Por Daniela Lobaina Castillo, estudiante de primer año de Meteorología del Insmet, UH. Mención del concurso “Físicamente hablando”
¿Alguna vez te has preguntado por qué se forman los ciclones? Pues, entre otros factores, todo está relacionado con la existencia de una zona de baja presión atmosférica. Pero, ¿qué es la presión atmosférica?, ¿por qué sube o baja?, ¿cómo podemos saberlo?
Para empezar se deben analizar dos conceptos muy fáciles de entender.
1) La presión: físicamente hablando, se define como la fuerza aplicada sobre un área. Cuando caminas, ejerces presión sobre el suelo. Mientras mayor sea la masa del cuerpo, mayor será la presión ejercida. ¡¿Lógico, verdad?!
2) La atmósfera: está compuesta por aire, que es atraído hacia la superficie por la gravedad. Esto, aunque te parezca increíble, hace que el aire pese (por muy poco que sea). Se estima que la atmósfera contiene cinco mil 500 billones de toneladas de aire (el equivalente a casi unos 740 millones de elefantes adultos).
De todo lo antes expuesto podemos deducir que: la presión atmosférica es el peso del aire sobre la superficie.
Pero, ¿hay alguna forma de demostrarlo?
Existen varios métodos experimentales, muy sencillos, para demostrar que el aire pesa y, por consiguiente, que la presión atmosférica existe.
Hace unos días mi primo de seis años tomó un pomo de plástico “vacío”, lo destapó, lo pegó a su boca y succionó fuerte. ¿Podrás imaginar lo que pasó, verdad? Exacto, quedó casi como si lo hubiesen aplastado. Al preguntarle por qué había quedado así, me respondió entre risas que le había sacado el aire. Y sí, al extraer el aire del interior, la presión del exterior, que actúa en todas direcciones, es mayor y por tanto aplasta la botella de plástico hacia su interior.
Eso, obviamente, el niño no lo sabe, pero he aquí la presión atmosférica. Por supuesto que esta no nos escacha como al pomo, eso lo sabemos, pero el hecho de que exista mayor o menor presión sí tiene consecuencias para el estado del tiempo.
Variación de la presión
La presión atmosférica puede variar debido a diversos factores, como altura, temperatura (a mayor temperatura, menor presión) y el movimiento del aire (de zonas de mayor a menor presión).
¿Por qué con la altura? Haz un dibujo mental con una montaña y el mar. Ahora piensa en todo lo antes explicado. ¿Dónde crees que exista mayor cantidad de aire: ¿sobre la cima de la montaña o sobre el mar? Si dijiste “mar” estás en lo correcto. Y es que, cuanto más arriba estemos, menor será la cantidad de aire por encima de ese punto y, por tanto, menor será la presión.
¿Cómo medir la presión atmosférica?
El físico italiano Evangelista Torricelli, tomando como referencia la presión atmosférica a nivel del mar (que es considerada normal), fue el primero en concebir una forma de medir la presión.
Ideó así el primer barómetro, o sea, un instrumento capaz de medir la presión atmosférica. El suyo fue un barómetro de mercurio (la misma sustancia que tienen los termómetros dentro). Existen hoy en día otros tipos de barómetros (con otros principios de funcionamiento) que igual nos permiten conocer la presión atmosférica, algo muy importante para predecir el estado del tiempo.
Baja presión es sinónimo de inestabilidad atmosférica (mal tiempo). Por esa razón, los instrumentos encargados de medir la presión atmosférica, indican que esta baja bruscamente con el paso de los ciclones.
¿Cómo se forma un ciclón?
Siguiendo la idea de que, a medida que aumenta la temperatura disminuye la presión atmosférica, podemos analizar cómo se forma un ciclón.
Cuando la temperatura de las aguas oceánicas es superior a los 26°C, el agua se evapora más rápido y el aire caliente se eleva[1] desde la superficie. Al subir el aire, se crea una baja presión sobre la superficie del mar que atrae más aire caliente que vuelve a elevarse. Mientras más aire cálido asciende, el circundante gira para ocupar su lugar[2]. El aire cálido y húmedo que se eleva, se enfría y forma nubes. El sistema de nubes comienza a girar[3] y a crecer. Se alimenta del calor del océano y del agua que se evapora de la superficie. En estas condiciones y, con vientos débiles en la atmósfera superior que perm;itan la organización del sistema, se forma un ciclón.
La velocidad de los vientos aumenta hasta la pared del “ojo” (centro de baja presión): es decir, que en el centro del ciclón hay calma total[4]. Allí es donde el agua sigue evaporándose para alimentar el sistema. Cuanto más rápidos sean los vientos, menor será la presión atmosférica en el centro del remolino y por tanto, más fuerza ganará[5].
En resumen: el aire pesa y por ello ejerce presión sobre la superficie, la cual puede variar debido a diversos factores. Estos cambios de presión tienen consecuencias en la variación del estado del tiempo. Si la presión disminuye más de lo normal en los mares, puede desarrollarse un ciclón tropical en esa zona de baja presión.
Referencias
[1] El aire caliente es menos pesado que el aire frío, por tanto, asciende. Esta es la razón por la cual cuando abres el refrigerador sientes en los pies el aire frío; al ser más pesado, baja.
[2] Algo similar ocurre al hervir agua. Cuando comienza a calentarse vemos cómo el vapor de agua húmedo sube (humo). Si prestamos mucha atención se podrán apreciar pequeños giros a medida que asciende y entra en contacto con el aire frío de alrededor.
[3] En el hemisferio norte (del ecuador al polo norte), los ciclones giran en contra de las manecillas del reloj; en el hemisferio sur giran a favor. Esto ocurre porque el movimiento de rotación de la Tierra desvía el movimiento del aire (efecto Coriolis).
[4] Una de las causas por las que se cree que esto ocurra está dada por la presencia de alta temperatura y aire caliente. El agua evaporada es arrastrada rápidamente hacia arriba, lo que origina un aire seco, incapaz de condensarse, por lo que generalmente no genera nubes.
[5] Un huracán categoría 5 tendrá menos presión que un huracán categoría 1.
Tomado Juventud Técnica
Valore este artículo
Click en las estrellas para votar
0 / 5. Conteo 0