Ante la incidencia de atenciones médicas por diarreas en edades pediátricas, fundamentalmente en la segunda semana de agosto, las autoridades sanitarias de Sancti Spíritus insisten en el tratamiento del agua que se consume y en velar por la preservación de los alimentos
Aunque aseguran que el comportamiento no es inusual para esta época del año —cuando debido a las altas temperaturas y el incremento de las lluvias aparecen estas enfermedades—, alarmante sí fueron las 160 atenciones médicas por diarreas que durante la segunda semana de agosto se computaron en el Hospital Pediátrico Provincial José Martí Pérez.
De acuerdo con las autoridades sanitarias de la provincia, los infantes atendidos, la mayoría residentes en el municipio cabecera, no presentaron síntomas de gravedad y solo más de una treintena permanecía ingresado al cierre de esta edición.
El doctor Carlos Ruiz Santos, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), explicaba en conferencia de prensa que los test de rotavirus realizados a los pacientes hospitalizados confirmaron que se tratan de diarreas de etiología viral, respaldado, además, con los coprocultivos efectuados, los cuales no arrojaron bacterias.
“Está asociado, por supuesto, a la época del año: las altas temperaturas, las lluvias que han venido sucediendo y también con la calidad del agua. No tenemos brotes institucionales ni familiares ni colectivos, solo han sido casos aislados”, aseguró Ruiz Santos.
El tratamiento, por ende, ha sido sintomático con hidratación oral y, en los casos en que el cuadro clínico lo ha requerido, parenteral.
“La provincia ya tiene una disminución de casos, todos los territorios decrecen en las atenciones acumuladas por diarreas”, sostuvo el director del CPHEM. Para ilustrarlo añadió que en lo que va de año se han suscitado 3 530 atenciones médicas por enfermedades diarreicas agudas —donde se engloban niños y adultos—, cifra inferior a la reportada en igual período del 2022 cuando ascendía a más de 4 000.
“Se ha venido muestreando la calidad del agua en varios puntos de la ciudad y ha habido mejorías, pero todavía hay dificultades con la llegada del nivel de cloro adecuado del agua a la vivienda”, puntualizó Ruiz Santos.
Tanto que, según los exámenes realizados por salud, entre el primero y el 15 de agosto la calidad del agua en la cabecera provincial se enmarcaba entre el 41 y el 81 por ciento. De ahí que, al decir de Pedro Jiménez Pérez, director adjunto de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, entre los trabajos que se acometen se hallan la limpieza de los tanques elevados y de las conductoras, la supresión de los salideros y la cloración manual del agua, para lo cual existe disponibilidad del producto.
Contra ello conspira la caducidad de las redes hidráulicas del municipio, las roturas de las bombas y los problemas técnicos que conllevan a la intermitencia en el bombeo y, por ende, al almacenamiento del líquido en los hogares.
Es por ello que los especialistas insisten en el manejo y tratamiento adecuado del agua de consumo. Y, además, porque otras de las enfermedades que ha incidido en la provincia es la hepatitis A, de la cual se diagnosticaron presuntivamente 92 casos en el mes de julio, la mayoría adultos y residentes en las cuatro áreas de salud de la cabecera provincial.
Ante tal panorama epidemiológico las autoridades sanitarias han insistido en extremar las medidas como lo es hervir el agua o administrarle el hipoclorito a razón de cuatro a cinco gotas por litro y velar por la adecuada conservación de los alimentos.
Tomado de Escambray
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