentes teóricos, metodologías; el refuerzo de la colaboración científica y la adopción de decisiones basadas en los conocimientos (la ciencia como uno de ellos), para responder a las emergencias mundiales e impulsar la construcción de sociedades nuevas.
Manifestamos la importancia de garantizar el acceso equitativo a una educación de calidad y a conocimientos científicos y tecnologías socialmente útiles para abordar los múltiples desafíos de nuestras naciones, que demandan una mayor participación comunitaria, con miras a fortalecer una cultura y sociedad del conocimiento, lo cual noes posible, sin la apertura hacia otras formas de hacer ciencia para la vida, que dialogue con las artes, las teologías y las culturas, para la recuperación del sentido de vida, la dignificación y liberación de los pueblos.
Reconocemos que la labor de investigación científica se nutre de la diversidad de género. Es por eso que es importante avanzar en la eliminación de los estereotipos de género e impulsar la inclusión de la comunidad LGBTTTIQ+ en la ciencia y la toma de decisiones científicas para que nadie se quede atrás.
Alertamos y denunciamos el inmenso desafío que significa mantener activo un Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación amplio e inclusivo bajo medidas coercitivas unilaterales que afectan la capacidad de los Estados y los pueblos para reaccionar ante las amenazas y los retos contemporáneos y a todas las categorías de derechos humanos, por lo que instamos a que cesen de inmediato estas injustas medidas y se reparen los daños ocasionados a los pueblos.
Entendemos que la implementación de la ciencia abierta implica un cambio de paradigmas en las comunidades científicas y en su corresponsabilidad con los pueblos; pero también tenemos conciencia de que, si queremos avanzar hacia un mundo más justo, más humano y más feliz, tenemos que enfrentar el desafío de pensarnos como comunidad. Por lo tanto, instamos a velar porque la ciencia que se genere en la esfera del sector privado se apegue igualmente a los enfoques y a las prácticas de la ciencia abierta, si realmente el interés es el bien común, y no la dominación y el lucro.
Teniendo como base la Recomendación de la Unesco para la Ciencia Abierta, así como la gran diversidad de leyes, reglamentos, prácticas y tradiciones de los países presentes, coincidimos en el compromiso de avanzar en dirección de las siguientes estrategias:
Construcción de una red científica abierta en la región que comparta recursos, modalidades de financiamientos, datos e infraestructura para investigación con programas para fomentar el libre intercambio entre investigadores, estudiantes y comunidades e instituciones, a través de acuerdos de cooperación, que respeten la soberanía de los pueblos.
Fortalecimiento de la participación de América Latina y el Caribe en los grupos de trabajo que tiene la UNESCO para el seguimiento de la Recomendación en Ciencia Abierta. Reforzar las actividades enmarcadas por el Foro de Ciencia Abierta para América Latina (CILAC).
Encomendar a la UNESCO el desarrollo de herramientas de capacitación en los cuatro pilares establecidos dentro de la Recomendación en Ciencia Abierta, a saber: conocimiento científico abierto; infraestructura científica abierta; compromiso abierto de los agentes sociales; diálogo abierto con otros sistemas de conocimiento.
Promover que la UNESCO establezca el Observatorio Latinoamericano de Ciencia Abierta y la redacción del Manual de Ciencia Abierta para América Latina y el Caribe que permita la colaboración, acompañamiento, seguimiento y monitoreo de esta agenda, a partir de los acuerdos establecidos en el presente documento.
Impulsar un programa de formación académico y horizontal de talento humano en materia de Ciencia Abierta a partir de las experiencias ya existentes en algunos países de la región.
Crear la revista latinoamericana de Ciencia Abierta como parte del diseño de métodos y metodologías adecuados para promover la socialización de conocimientos, así como mecanismos idóneos para compartir desafíos, acciones, proyectos y avances que permitan potenciar la agenda de la ciencia abierta en América Latina y el Caribe; asegurando las alianzas entre los actores científicos y las comunidades para la generación de conocimientos apropiables y la transformación de las capacidades en la región .
Elevar esta declaración a los demás foros regionales que abarquen la Ciencia, Tecnología e Innovación, como CELAC, SEGIB y otros, e invitar a los países no presentes a que se sumen a firmar y ratificar la misma.
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