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Hay una transición en el clima de Cuba

El estado del clima en Cuba se corresponde con lo que internacionalmente se ha descrito para condiciones de efecto de un invernadero reforzado.

“El estado del clima en Cuba se corresponde con lo que internacionalmente se ha descrito para condiciones de efecto de un invernadero reforzado. Está ocurriendo una transición de un clima tropical húmedo a tropical sub húmedo”, dijo Adianez Taboada Zamora, viceministra del Ministerio de ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en sesión de trabajo de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, del actual periodo ordinario del parlamento.

En la exposición de los resultados de la primera etapa del Plan de Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático: Tarea Vida, la vice titular del ramo recordó la preocupación constante de Fidel por la protección de medio ambiente, antecedentes de esta política de país que se aprobó en el 2017.

Sobre los principales resultados alcanzados hasta la fecha resalta la protección de las aguas, los suelos y los ecosistemas costeros, el cuidado de los manglares y los arrecifes de coral y la protección de la atmósfera. “Se avanza en el cuidado de la salud, las energías más limpias, el turismo, la agricultura y la seguridad alimentaria”.

Entre las insuficiencias y limitaciones señalaron los planes de adaptación y mitigación poco efectivos en algunos territorios; persisten incoherencias entre los planes de sectoriales y territoriales; el sistema de información oficial debe complementarse con los aspectos del cambio climático; y limitada capacidad para reformular proyectos viables para ser presentados a los exigentes mecanismos internacionales de financiación climática.

Por otro lado, en el plano de la planificación y organización, la mayoría de las medidas previstas son de carácter reactivo más que preventivo, son insuficientes los recursos humanos y materiales para las evaluaciones y diagnósticos, y una limitada integración de los actores y de la sociedad en general.

Además, persisten vacíos de conocimientos científicos y se carece de las capacidades tecnológicas para las respuestas que exige la Tarea Vida. Es incipiente la participación de las ciencias sociales para avanzar en la percepción sobre los impactos del cambio climático; además de la escasez de bases de datos.

Adianez Taboada explicó que el cambio climático impacta directamente en la seguridad alimentaria y la salud, principalmente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales, diarreicas agudas y la proliferación de nuevas epidemias.

Sobre la elevación del nivel del mar, se prevé un aumento de 29 a 95 centímetros para los años 2050 y 2100. “La superficie terrestre que se inundaría de manera permanente abarcará un área de 6 977 km2, y para el 2100 aumentaría hasta 9 588 km2”, explicó la viceministra en su exposición.

Los asentamientos humanos costeros, según las predicciones, hasta 2100 serían afectados 136 por la inundación permanente. En el año 2050 desaparecerán 22 asentamientos y 111 tendrían afectaciones parciales. Estas cifras impactarán en 7 431 viviendas y unas 20 327 personas.

De 505 playas, se han evaluado 247 y se ha comprobado que 208 (84.2 %) presentan indicios de erosión. “Se ratifica que el ritmo de la erosión de las playas arenosas en el archipiélago cubano, que se estima en 1.2 metros de retroceso de la línea de la costa como promedio cada año”.

Por otro lado, se estima que, en los últimos 62 años, la cobertura de los manglares disminuyó unos 93 kilómetros.

Las crestas arrecifales se mantienen en buen estado el 3 %; poco deterioradas un 23 %; muy deterioradas el 40 % y extremadamente deterioradas el 29 %.

Según trascendió en la comisión, las principales afectaciones del cambio climático en Cuba son el aumento de la temperatura promedio anual, el ascenso del nivel del mar, las variaciones en el régimen de lluvias, el incremento y extensión significativa de las sequias y los cambios en la disponibilidad del agua y disminución de los recursos hídricos potenciales.

En este escenario se proyecta para Cuba una pérdida de la superficie terrestre por elevación del nivel del mar, que implicará severos efectos sobre los asentamientos humanos costeros y la salinización de los acuíferos terrestres, en particular los subterráneos, por el avance de la cuña salina.

Tomado de Granma

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