Aprovechar el potencial de la agroecología para trasformar los sistemas agroalimentarios es un desafío para Cuba. En ese sentido, buscar rutas y herramientas que permitan avanzar hacia una transición agroecológica de la producción agrícola en el país fue el propósito de un taller realizado recientemente en La Habana.
La acción formó parte de las actividades del proyecto Apoyo estratégico a la seguridad alimentaria sostenible en Cuba” y su componente 3 “Fortalecimiento del sistema integrado de gestión del conocimiento para la seguridad alimentaria en Cuba” (CONSAS), implementado por el Ministerio de Agricultura de Cuba, con asistencia técnica de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiamiento de la Unión Europea.
El evento contó con la participación de directivos del Programa de la Agricultura Urbana Suburbana y Familiar y la Dirección de ciencia, técnica, innovación y medio ambiente del Ministerio de la Agricultura (Minag); profesores e investigadores de entidades de ciencia, tecnología e innovación del Ministerio de Educación Superior (MES), así como miembros de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF) y la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en representación de productores de fincas de referencia en agroecología.
Durante el encuentro, Elizabeth Peña Turruellas, directora del Programa de la Agricultura Urbana Suburbana y Familiar, realizó una actualización sobre la producción de alimentos en el contexto de la implementación de ese programa, uno de los antecedentes importantes en la construcción de la Política de Agroecología.
La AUSUF tiene un alto potencial en la sostenibilidad local de la producción de alimentos, caracterizada por la biodiversidad y diversificación productiva, la producción de semillas, abonos orgánicos y alimento animal, el manejo agroecológico de plagas, la comercialización, la innovación y el uso de tecnologías agroecológicas que promueven la soberanía y seguridad alimentarias.
Por su parte, el investigador de la ACTAF DrC. Luis L. Vázquez compartió una ruta para el escalonamiento de la agroeocología como proceso que debe estar caracterizado por políticas públicas coherentes con la sostenibilidad, un sistema descentralizado de gestión del conocimiento agroecológico y una transición con transformación agroecológica con la finalidad de lograr una alimentación y sistemas alimentarios sostenibles.
Al respecto, se espera que hacia el 2030 el proceso de reconversión agroecológica alcance más del 30 % de las tierras disponibles, con una producción superior a diez millones de toneladas de alimentos anuales.
Asimismo, otras de las metas están vinculadas con integrar los conocimientos sobre agroecología al sistema cubano de educación y a los procesos de capacitación de las estructuras vinculadas a la producción agrícola. De igual manera, se espera lograr una mayor presencia de producciones agroecológicas certificadas en el sistema de comercialización de productos agropecuarios.
Los equipos de trabajo también identificaron actividades clave, resultados esperados, efectos e indicadores a tener en cuenta para evaluar la territorialización y escalonamiento de la agroecología (preparación 2024-2025, consolidación 2026-2028 y escalonamiento 2029-2030) en el contexto de la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SAN).
El gobierno cubano ha promovido activamente la agroecología como un enfoque holístico para la agricultura, que se basa en principios de sostenibilidad, conservación de recursos naturales y equidad social. En tal sentido, se han implementado políticas para fomentar la diversificación de cultivos, la promoción de prácticas de agricultura orgánica, la reducción del uso de agroquímicos y la incorporación de técnicas de conservación del suelo y el agua.
La FAO ha proporcionado apoyo técnico a Cuba para impulsar la transición agroecológica y lograr la visión transformadora de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que exige un nuevo enfoque agrícola para garantizar una alimentación suficiente, segura y nutritiva y la transformación sostenible de los sistemas alimentarios.
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