La mujer de esta fotografía no es escultora, aunque ha sabido esculpir con conocimientos el futuro de incontables pupilos; tampoco escribió algún best seller, pero su nombre repunta en el ranking mundial de publicaciones científicas y, por si fuera poco, suma a la inteligencia, sencillez y habilidad de comunicar.
Su vida se entretejió entre dos grandes pasiones, el magisterio y la investigación; si bien hoy día Alisa Natividad Delgado Tornés reconoce que, más que la enseñanza, el mayor peso está en la formación profesional de pregrado y doctorado.
Incontables son los aspirantes a uno u otro escaño académico que bebieron de sus conocimientos, experiencias, asesoramiento y consejo oportuno, para enrumbar las investigaciones.
Consciente de que un buen maestro debe predicar con el ejemplo, Alisa Natividad Delgado Tornés es una incesante investigadora, convencida de la importancia de socializar los estudios, pues de otra manera vendrían a ser letra muerta.
Si para algunos las nuevas tecnologías constituyen una piedra con la que no quisieran tropezar, en el caso de esta septuagenaria es muy diferente. Su dominio es tal que pareciera una nativa digital.
“Durante la pandemia de Covid-19 tuve muy buenas experiencias tutorando tesis desde casa, mediante el celular, a diplomantes de Cuba y de otros países, además de impartir conferencias en disímiles eventos internacionales”, expone.
Tras licenciarse en Ciencias políticas, se hizo Máster y Doctora en Ciencias Filosóficas. Es Profesora Emérita, Titular y Consultante de universidades cubanas, además de Doctora Honoris Causa de la Universidad Nacional del Altiplano, de Puno, en Perú y Premio Academia de Ciencias de Cuba.
Por su impronta en la investigación, el apoyo a las nuevas generaciones en el azaroso sendero de la superación profesional y contribuir con sus modestos esfuerzos a acelerar la aplicación de la ciencia y la innovación, Alisa Natividad Delgado Tornés figura entre las personalidades granmenses reconocidas en el Día de la ciencia cubana, el pasado 15 de enero.
Su labor investigativa ha transitado por varias etapas, una primera de corte teórico, asociada al pensamiento revolucionario-martiano-marxista; la segunda vinculada a problemáticas de la intelectualidad cubana y del Caribe, y una tercera, que se consolida a partir de la creación del Centro de Estudios Cubanos y Caribeños José Antonio Portuondo, en la cual incursiona en temas de naturaleza sociológica, desde la mirada filosófica y cultural, o sea, con un concepto semiótico de la cultura, referido a los comportamientos humanos, la mentalidad y sus prácticas.
En Delgado Tornés, llama la atención el hecho de que no teme salir de la zona de confort, de sus líneas de investigación, al acompañar la tutoría de tesis; le basta el olfato de investigadora para dilucidar, independientemente de los temas, hacia dónde debe ir. Por ello, no es de extrañar que sus asesorías comprendan estudios tan diversos como la violencia de género, la vulnerabilidad cultural en las cuidadoras de adultos mayores enfermos, la tendencia al suicidio en jóvenes y problemáticas sociales que se dan en el contexto bayamés.
Cuando uno dialoga con ella, es imposible que no afloren en la conversación reflexiones en torno a su natal Bayamo, ciudad a la que retorna luego de una vida profesional consolidada en Santiago de Cuba.
“Había razones que me hacían retornar a Bayamo, la primera es mi identidad, y es que los bayameses somos nostálgicos; tenemos apego a nuestras raíces y a nuestra familia”, aunque reconoce que el ambiente citadino bayamés no es como antes, dada la influencia de las migraciones.
“Ese movimiento migratorio ha lastimado la identidad local. Hoy día existe una mezcla de lo citadino con lo rural. Se ha perdido el urbanismo, prácticas y tradiciones importantes”, acuña.
En un contexto nacional en que se aboga por la conformación de un sistema de gobierno basado en la ciencia y la innovación, para esta connotada investigadora es un placer ver el aprovechamiento de las herramientas teóricas y metodológicas de los grupos de expertos.
“De esta manera, habrá mayor articulación e integración de los resultados; existirá mayor interrelación entre la academia, el Gobierno y el sector empresarial y habrá menos errores”.
Delgado Tornés no quiere dejar nada fuera de contexto: “Hay necesidad de mayor diálogo y espíritu autocrítico frente a los problemas, que dicho sea de paso, tenemos que resolver con soluciones propias”.
A pesar de su jubilación en 2016, Alisa Natividad no ha roto el cordón umbilical que la anexa a la Universidad de Oriente, de la cual continúa siendo miembro del doctorado en Desarrollo Cultural Comunitario, “sin que medie ninguna otra razón que no sea preservar el vínculo profesional con las problemáticas actuales y el interés de seguir siendo útil”, el sueño de todo investigador.
Tomado de La Demajagua
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