Yanet Ortega Dugrot, de 34 años, es licenciada en enfermería, máster en ciencias de la enfermería, doctora en ciencias de la educación médica, profesora asistente e investigadora auxiliar y trabaja en el Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso.
En 2022, Ortega Dugrot integró un grupo de jóvenes cuya labor de investigación fue reconocida por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, que otorga cada año el Premio Estudiante Investigador y Joven Investigador y Joven Tecnólogo 2021.
Entre las investigaciones desarrolladas, junto a equipos de colegas, estuvo la evaluación de la calidad de vida del paciente oncológico con uso de prótesis esofágica autoexpandible, “tecnología de punta que se realiza en nuestro país a pesar del bloqueo estadounidense”.
Según declaró, esa práctica mejora la calidad de vida del paciente, permite que se alimente por vía natural hasta su óbito”, explicó.
Unido a las mejores en la calidad de vida de las personas enfermas, disminuye costos de la atención porque reduce la internación y los costos estos hospitalarios y evita tener que poner cuidadores o personal específico asistencial a estos pacientes, solo necesita educar a la familia y al personal de ciencias médicas que labora en la atención primaria de salud para que llevar esta tarea con éxito”.
El premio consideró es también para los “equipos de investigación, donde hay personas invisibles en este arduo trabajo de la ciencia y se nos ha premiado en nombre de otros que que tributan también al desarrollo científico tecnológico y a los cuales también nosotros mención en nuestras investigaciones”.
La vida, dijo, con su bebé en brazos, es compleja. “Soy egresada de la escuela emergente de enfermería y la primera graduada de Doctora en Ciencias de la educación médica, egresada de esta idea que tuvo el Comandante, la primera en el país, ser mención en 2020 y premio en 2021, ha sido un reto”.
“La maternidad es compleja, pero con el apoyo familiar, con los deseos de hacer, porque aun en proceso de gestación estaba investigando y trabajando en investigaciones vinculadas con la covid-19, se disfruta mucho y traer a mi bebita, junto a mi esposo, en representación de toda una familia y de amigos que nos quieren y nos apoya, es lo máximo”, confesó.
El bichito de la investigación, apunta, surgió desde que comenzó en el curso emergente de enfermería. “Todo empezó, como decíamos los más jóvenes, con un trabajito científico y ahí empezó el bichito”.
“Mi primer trabajo científico fue en 2005, era apenas una niña, fue sobre ortopedia y con ese premio tuve grandes resultados, lo que me fue motivando y siempre prensé que quedaban cosas por hacer, porque realmente, nunca se termina”.
El Informe de Cuba sobre la implementación de la Recomendación sobre la ciencia y los investigadores científicos 2017 – 2020, en su acápite Ayuda a lograr la Igualdad de Género refleja que es “alta y creciente participación de las mujeres en las actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación”.
De acuerdo con el documento elaborado para la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Cuba es uno de los siete países que ha alcanzado la paridad de género en la investigación científica y donde es “significativa presencia de mujeres entre los autores de relevantes publicaciones, innovaciones, patentes de invención y Premios” de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC).
Presentado en el taller “Aportes de Cuba al Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo”, en la ACC, en noviembre pasado, el informe destaca que las mujeres científicas constituyen el 34 por ciento de la membresía de la ACC y que la Academia cubana es la de mayor proporción de mujeres del mundo.