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El medio ambiente, la otra pasión de Victoria

Las buenas prácticas le han proporcionado a Acinox Las Tunas la oportunidad de diversificar sus producciones, sanear el entorno laboral de esos desechos y obtener ingresos económicos que ayudan a sortear los retos actuales.

En 1990, recién graduada de la carrera de Ingeniería Industrial, Victoria Serrano Pérez llegó a la Empresa de Aceros Inoxidables (Acinox Las Tunas) y sumó todas sus energías y saberes al resto de los empeñados que ayudaban a dar los primeros pasos a esta industria, primigenia de la siderurgia aquí.

La conocí en esa época, y después de más de tres décadas Victoria conserva el entusiasmo de entonces, “y me enorgullece muchísimo ser fundadora y parte del amplio grupo que todavía permanece y da sus aportes a la consolidación de la empresa”.

Desde esos años asumió como especialista en medio ambiente y, aferrada a la responsabilidad que entraña, convirtió en pasión la defensa del entorno natural y el compromiso de mitigar el daño que pudieran ocasionar los desechos más allá de los muros de la planta.

Lo hizo en un escenario muy complejo por la agresividad de los residuales que generan estas producciones. Y, aunque no le atribuye a su faena personal los éxitos, en un tema tan sensible mucho tienen que ver sus desvelos y la manera proactiva de enfrentar los desafíos con la aplicación de la ciencia y la innovación.

Acinox Las Tunas es la única industria sucia del país que ostenta el Premio Nacional de Medio Ambiente, obtenido en el año 2007…

“Los logros son el resultado de una dirección totalmente comprometida con los problemas ambientales, y de un colectivo laboral que lleva sembrado en el corazón la importancia de estos asuntos para lograr una producción de acero sobre bases sostenibles”.

¿Cómo gestionan esta actividad en la industria?

“Entendemos el medio ambiente no como un riesgo ni una amenaza, sino como una oportunidad, y lo hemos ido gestionando científicamente, aplicando ciencia e innovación como lo exige la actualidad. Eso ha permitido desarrollar un trabajo responsable, por ejemplo, en el manejo de los recursos agua y forestales, y de los residuos altamente contaminantes.

“Contamos con un programa ambiental bien diseñado con objetivos, principios, metas, acciones y planes de manejo implementados, que nos ha facilitado identificar los impactos ambientales de cada uno de los procesos”.

¿En esta empresa se siente profesional y humanamente realizada?

“Sí”, afirma categórica y reseña, sin vanaglorias, la oportunidad de aplicar a los procesos las derivaciones de las investigaciones científicas, y su reiterada y exitosa participación en fórums territoriales, nacionales e internacionales celebrados en la Isla.

“El primer evento, recuerda, fue Cuba, Salud y Trabajo, en el que socialicé un estudio sobre las enfermedades profesionales que se podían manifestar en la empresa”.

Su extenso currículo incluye intercambios nacionales como la Convención de la Metalurgia Metálica y el Reciclaje, y otros territoriales relacionados con las tecnologías para las producciones más limpias. Precisamente, por sus aportes en ese campo recibió en el 2006 un premio de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, del que habla con una combinación exacta de modestia y orgullo.

Ahora profundiza, con las experiencias acumuladas y la misma vitalidad de los tiempos inaugurales, en la implementación de la economía circular, que califica como un término que trasciende el aprovechamiento de los excedentes y residuos de materias primas. Además, incursiona en otras buenas prácticas que le ha proporcionado a Acinox Las Tunas la oportunidad de diversificar sus producciones, sanear el entorno laboral de esos desechos y obtener ingresos económicos que ayudan a sortear los retos actuales.

Convencida de esas ventajas, habla entusiasmada del uso de medios de transporte eléctricos, lámparas led, paneles fotovoltaicos, tejas traslúcidas, calentadores solares, reutilización de aceites usados… y sigue considerando una posibilidad real la resiliencia en las condiciones impuestas por el aceleramiento del cambio climático debido al comportamiento irracional de las sociedades modernas.

Tomado de Periódico 26

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