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El turismo en Matanzas ante la encrucijada del cambio climático

Es creciente el número de instalaciones con aval ambiental del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).

Desde el polo turístico de Varadero, en la costa norte, hasta la sureña Ciénaga de Zapata, mayor humedal del Caribe insular, en la provincia de Matanzas se hacen sentir los efectos del cambio climático, pero también las acciones para adaptarse y mitigar los impactos de ese fenómeno de escala planetaria.

Cada región procura, a partir de iniciativas a su medida, cumplir con el Plan de Estado cubano Tarea Vida para hacer frente a una realidad que, hasta hace unos años, parecía ciencia ficción, pero hoy resulta muy real en el ascenso de las temperaturas y un desplazamiento de las estaciones.

Matanzas, plaza fuerte del turismo en Cuba, también se posiciona a la vanguardia de las acciones para asegurar a largo plazo la vitalidad de ese sector pese a la variabilidad del clima, una prueba de ello es el creciente número de instalaciones con aval ambiental del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).

Aportes como el de una decena de hoteles en el balneario de Varadero, que sobresalen en materia de ahorro y eficiencia a partir de la implementación de Sistemas de Gestión de Energía, contribuyen a la preservación del entorno y al mismo tiempo generan un impacto económico positivo.

Son varias las experiencias, y entre los hoteles que resaltan también por sus prácticas amigables con la naturaleza está el Hotel Iberostar Selection Varadero, con una sólida política en favor de eliminar los plásticos de un solo uso, al emplear absorbentes biodegradables, reciclar toda la materia prima y embotellar su propia agua en recipientes de cristal.

Otra arista muy conocida es la protección de la duna en el afamado polo turístico, a lo que ayudan medidas como el adecuado manejo de residuales sólidos y líquidos, el empleo de infraestructura de servicios amigables con el medio ambiente, y la reforestación con plantas nativas.

Si bien hay resultados muy favorables para mostrar, no hay tiempo para caer en la autocomplacencia, pues en opinión de Ángel Alfonso Martínez, especialista del Citma quien dirige la Tarea Vida en Matanzas, queda mucho por hacer para sistematizar el trabajo.

A decir del también Doctor en Ciencias se debe lograr mucho más a la hora de medir el impacto de cada medida, la cantidad de emisiones de carbono que se dejan de emitir a la atmósfera, y está pendiente hacer un mejor uso de la información sobre clima futuro aportada por el Centro Meteorológico Provincial.

Cada paso importa, incluso los menos evidentes, como la labor de las cinco plantas de tratamiento de aguas residuales ubicadas en la paradisíaca Península de Hicacos, las cuales procesan cada año alrededor de un millón 200 mil metros cúbicos, un punto a favor de reducir la contaminación.

Pero los esfuerzos para hacer frente al cambio climático, por supuesto, van mucho más allá de Varadero, como la construcción del nuevo muro de contención de olas en la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, en la ciudad de Matanzas, o el dique del canal de Soplillar para proteger de inundaciones a la población de la Ciénaga de Zapata.

Aun en medio de tensiones socioeconómicas apreciables en la escasez de capital y de recursos, el conocimiento científico y la voluntad política son ventajas en el caso de Matanzas y toda Cuba para hacer frente a un fenómeno global provocado por el hombre, y cuyas consecuencias son todavía difíciles de prever.

Tomado de Girón

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