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Destacan avances de investigaciones sobre el dengue

Estas arbovirosis y la COVID-19 enseñan a los sistemas de salud que no se debe subestimar a ningún agente microbiano, por eso hoy la preocupación ante la prolongación del virus Oropouche hacia nuevas áreas.

El desarrollo de métodos y sistemas diagnósticos fortalecen la vigilancia clínica y epidemiológica del dengue, así como la formación de redes de laboratorios de Arbovirus Relda para la detección de la enfermedad en la región, destacó María Guadalupe Guzmán, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.

La viróloga explicó los avances en manejo clínico de los casos de esta arbovirosis, al introducir en la práctica el reconocimiento de los signos de alarmas para identificar a los pacientes en riesgo y aplicar tratamiento.

Resaltó la evaluación de nuevas herramientas de control para el Aedes aegypti, como el uso de la Wolbachia y la técnica del insecto estéril para impedir la trasmisión del dengue por el vector y estrategias de gestión integrada para sistemas de alerta temprana.

La también directora del Centro Colaborador para el estudio del dengue y su vector ponderó la realización de acciones de comunicación y educación para involucrar a la comunidad en esta batalla contra el mosquito con el saneamiento y eliminación de los criaderos.

En su opinión, el conocimiento de la patología y la respuesta inmune al dengue resultan notables, así como el desarrollo de vacunas que necesitan mayor evaluación de campo y el estudio de los factores de trasmisión viral, pero aún no se ha podido detener o enlentecer el crecimiento de esta enfermedad, dijo.

Refirió la necesidad de establecer un plan estratégico mulitipaís /multiregión para enfrentar los retos actuales del incremento de los vectores, y no solo de los arbovirus, sino de otros agentes infecciosos.

El dengue se ha convertido en la principal arbovirosis en la región y a escala mundial, pero otros virus han invadido el escenario epidemiológico de los países de América Latina y el Caribe como el chikungunya, reportado en 2013 y que causó un severo brote en Paraguay en 2023, con casos graves y fallecimientos en niños, apuntó la científica.

La experta mencionó el virus zika en Brasil, entre 2014 y 2015, extendido rápidamente en la región, el cual produjo cuadros no conocidos o poco reportados como anomalías congénitas al infectar a embarazadas, el síndrome de Guillan-Barre y la transmisión sexual.

Para la especialista, estas arbovirosis y la COVID-19 enseñan a los sistemas de salud que no se debe subestimar a ningún agente microbiano, por eso hoy la preocupación ante la prolongación del virus Oropouche hacia nuevas áreas como Cuba y los reportes en Brasil de fallecidos, trasmisión vertical y afectaciones neurológicas.

Llamó a intensificar la colaboración entre países, pues un problema en un área geográfica puede convertirse en global, producto a las migraciones, el comercio y el cambio climático.

Tomado de Invasor

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