Reflexionar sobre la participación de las mujeres en el ámbito científico y visibilizar las brechas de género que aún persisten en los institutos de ciencia fue el propósito del segundo encuentro “Mujeres en la ciencia: entre desigualdades y empoderamiento” realizado en el Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP).
Esta iniciativas forma parte del Programa de fortalecimiento de capacidades para la transversalización del enfoque de género en los proyectos de investigación y en la gestión del conocimiento.
Liderada por el proyecto Fortalecimiento del Sistema Integrado de Gestión del Conocimiento (SIGC) para la seguridad alimentaria sostenible en Cuba (CONSAS), implementado por el Ministerio de la Agricultura de Cuba, cuenta con asistencia técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiamiento de la Unión Europea.
El evento contó con la participación de investigadores, científicos y expertas en género que, través de metodologías de educación popular, compartieron experiencias y conocimientos para promover políticas de equidad desde el ámbito de las ciencias agropecuarias.
Para Yenisei Bombino Companioni, consultora en temas de género, una de las principales brechas se asocia a la doble jornada laboral. Las mujeres continúan teniendo una sobrecarga debido a la conciliación entre sus responsabilidades laborales y las asociadas al cuidado de infantes y adultos mayores.
Otra de las barreras se relaciona con las dificultades para acceder a cursos de superación y alcanzar categorías científicas y de investigación, en la cual los hombres tienen mayor representatividad y mejores oportunidades.
Los participantes también se refirieron a la reproducción de prejuicios y estereotipos de género, el uso de un lenguaje y una comunicación sexista en los escenarios de trabajo, así como a la escasa motivación de ellas ante conflictos relacionados con la conciliación entre el trabajo remunerado y no retribuido económicamente.
Según el informe de FAO “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios”, las normas y reglas sociales discriminatorias que perjudican a las mujeres y las niñas constituyen la base de la desigualdad de género y tardan en cambiar. En materia de políticas, aumentar el empoderamiento de las mujeres es esencial para su bienestar.
Como resultado de ese proceso de sensibilización y formación de capacidades en género, se espera la elaboración de una estrategia institucional que contribuya a reducir las brechas y transversalizar el enfoque de género en proyectos de investigación y en la gestión del conocimiento.
Dado el papel central que ocupan la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) como ejes esenciales para un mejor desarrollo socioeconómico en América Latina y el Caribe, es de suma importancia que las mujeres participen plenamente y de manera equitativa en estas actividades.
Pese a notables avances en las últimas décadas, aún existen numerosos obstáculos que frenan su integración. La subrepresentación de mujeres en carreras científicas, escaso reconocimiento y visibilidad de sus contribuciones, la falta de oportunidades de liderazgo, la discriminación en el lugar de trabajo, así como las barreras para acceder a la educación científica y tecnológica contribuyen a la desigualdad de género en la ciencia y limitan el avance y la innovación en el campo científico.