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Inteligencia artificial: el bienestar posible

El país se propone trabajar las interconexiones de la Inteligencia artificial con el sector productivo de bienes y servicios, con el ámbito de la administración pública, y también con los territorios.

Sobre cómo incorporar con rapidez las herramientas de la inteligencia artificial en la transformación digital para el desarrollo, se debatió ayer en un encuentro del Presidente cubano con miembros de la Academia de Ciencias de Cuba.

La Inteligencia artificial (IA) no es tema del futuro lejano; ya no es exclusivo de filmes o novelas con argumentos de ciencia-ficción. En el mundo, y en Cuba, es asunto tangible y apasionante; y entre cubanos entraña la necesidad de aplicar esa herramienta con rapidez, pues ella implica saltos en el desarrollo de la sociedad y, desde luego, bienestar.

Tal realidad puso el tono a todo cuanto se dijo en el Palacio de la Revolución, en la mañana de este lunes, durante el encuentro sostenido por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con miembros de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC), quienes reflexionaron en torno a la Inteligencia artificial dentro de la transformación digital para el desarrollo.

En el intercambio que, desde la presidencia, también contó con la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh, resultó de sumo interés un trabajo introductorio a cargo de Rafael Bello Pérez –presidente de la filial de la ACC en Villa Clara–; así como de Yailé Caballero Mota, presidenta de la Filial de la ACC en Camagüey-Ciego de Ávila.

Entre ambos compartieron con los presentes procesos como la evolución de la IA –premisa cardinal de la transformación digital–, la cual, según el experto Rafael Bello, es fruto del avance en los métodos de aprendizaje automático, de la creciente cantidad de datos con que cuenta la civilización, y del incremento de la potencia computacional. 

En voz de los ponentes fueron escuchadas ideas referentes a cómo se fue conceptualizando la IA. Ya desde 1956 se hablaba de máquinas capaces de ejecutar tareas que solo eran típicas de la inteligencia humana; o de una similitud que no haría posible distinguir, en una conversación a ciegas, entre lo expresado por un ser humano y lo dicho por un programa binario.

La IA se ha ido abriendo paso –según explicaron los investigadores– en áreas como la del transporte (con autos inteligentes o vehículos autónomos); o como la de la energía (con predicción de demanda, identificación de fallas, atención a clientes, o contadores inteligentes); o en ámbitos como el de la Salud (con asistentes clínicos, analítica de salud, robótica médica, cuidado al adulto mayor, optimización de la gestión hospitalaria, descubrimiento de nuevos medicamentos); o la Educación (a través de robots-profesores, tutoriales inteligentes, o analítica del aprendizaje).

Los universos de la seguridad pública (ciberseguridad), o del entretenimiento, también han incorporado –según explicaron los expertos– los avances de la IA. Y ante todas las puertas que se abren es vital, como quedó explícito en el trabajo introductorio, lograr el uso de esa inteligencia sin obviar la ética. En opinión de los investigadores resulta muy necesario establecer reglas claras, a nivel nacional e internacional, en torno al uso de la Inteligencia artificial.

En lo que a Cuba respecta –donde comenzó a hablarse de IA a finales de los años 80 del siglo xx–, la ponencia dejó claro que existe una comunidad de investigadores, fundamentalmente en universidades y centros científicos, pero que tal riqueza no se corresponde con los pocos productos o servicios informáticos desarrollados en el país, que hayan sabido incorporar los métodos de la IA. Los estudiosos advierten poca articulación entre la dimensión del conocimiento y el sector de producción de bienes y servicios.

Entre otros desafíos, país adentro no se ha identificado todo el potencial que tiene la IA como tecnología habilitadora de la transformación digital, como vía para el desarrollo económico; y a pesar de la existencia de sistemas informáticos que permiten la gestión digital de muchos procesos, aún no hay total percepción de la posibilidad del empleo de esos recursos digitales para mejorar la toma de decisiones.

Según enunciaron los expertos, a pesar de la capacidad mostrada por las instituciones cubanas para formar personal altamente capacitado en técnicas de IA, aún hay pocos espacios para desarrollar una carrera profesional basada en el empleo de estas técnicas en la solución de problemas. Y a lo anterior se suma, según el enfoque de los estudiosos, la inexistencia de una estrategia nacional para el empleo de la Inteligencia Artificial como elemento clave de la transformación digital.

Una vez que los expertos hicieron referencia a propuestas como la de elaborar una Estrategia para el desarrollo de la IA, tuvo lugar un rico análisis colectivo que incluyó, entre otros conceptos, resaltar la estabilidad que ha mostrado en todos estos años la comunidad de científicos especializados en temas de IA; o la trascendencia de incluir la ética en todo cuanto se diseñe.

Particular énfasis hizo Luis Montero Cabrera, miembro de Mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la ACC, en la idea de que el cimiento del uso masivo de la Inteligencia artificial está en el logro de una base de datos sistémica, estable, procesable, que abarque al país en pleno. Se trata de un asunto que trasciende cualquier carrera puntual, dijo, para convertirse en tema de una política nacional, alusiva a cómo serán procesados los datos.

Del uso oportuno de las redes, de crear una verdadera cultura en torno al mundo de la IA; de que –como dijo la profesora titular de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, Nancy Chacón Arteaga– es preciso elaborar el marco ético, cubano, para asumir la Inteligencia artificial; de preparar profesionales y de garantizar la infraestructura tecnológica se habló en el intercambio de este lunes, donde tal vez uno de los conceptos ejes de la reflexión haya sido que esto de la IA debe enfocarse, Isla adentro, como una dimensión de oportunidades. 

POR UNA ESTRATEGIA DE LA IA Y EL USO CRECIENTE DE SUS POTENCIALIDADES

Hacia el final del intercambio con miembros de la Academia de Ciencias de Cuba, el Presidente Díaz-Canel afirmó que el país caribeño no está «en cero» si de Inteligencia artificial se trata: «Nosotros aquí, en Palacio, en varios momentos, para determinados programas priorizados, hemos tenido sesiones de trabajo con equipos que están atendiendo problemáticas o que están dando soluciones desde la IA», enfatizó.

Seguidamente, hizo referencia a la necesidad de organizar la estructura de datos en el país. Al respecto, alertó que todavía «hay muchos datos que no se usan, hay bases de datos que no se utilizan», por lo cual hace falta, reflexionó el Jefe de Estado, «lograr adecuadas articulaciones».

El dignatario expresó estar «convencido de que hay, de inmediato, que trabajar en lograr la estrategia de Inteligencia Artificial». Y ante la realidad de que ya se cuenta con un «grupo de personas que han venido trabajando en esto», hizo referencia a la importancia de incluir a juristas, para que todo cuanto se diseñe nazca con robustez jurídica.

Aristas desde la Ética, análisis desde el Marxismo, enfoques desde lo económico. Sobre todos esos componentes del saber habló el mandatario, en pos de que la estrategia resulte integral, para luego ir a la conformación de una política pública que a su vez permita definir normas jurídicas.

En cuanto a las interconexiones que la IA debe tener sociedad adentro, el Jefe de Estado comentó que «no podemos hablar solo de una interconexión con el sector productivo de bienes y servicios: hace falta Inteligencia artificial para los procesos de la administración pública, porque hay muchos trámites, muchas cosas, que con IA se podrían desarrollar de una mejor manera; y hay que llevar la inteligencia artificial al desarrollo local y a los territorios».

«Entonces –añadió– hay que trabajar las interconexiones de la Inteligencia artificial con el sector productivo de bienes y servicios, con el ámbito de la administración pública, y también con los territorios; hay que abarcar el tema de la organización de datos, la estructura de datos, la gestión de datos, los temas de infraestructura».

El dignatario hizo alusión, además, a los vínculos o interrelaciones entre la IA y el sector empresarial cubano («yo siempre hablo –recalcó en este punto– de un solo sector empresarial cubano-socialista, que tiene empresas estatales y tiene cooperativas, y tiene el sector privado»).

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista dijo que, al lograrse la estrategia, al lograrse la política, habrá que ver «entonces cómo insertamos esa estrategia y esa política, desde la Inteligencia artificial, a los diferentes programas que tienen conexión con esto; y si hay que crear un programa nacional nada más para IA, también se puede proponer».

El Jefe de Estado hizo hincapié en que el propósito final será «sobre todo, lograr generación, a partir de la IA, de productos y servicios para la población».

Tomado de Granma

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