Perdura allí el halo de investigación de sus fundadores, la colaboración y alcance internacional para que nunca más vuelva a llamarse como en la toponimia de sus inicios: Jardín de la Soledad.
El Jardín Botánico de Cienfuegos siente el aliento de sus fundadores, pues en su aniversario 120 figura como Entidad de Ciencia, Tecnología e Innovación (ECTI) del CITMA y sus intercambios académicos, además de preservar e incrementar la flora local, honran las memorias de Erwin F. Astkin, al exaltar su sentido de pertenencia a este pedacito, del ingenio Soledad, devenido Pepito Tey.
Según dio a conocer el periódico provincial 5 de Septiembre en su versión digital, en este mes noviembre la nueva normalidad posibilitó celebrar el onomástico 120, acaecido en septiembre.
En la actualidad, entre los múltiples logros del Botánico, figura el proyecto Conservación de especies exóticas y amenazadas, al decir de Niurka Medina Vársega, subdirectora técnica del Jardín.
«El estudio de más de cien especies endémicas acá ha abarcado cinco años e involucra a más de cien instituciones similares, productores particulares y Unidades Básicas de Producción Cooperativas, a fin de introducirlas al medio natural. Este proyecto culmina en 2022 e iniciaremos otro que será el libro rojo sobre la flora de Cienfuegos.
El Jardín Botánico de Cienfuegos abarca 97 hectáreas y se encuentra situado a unos 15 kilómetros de la ciudad de Cienfuegos. Fue declarado Monumento Nacional el 20 de octubre de 1989. Fundado en 1901, es el más importante de la Isla, no sólo por su antigüedad, sino además, porque posee valiosas colecciones de plantas, únicas de su tipo en América y otras regiones del planeta. A ello se une su alto rigor investigativo en aras de continuar mejorando la calidad de las especies, para su uso nacional e internacional.
Tomado de Granma
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