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Jardín Botánico de Matanzas, sitio para hacer ciencia y preservar la flora

Cuba constituye una región llena de vida, en cada uno de sus territorios la vasta geografía posibilita la existencia de instalaciones destinadas a promover el desarrollo de las ciencias naturales en beneficio de los ecosistemas existentes y el cuidado minucioso de las especies, tal como sucede con el Jardín Botánico de Matanzas.

Fundado de manera oficial en el 2002 como parte de un proyecto que tuvo sus antecedentes algunos años antes, posee forma de arboreto (dedicado primordialmente a árboles vivos y plantas leñosas), se incluye como un departamento de la Universidad de Matanzas (UM) adscrito a la vicerrectoría primera y se define como una entidad didáctica que genera ciencia, según alega Antonio Delgado Perdomo, su director.

“El Jardín Botánico tiene como objetivos luchar por la protección y conservación de especies en peligro de extinción, el trabajo con ecosistemas fragmentados y mitigar la intervención del hombre en la flora en áreas aledañas al centro y otras zonas de la provincia, principalmente las ubicadas en la costa norte.

Con un área aproximada que cubre 52 hectáreas, abarca líneas de investigaciones centradas en cuatro especies, ellas son Melocactus matanzanus (cactus endémico de Cuba), guettarda (conocido popularmente como cuero), Fraxinus caroliniana (bufano) y la coccothrinax (un género de palmeras), todas de suma importancia para la flora nacional”.

Lenia Robledo Ortega, máster en Ciencias Biológicas y profesora consultante de la UM, explica que en la actualidad el centro cuenta con 307 especies agrupadas en 95 familias y mil 428 individuos, entre ellos varios especímenes de África y América Latina, distribuidos en tres sub áreas que albergan coníferas, cactus y suculentas y un arbolado que incluye un bosque martiano con plantas descritas en los textos del Apóstol.

“El trabajo diario en cuatro frentes distingue al recinto, en primera instancia el encaminado a potenciar la didáctica en apoyo a todos los niveles de enseñanza que impartan asignaturas relacionadas con las ciencias naturales, además de lo concerniente a la conservación de ejemplares, la educación ambiental y la posibilidad de utilizar las áreas como espacios prestos a la recreación”.

Según la profesora, el Jardín Botánico de Matanzas promueve desde hace años el intercambio con coleccionistas de la provincia, elemento que ayuda a la protección y reproducción de especies en peligro de extinción, resulta significativo el quehacer con cactus y orquídeas.

La posibilidad de crecer en infraestructura, con proyectos que permitan en fechas cercanas la creación de una casa de tapado expositivo, vivero, cactario, orquideario y plantas de agave (henequén) deviene un propósito en pos de continuar la lucha por la protección de especies en Matanzas, afirma el director de la institución.

Hacer ciencia y preservar la flora de la provincia es razón de ser del Jardín Botánico de Matanzas, el cual en sus casi dos décadas de existencia promueve en cada jornada y en especial el 21 de marzo, Día Internacional de los Bosques, conductas responsables que permitan armonía entre la naturaleza y el hombre.

Tomado de ACN

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