La presencia de especies exóticas invasoras es una de las principales amenazas a la flora cubana, que clasifica entre las de mayor diversidad de plantas y nivel de endemismo en la región del Caribe y el mundo.
Definidas como aquellas que, introducidas de manera intencional o involuntaria por el hombre, se han adaptado al entorno y son capaces de reproducirse con abundancia y elevado nivel de dispersión, más allá de los límites del lugar donde fueron depositadas originalmente, las especies exóticas invasoras afectan la diversidad biológica, en particular la flora endémica y los ecosistemas frágiles.
Asimismo, pueden incidir de manera desfavorable en la calidad del suelo y el agua, lo cual trae consigo una disminución de los rendimientos agrícolas y forestales, además de modificar el paisaje. Incluso, algunas de ellas trasmiten enfermedades al hombre.
Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ecología y Sistemática (IES), perteneciente a la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, posibilitó definir la relación de las cien más agresivas en el archipiélago cubano.
Figuran en la lista el marabú, la casuarina o pino de Australia, la pomarrosa, la leucaena-ipil-ipil, el tulipán africano y el cayeput o melaleuca…
Con una flora estimada en alrededor de 7 000 a 7 500 especies, de las cuales cerca del 53 % son exclusivas de nuestro país, el archipiélago cubano clasifica entre los territorios insulares con mayor diversidad de plantas y nivel de endemismo en el Caribe y el mundo.
Con información de Granma
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